Paginas de Interés

jueves, 5 de junio de 2025

El Laberinto de la Vida : Hsitoria 1 del Libro

 El Laberinto de la Vida

Desde el día que, fruto del Amor de nuestros padres nos conciben, vamos recorriendo este laberinto de la Vida, lleno de flores y espinas.

Luego de nueve meses, Dios marca en el calendario que debemos ver la luz en este mundo. Y apenas lo hacemos, nos dan una palmada en nuestras nalgas para que se escuche nuestro primer llanto y todos felices sonrían por ello.

También ese día, ÉL, pone en su almanaque secreto, la fecha en que terminaremos de recorrerlo y encontraremos la salida.

Nos dicen que transcurrimos nuestros  primeros años, entre pañales y biberones,  pero sólo lo comprobamos de grandes cuando vemos a los nuevos nacidos, haciendo lo mismo. ¿Nosotros habremos sido iguales? Nos carcome el cerebro por no poder recordarlo.

Cuando empezamos a gatear o dar nuestros primeros pasos, nos encierran en un corralito, un laberinto sin salida, para limitar nuestros actos inquietos y de grandes descubridores.

Todos pendientes de cuál palabra expresaremos primero. ¿Papá o Mamá? Ya somos fruto de la competencia de los demás.

Al tiempo somos independientes y para demostrárnoslo y para hacer uso de ella, nos obligan a ir a la escuela.

Con el correr de los años vamos seleccionando en el laberinto de la vida, qué rumbo tomar, chocando contra las duras paredes de la realidad que nos dice, por ese camino no. Quedamos allí inmóviles, muchas veces, hasta decidir los pasos a seguir.

Momentos alegres, otros tristes, está en nosotros saber atesorar los más dichosos, para tener un sano equilibrio en la vida.

El laberinto de la vida no es, ni más ni menos, que un péndulo, que difícilmente logre el equilibrio. En algunos momentos estamos muy arriba, en un extremo. En otros, abajo.

Eso es lo que debemos visualizar, como el péndulo, cuando llegamos arriba, sin fuerzas quedamos para seguir en el mismo sentido, instantáneamente inmóviles. Pero es transitorio, un nuevo recorrido, tendremos en sentido inverso, pero sin lugar a dudas con las máximas fuerzas en el interior para afrontar el nuevo recorrido, que seguro pasaremos por un instante muy abajo, muy profundo de nuestras vidas.

La vida es tan sabia que, en ese instante, tendremos el mayor impulso para salir de allí y subir nuevamente la cuesta hasta llegar agotados a lo más alto.

Por ello, el péndulo, se asemeja a la alegría y a la tristeza, al bien y el mal, que es lo que nos depara nuestro laberinto.

Si encontramos paz o guerras. ¿Cómo debemos actuar?

Ser fuertes y rígidos, no, porque esa rigidez nos convierte en frágiles. Entonces, maleables, no, porque nos puede desviar de un objetivo deseado o buscado.

¿Entonces? La combinación entre ambas para ser usadas en las diferentes circunstancias del recorrido.

¿Por qué? ¿Para qué? Nos preguntamos cuando nos pasan cosas desagradables, con un sentimiento pesimista. Pero la respuesta debe tener una visión optimista, para seguir avanzando en el recorrido por otro camino más saludable.

¿Pero cuando llegaremos al final? No, esa pregunta no debes hacértela, no está en nosotros esa respuesta, está en ÉL, como dije al principio.

Por ello, no debemos parar, sí descansar, reflexionar un instante, para seguir.

Siempre habrá flores y espinas, flores para disfrutar su belleza. Espinas, para cambiar el rumbo cuando nos producen dolor, porque al fin y al cabo en un tiempo también ellas nos regalarán flores.

Dedicado a Mi Madre Nelly Elvira y mi Padre Alfredo Carlos




©EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN

RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ

REGISTRO DE PROPIEDAD INTELECTUAL

Edición: 2024 Buenos Aires - Argentina

©Autor: Ricky Kimmich

©Diseño de tapa: Ricky Kimmich

©Ilustraciones: Ricky Kimmich

©Editoras: Laura Jakulis - Isabel Santoro


Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.

7 comentarios:

deja tu comentario gracias!