LA HISTORIA DEL CEMENTERIO DE LA RECOLETA: ENTRE LEYENDAS Y GRANDES OBRAS DE ARQUITECTURA
El Cementerio de la Recoleta es reconocido como uno de los lugares más importantes. Se caracteriza por su valor artístico, histórico y arquitectónico lo que lo convierte en uno de los íconos turísticos de Buenos Aires. Cuenta con más de 4500 bóvedas de estilos muy variados, entre las que se incluyen templos griegos y hasta pirámides egipcias.
Desde el punto de vista de las esculturas el Cementerio de la Recoleta posee una exquisita colección, considerada la más grande del mundo al aire libre en un predio tan pequeño. Más de 1500 esculturas hechas por los mejores escultores entre 1870 y 1930, artistas franceses, italianos, ingleses, irlandeses, argentinos, están allí dando una muestra extraordinaria de arte.
Hoy en Domingos de Curiosidades, vamos a contarte un poco de su historia, y de sus leyendas.
Historia
Antiguamente, los muertos eran inhumados en los llamados "camposantos", la parte posterior de las iglesias y las personalidades importantes en el interior de las mismas
En 1820, durante el gobierno de Martín Rodríguez y su ministro, Bernardino Rivadavia, fueron expropiados los terrenos ocupados por el huerto de la Congregación Franciscana, siendo destinados a la construcción del Cementerio del Norte (el primer cementerio público en la ciudad de Buenos Aires).
¿Qué significa la palabra "cementerio" en español?
Antes del cristianismo, al lugar donde enterraban a los muertos se le llamaba "necrópolis" (ciudad de los muertos, en español).
La palabra cementerio viene del griego (koimeterion) y en español significa "dormitorio". Esta palabra fue introducida por los cristianos, con la esperanza cristiana en la resurrección.
De ahí que los cristianos dicen que los muertos están "descansando en paz", a la espera de la resurrección.
El arquitecto e ingeniero, Próspero Catelín se ocupó del proyecto del Cementerio del Norte, que en principio era solo para católicos, siendo inaugurado en el año 1822.
Los primeros en recibir sepultura fueron una joven uruguaya llamada Dolores Maciel y un joven liberto llamado Juan Benito.
En 1863 el presidente Mitre firmó un decreto que permitía que fuesen enterrados los practicantes de otras religiones.
Con el tiempo, el Cementerio del Norte llegó a un estado de abandono hasta que en 1880, el primer Intendente de la ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, encomienda al Arquitecto Juan Antonio Buschiazzo, su remodelación.
Se pavimentaron sus calles, se rodeó con un muro de ladrillos y se embelleció con un pórtico de entrada con doble hilera de columnas de fuste acanalado de orden dórico.
En el friso se destacan 13 alegorías, símbolos de la vida y de la muerte.
El Cementerio del Norte ocupa actualmente cinco manzanas y media, y cuenta con alrededor de 4870 sepulcros a perpetuidad. Más de 70 bóvedas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional y el Cementerio en sí es considerado de esa manera desde el año 1946, por los personajes ilustres que allí descansan, por la calidad arquitectónica y por sus magníficas esculturas.
Se lo comenzó a llamar Cementerio de la Recoleta desde 1949.
Es uno de los más importantes del mundo junto con el de Staglieno en Génova y el Père Lachaise de París.
Al ingresar al peristilo se observan en el piso tres fechas: 1822 (año de creación del cementerio),1881 (fecha de su primera remodelación ) y 2003 (tercera remodelación).
A la derecha se encuentra una capilla dedicada a la religión católica, en cuyo altar se observa un Cristo realizado, en mármol de Carrara blanco de una sola pieza, por el escultor italiano Giulio Monteverde (quien fue maestro de Lola Mora). Debajo, en el altar realizado en granito, se lee la siguiente frase: "Ego sum resurrectio et vita" (Yo soy la resurrección y la vida). En el peristilo, frente a la capilla, se halla un púlpito utilizado para ceremonias practicadas por otros cultos.
A partir de fines del siglo XIX, las familias más acomodadas comenzaron a mudarse hacia esta zona norte de la ciudad como consecuencia de la epidemia de fiebre amarilla que acometió a los barrios sureños de Montserrat y San Telmo. El barrio comenzó a tornarse un barrio de "clase alta", y el cementerio se convirtió en el sitio de entierro preferido para estas familias en conjunto a ciudadanos argentinos de gran prestigio.
