LA FLORALIS GENÉRICA, UN EMBLEMA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES
Ubicada en la Plaza de las Naciones Unidas, en el barrio de Recoleta, la Floralis Genérica es una impresionante escultura de una flor construida en aluminio y acero.
Veamos un poco la historia de este monumento.
Esta obra de arte contemporáneo fue diseñada por el arquitecto Eduardo Catalano (1917-2010) y se inauguró en el año 2002. La flor está compuesta por 18 toneladas de acero inoxidable y cuenta con un mecanismo que le permite abrirse y cerrarse con la luz del sol, simbolizando el ciclo de la vida.
Situada en la Plaza de las Naciones Unidas, sobre Avenida Figueroa Alcorta, frente a la Embajada de Francia, la Flor de Metal se ha convertido en un ícono de la ciudad y un punto turístico muy popular. A lo largo de los años, ha recibido a miles de visitantes que buscan capturar su belleza en fotografías y disfrutar del entorno natural que la rodea.
La Floralis Genérica mide 23 metros, pesa 18 toneladas y cuenta con seis pétalos que tienen movimiento y se abren al amanecer y cierran al anochecer, o cuando hay mal clima.
La obra está hecha de aluminio y acero inoxidable por la empresa que fabrica aviones Lockheed Martin Aircraft Argentina. una de las mayores multinacionales dedicadas a la fabricación de aviones y sistemas de defensa, desde misiles hasta radares y software. En rigor, por aquellos años, la empresa estadounidense tenía en concesión, lo que hoy es FAdeA (Fabrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín SA), que regresó a manos del Estado en 2009. La flor fue construida en Córdoba, entre enero de 2001 y febrero de 2002.
Esto explica por qué los pétalos lucen como el revestimiento del ala de un avión: "Fue una construcción muy compleja, de doble curvatura, rígida, de dos caras y costillas entremedio", describió Catalano en el libro "Arquitectos argentinos for export", de Luis Grossman y Daniel Casoy.
La flor, además, se emplaza sobre una fuente circular de agua, construida en hormigón armado, lo que permite que los pétalos se reflejen sobre el agua y resalten este hermoso monumento.
La Floralis genérica se abre y se cierra moviendo sus pétalos, por medio de un sistema eléctrico automático, que tiene sensores que logran que la flor se cierre al oscurecer.
Cuando se cierra, acompaña su movimiento, un sistema de luces que posee en su interior y en los alrededores, que le dan una tonalidad rojiza muy llamativa. Se abre por la mañana, a las 8 a.m., y se cierra Por la noche, cuando cae el sol.
Durante cuatro noches al año, la flor queda abierta: el 25 de mayo, para conmemorar la Revolución; el 21 de septiembre, para unirse a los festejos de la primavera; y el 24 y el 31 de diciembre, por Nochebuena y fin de año.
Es la primera escultura en movimiento controlada por un sistema hidráulico y células fotoeléctricas.
¿Cómo surgió la idea de este monumento?
La obra nació en la mente del autor cuando vio cerrarse una flor en el jardín de su casa. Entonces, la diseñó y la mandó a construir para donar a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La denominó Floralis Genérica en homenaje a todas las flores. Representa a todas las flores.
Respecto al nombre de su obra, Eduardo Catalano, comentó en una entrevista: "Cuando la concebí sentí por unos instantes, sólo por unos instantes, que me había convertido en arquitecto de la Diosa Naturaleza creando una nueva flor sobre la Tierra. Flor que por su carácter genérico es síntesis y símbolo de todas las flores".
La donación tiene una explicación, según las palabras de Catalano: "Vengo de la cultura americana, que tiene sus defectos y virtudes. Entre las últimas está la filantropía, y por eso he querido brindar a la Ciudad de Buenos Aires esta ''obra ambiental'', como elige definirla, en términos técnicos. Quise lo dinámico, agrega, y en arquitectura me considero estructuralista. Quiero pureza, precisión, tecnología, y una representación del mundo", señaló Catalano en la entrevista, quien tenía 82 años, en ese momento.
Eduardo Catalano concibió su hacer "como un goce de la arquitectura como arte", Alguna vez dio precisiones en una entrevista: "Me considero un arquitecto que exalta la organización que brinda la estructura y su relación con geometría y espacio. Las dos primeras son ramas de la ciencia. El espacio es una expresión poética. Las tres son una unidad indivisible, como es el fuego y la luz". En ese sentido la "Floralis Genérica" es una obra de arte y así aspira Catalano que sea vista. Y "tal vez hay allí una aspiración confesable pero no dicha de quedar en el recuerdo de la sociedad por muchos años", señalan los analistas.
Nada es igual en el paisaje de la avenida Figueroa Alcorta , desde el 13 de abril de 2002. Los ojos se van irremediablemente hacia esa imponente estructura color plata refulgente que está abierta durante el día y cierra al atardecer, permitiéndonos ver sus colores rojizos reflejados en la fuente, que la han convertido en un emblema de la Ciudad de Buenos Aires.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
deja tu comentario gracias!