Fotografías de autor

LIMITE POR AUTOR, 4 IMÁGENES POR DÍA, SI SUBÍS UNA SERIE EL LIMITE ES DE 6, MUCHAS GRACIAS!!

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Josef Sudek: un gran fotógrafo al que llamaban "el poeta de Praga"




 “Hacen falta pocas cosas para hacer una gran fotografía… Y sin embargo, no es fácil,

pues, en efecto, hay una gran dificultad tras su aparente simplicidad” dice el fotógrafo

francés Bernard Plossu, para destacar entre las grandes fotografías “el desordenado

estudio de Josef Sudek de 1951”.



 
  Continúa Plossu: “Toda la obra de Sudek (1896-1976) es así: se observa a sí mismo, mira 

a su alrededor o a su ciudad. Vive las estaciones, respira viendo. Ahí está, sintiendo el

misterio de las cosas y los momentos. Cuando un estudiante joven me pregunta qué es la

fotografía, respondo: ¡vean a Sudek y a Diane Arbus, ¡ahí lo tenéis todo!”.



  Plossu explica: “Uno siente la tentación de decir: ¡Sudek es LA fotografía! 

Calles, jardines, ventanas, objetos, paisajes panorámicos, su ciudad, su casa. Es así. No 

se trata de belleza. No se trata de ser moderno. Ni de gustar. Pienso en Corot cuando 

decía: "No se trata de buscar sino de esperar". Los tranvías de una calle de Praga: 

podemos oír todo el ruido que les circunda en esa fotografía de Sudek de 1924. Su 

húmeda ventana, que da a la calle, respira su humedad. Y a nosotros la admiración nos 

deja sin palabras, ¿verdad?”




Jesús Marchamalo, escritor y periodista español, hace referencia a sus datos biográficos y 
a su arte:

“Debía resultar una figura imponente, algo irreal, fantasmagórica, en aquella Praga brumosa, nocturna, de parques y avenidas solitarias que con tanta intensidad supo captar en sus fotografías. Pelo ralo, a menudo despeinado, barba descuidada, ojos risueños, vivarachos, solía vestir un amplio abrigo, oscuro, a veces un capote militar, y una enorme cámara cargada sobre el hombro. Una antigua Kodak de caja de madera, cuyo trípode utilizaba como contrapeso, sosteniéndolo con su único brazo”.

 "A pesar de su aspecto inconfundible, llamativo, debió gozar de ese don que permite a los fotógrafos hacerse invisibles. No aparecen muchas personas en sus fotografías, pero cuando lo hacen, nunca nadie le mira, nadie parece reparar en él; como si no hubiera estado".




  "Tímido e introvertido, ni siquiera asistía a la inauguración de sus exposiciones, minucioso y obsesivo en su trabajo, sus instantáneas, muestran una ciudad neblinosa, oscura y onírica; el poeta de Praga le llamaban".


  "Nacido en Kolín, Bohemia central, en 1896, huérfano de padre a muy corta edad, Joseph Sudek trabajó como encuadernador hasta que en julio de 1916, en plena Gran Guerra, fue movilizado y enviado al frente italiano, donde resultó herido. La explosión de una granada, disparada al parecer por su propio ejército, le provocó graves daños en el brazo derecho, que acabó perdiendo. De vuelta en Praga, tuvo que abandonar el taller de encuadernación, y la fotografía, que hasta ese momento había sido un mero pasatiempo, se convirtió en su nuevo trabajo".




  "En 1927 Sudek abrió su estudio en una especie de cobertizo de madera en un jardín en Malá Strada, el centro de la ciudad. Allí trabajó hasta su muerte, en 1976, y allí, durante la ocupación nazi, cuando las restricciones impuestas por el ejército alemán limitaban las posibilidades de salir a la calle, empezó a hacer fotografías en su estudio, que convirtió en un auténtico gabinete de curiosidades: su jardín, siempre descuidado, la rama de manzano, una nevada, el otoño… Registraba el cambio de las estaciones, la meteorología, a veces con largas exposiciones de minutos, y fotografiaba las fachadas de los edificios colindantes a través del pequeño cristal de la ventana, empañado y cubierto de vaho".



  
  "El caminante se convirtió en un paseante interior, un observador de lo próximo. Comienza entonces a fotografiar muchas de las pequeñas cosas que tiene alrededor, haciendo composiciones que repite de forma obsesiva, desde distintos ángulos y con diferentes iluminaciones. Un mundo de objetos –vasos, floreros, platos de loza-, suyos o que pedía a sus amigos, a través de los cuales trataba de recordarlos, o explicarlos".



 Jaroslav Seifert, poeta checo del siglo XX, describe la personalidad de Josef Sudek en uno de los capítulos de su libro en prosa "Toda la belleza del mundo": 




  "Clavó el trípode en el musgo, se había fijado en una raíz rojiza y retorcida junto a la que yo había pasado sin advertirla. Se instaló encima de ella, dio unos pasos atrás y volvió al aparato. Las raíces oprimían una piedra resquebrajada como abrazándola. Cuando, más tarde, vi en casa de Sudek aquella fotografía, no daba crédito a mis ojos. ¡La raíz era en la foto tan hermosa como una escultura de Miguel Angel . Y luego dicen que la fotografía no es arte ".


3 comentarios:

  1. Mercedes que hermoso trabajo , nos acercás hoy, esas fotografías son poesía pura, a mi me emocionan por su simplicidad y belleza. Gracias amiga.

    ResponderBorrar
  2. tu trabajo e investigación es maravillosa!!!! que decir del autor, su sensibilidad fotográfica enamora a primera vista!!!!!

    ResponderBorrar
  3. ¡Excelente tu trabajo Mercedes!!!! El fotógrafo me resultó admirable, no lo conocía y te agradezco que hayas compartido tu investigación. ¡Un verdadero placer!!!

    ResponderBorrar

deja tu comentario gracias!