Misterios y leyendas en torno al Cementerio
David Alleno
David Alleno trabajaba en el cementerio y ahorraba cada centavo para comprar una de esas tumbas. Contrató a un arquitecto para que le diseñe la tumba y a un escultor genovés quien realizó un bajo relieve de Alleno en sus ropas de trabajo. Cuando la tumba estuvo lista, sólo faltaba el cuerpo, así que, Alleno se suicidó tomando veneno a los 35 años.
Los trabajadores del cementerio dicen que, a veces, se oyen ruidos provenientes de su tumba, como si Alleno no estuviera satisfecho con su lugar de descanso.
Rufina Cambaceres: la joven que murió dos veces
Rufina era una joven de la alta sociedad porteña que murió súbitamente el 31 de mayo de 1902 mientras celebraba sus 19 años. Tres médicos que habían concurrido al festejo dictaminaron que había fallecido de un síncope. Con los años, esta historia fue atravesada por una leyenda que la transformó.
La principal versión cuenta que la madre de Rufina decide suspender el velatorio e ingresar el cuerpo a la bóveda familiar. Al otro día, el cuidador de la bóveda detecta que el féretro de Rufina estaba desplazado. Al abrir el ataúd, se encuentran con el horror: el cuello y la cara de Rufina estaban rasguñados, como así también el interior del féretro. Rufina había sido ingresada viva y había tenido un ataque de catalepsia.
La leyenda dice que Rufina se convirtió en una dama de blanco que habita el Cementerio y que algunos vecinos de la Recoleta afirman haberla visto con su vestido blanco detrás de la puerta del Cementerio en las madrugadas. Lo cierto es que los libros del Cementerio constatan que efectivamente Rufina fue velada en esa fecha. Todo lo demás solo es leyenda.
Alfredo Gath: el miedo a ser enterrado vivo
Alfredo Gath, empresario dueño de las tiendas Gath & Chávez, temía morir como Rufina Cambaceres, enterrada por error mientras aún estaba viva. Ante tal angustia, Gath mandó a construir un ataúd con un dispositivo de seguridad que le permitiría "salir" si caía en un estado de catalepsia.
Este mecanismo hidráulico, que activaba una campana y abría la puerta de la cripta, fue probado por Gath en vida, quien, según relatos, accionó el sistema doce veces, demostrando su eficacia. Pero tras su muerte en 1936, el mecanismo nunca volvió a ser usado y la bóveda de Gath permanece intacta como testimonio de sus temores. La historia del "ataúd con campana" sigue siendo uno de los relatos más escalofriantes relacionados con el miedo a la muerte y al entierro prematuro.
La Dama de Blanco: un encuentro sobrenatural
Luz María García Velloso, una joven que falleció a los 15 años, se convirtió en el centro de una de las historias más perdurables del folclore urbano. Su bóveda, ubicada cerca de la entrada del cementerio de la Recoleta, no es solo un recuerdo de su trágica muerte, sino el escenario de una leyenda que ha capturado la imaginación popular.
Según el relato, un hombre la habría visto vestida de blanco y la invitó a tomar un café en La Biela. Al caer la noche, la joven desapareció de repente, dejando su abrigo manchado de café sobre una bóveda. Intrigado, el hombre volvió al cementerio y encontró el abrigo junto a la estatua de Luz María, cuyas facciones coincidían con las de la muchacha con la que había compartido aquella noche. Desde entonces, la leyenda de la Dama de Blanco sigue viva, y su espíritu errante, dicen, busca consuelo por su partida prematura.
Liliana y Sabú: un perro que desafió el tiempo
La historia de Liliana Crociati de Szaszak es otra tragedia que se ha convertido en leyenda en la Recoleta. Liliana murió, en su luna de miel, a los 26 años en un accidente en los Alpes austriacos, pero su bóveda se ha ganado su lugar en la memoria colectiva.
La joven quedó inmortalizada en una estatua vestida de novia, acompañada por su perro Sabú, quien también tiene su propia estatua. La leyenda que ha trascendido afirma que el perro murió el mismo día que Liliana, aunque en realidad Sabú había muerto años antes.
