un cuento de: marta puey
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"DE HALLOWEEN, DE TODOS LOS SANTOS Y DE LOS MUERTOS"
El perfume de los paraísos recordó al Abuelo una fecha importante. Se acercó con el paso inseguro, apoyó en el bastón, tomó con la otra mano el calendario que estaba sobre el escritorio y acercándolo a sus ojos encontró que decía noviembre, le extrañó no ver el 1 y el 2 de color colorado, lo volvió a dejar y cavilar se dirige lentamente hacia la puerta del jardín; allí estaba su nieta mayor hablándole a los niños de brujas, disfraces, golosinas... y se alejó murmurando. ¡ja! ¿disfraces con golosinas?, como han cambiado los tiempos, si los corsos siempre fueron con serpentina y papel picado.
Todo seguía siendo tan raro como este noviembre al que le faltaban dos números colorados. Continuó con el paso amortiguado por el verde y acolchado césped, avanzando por el parque hacia donde su hija estaba eligiendo las rosas de cabo más largo; se acercó a ella y le dijo:
-También cortarás gladiolos y crisantemos, ¿no?
- ¿¡Papá, no me parece que mezcle tantas flores en un mismo jarrón, quede bien!? -respondió.
La miró desconcertado, en voz baja y dando media vuelta, se preguntó a sí mismo, ¿un mismo jarrón, si en la bóveda hay dos a los costados y uno más bajo en el centro?
Retornó caminando bajo el sol que le acariciaba su pelo blanco y su cara tostada, se iba acercando hacia la galería con la intención de sentarse y descansar sus piernas. Escuchó el ruido del motor de un auto, y regocijado pensado, ya están aquí Maruja, José y los chicos, hoy sí que la mesa va a ser grande y alborotada. Sentado escuchaba el griterío y repasando la escena de memoria recordó como las puertas del auto se abrían despidiendo muchachitos, a su hermana y cuñado repartiendo recomendaciones no escuchadas.
Lo despabiló el olor del asado que junto al reclamo de su yerno y los más jóvenes le sugirieron levantarse y dirigirse al comedor, donde la mesa iba a ser grande y alborotada, donde todos hablaron de Hallowen y del Día de Brujas y donde en medio de este ir y venir, volvió a decirse a sí mismo: mmmhh..ahora entiendo por qué .cuando éramos niños no nos dejaban hablar de las brujas ¡si se nos han llevado a los santos! y ¡hasta los muertos!Marta Puey
Buenos Aires
Noviembre de 2002.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Muy bueno Marta, así estamos los mayores medios despistados con Halloween y extrañando los carnavales de nuestra época.
ResponderBorrarGracias Mercedes, las de ahora son otras celebraciones.
BorrarMaravilloso relato querida Marta, a medida que lo leemos, viajamos en el tiempo, para revivir viejas costumbres, relacionadas con nuestros queridos muertos, antiguamente se estilaba, ir a los cementerios y hacer una recorrida por las tumbas de los seres queridos. Estas costumbres en muchos países se siguen conservando, como por ejemplo México y Guatemala, estos se basan en antiguos ritos aztecas y mayas!!! muchos turistas viajan exclusivamente para vivir el ritual!!! gracias por tu relato, lo disfrute muchísimo!!!!
ResponderBorrarTu devolución muy rica en información.
BorrarSon transformaciones que tienen que ver con las influencias culturale.
Algunos países resisten la colonización culto.
Gracias una vez más por el espacio "Atrapados...."!
Gracias a vos, por permitirnos deleitarnos con tus obras!!!! besote
BorrarMarta, qué relato más bello ! , el desconcierto de los mayores antes estas nuevas costumbres, que nos alejan de los afectos, y que se viven con nostalgia. Que no haya un día que podamos rendir homenaje a nuestros seres queridos que ya no nos acompañan, que otras fiestas extrañas las reemplacen.Gracias por tu relato tan emotivo. Éxito querida amiga.
ResponderBorrarQué gusto encontrarme con este Abuelo. Yo siento y pienso como él. No me avergüenza confesar de que no tengo la menor idea de lo que representa Halloween, ni de dónde viene ni hacia dónde va. Con respecto a las brujas (y que las hay, ¡las hay!...¡Y a montones! ¡Por todos lados!): no me gustan, me gustan las mujeres "con angel". Es por eso que me disfruté la caminata por el jardín , "a paso amortiguado por el verde y acolchado césped"/, con el Abuelo que nos presentó Marta Puey. Yo también preferiría los jarrones con rosas, gladiolos y crisantemos... Esta tan bien narrado que el lector se siente dentro de esa familia y con derecho a opinar. Yo, por ejemplo, tendría ganas de sentarme al lado del Abuelo y cuando los jóvenes, en el asado dominguero, comienzan a hablar de Brujas y Halloween, decirle llenando las copas con vino: "¡Bebamos por nosotros y nuestros muertos queridos!"
ResponderBorrarUn relato bello y emotivo, con un dejo de melancolía y ternura, el clima acogedor que describes en cada escena me transportan en el tiempo, Como siempre es un placer leerte, Marta. Felicitaciones por esta nueva presentación!!. Gracias por tu bello arte expresado en letras. Éxitos totales, querida amiga!!
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