Al oído de una muchacha
Federico García Lorca.
No quise.
No quise decirte nada.
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de risa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.
En sus poemas y en sus dramas se revela como agudo observador del habla, de la
música y de las costumbres de la sociedad rural española.
Una de las peculiaridades de su obra es cómo ese ambiente, descrito con exactitud, llega a convertirse en un espacio imaginario donde se da expresión a todas las inquietudes más profundas del corazón humano: el deseo, el amor y la muerte, el misterio de la identidad y el milagro de la creación artística.
Inolvidable García Lorca y su terrible destino! Fusilado en el barranco de Víznar, a pocos kilómetros de la capital Granadina. Gracias Tesi, por recordar sus obras!
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