La figura de Sabú tiene el hocico desgastado por los toques de los visitantes, quienes aseguran que tocarlo trae buena suerte. Algunos incluso sostienen que el espíritu del esposo de Liliana, que sobrevivió al accidente, sigue visitando la bóveda de su amada para dejarle flores. La estatua de Sabú, por su parte, se ha convertido en un símbolo de fidelidad y misterio.
Tiburcia Domínguez y Salvador María del Carril: el matrimonio mortal
El matrimonio entre Salvador María del Carril, vicepresidente de Justo José de Urquiza, y Tiburcia Domínguez fue marcado por el desprecio y las peleas. Tiburcia, conocida por su afición al lujo y la extravagancia, se distanció de su esposo durante más de dos décadas.
Cuando Salvador murió, Tiburcia heredó una considerable fortuna y como último acto de venganza encargó un mausoleo en el que las estatuas de ambos miran en direcciones opuestas. En su testamento, Tiburcia dejó claro que no quería que su esposo la mirara ni en la eternidad. De esta forma, las estatuas de los dos cónyuges se mantienen, separadas y mirando en direcciones opuestas, como un recordatorio de su conflictiva relación. La historia de Tiburcia y Salvador es un testimonio de cómo, incluso en la muerte, los rencores y las venganzas pueden perdurar.
Personajes famosos en el Cementerio de la Recoleta
Mausoleo Eva Perón
Una visita al Cementerio de la Recoleta no está completa si no te acercas a la tumba de Eva Duarte de Perón, también conocida como “Evita”.
Para los estándares del lugar, el mausoleo de Eva Perón puede resultar anodino por su estética sobria y tradicional. No obstante, su historia resulta fascinante y es un hito político en la historia argentina.
Tras su muerte en 1952 producto del cáncer, su cuerpo fue sustraído del cementerio por el ejército argentino. Esto ocurrió tras el golpe de estado realizado contra el presidente Juan Domingo Perón, su esposo.
El cuerpo de Eva Perón fue devuelto 20 años después y hoy descansa en una cripta fortificada cinco metros bajo tierra, para garantizar la seguridad de los restos de la ex primera dama, una de las figuras más importantes de Argentina.
Si visitas el lugar en fechas especiales como su cumpleaños (7 de mayo) o el Día de la Lealtad (17 de octubre), te encontrarás con pasillos atestados de flores, santuarios improvisados y diversos tributos para saludar y honrar a esta figura nacional.
Domingo Faustino Sarmiento: Político, escritor, estadista, promotor de la educación pública en Argentina.
Arturo Umberto Illia: Político, médico, ex presidente, dirigente de la Unión Cívica Radical, derrocado por un golpe de estado.
Bartolomé Mitre: Político, militar, historiador, dos veces presidente de Argentina y fundador del diario La Nación.
Carlos Pellegrini: Político, abogado, fundador del Banco de la Nación Argentina.
Hipólito Yrigoyen: Político, ex presidente, figura destacada de la Unión Cívica Radical.
Raúl Alfonsín: Político, estadista, promotor de los Derechos Humanos en el país.
Adolfo Bioy Casares: Escritor, ganador del Premio Miguel de Cervantes, co-autor de varios trabajos junto a Jorge Luis Borges.
José Hernández: Militar, escritor, político, conocido por ser el autor del libro de literatura gauchesca “Martín Fierro”.
Victoria Ocampo: Escritora, intelectual, ensayista, filántropa, fundadora de la Unión Argentina de Mujeres.
Oliverio Girondo: Poeta, escritor, promotor de la vanguardia artística de los años 20.
Carlos Guido y Spano: Poeta romanticista.
Armando Bó: Director de cine, actor y productor.
Luis Ángel Firpo: boxeador, promotor del boxeo profesional.
Carlos Saavedra Lamas: Abogado, diplomático, político, reconocido con el Premio Nobel de la Paz en 1936
Cándido López: Pintor de la corriente naif.
Luis Federico Leloir : Médico, bioquímico y farmacéutico argentino que recibió el Premio Nobel de Química en 1970.
En síntesis, el Cementerio de la Recoleta es un lugar lleno de historia, arte y misterio, que atrae tanto a turistas como a investigadores y amantes de la cultura. Podríamos decir que es un museo al aire libre.

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