lunes, 10 de marzo de 2025

©EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN, Presenta a : Pedro Pablo Lilli - "EL CROAR DE LAS RANAS"

 

ATRAPADOS POR LA IMAGEN


Cuentos y Relatos Presenta a...


PEDRO PABLO LILLI


"Artista de Atrapados por la Imagen"

en...


EL CROAR DE LAS RANAS


 Editorial Atrapados por la Imagen




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REGISTRO DE PROPIEDAD INTELECTUAL
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Editorial Atrapados por la Imagen, es un espacio dedicado a difundir...


¡El arte de todos!




PH: Pedro Pablo Lilli


EL CROAR DE LAS RANAS


El descapotable amarillo superesport dibujó velozmente las curvas del camino, que ascendían por la colina, serpenteando entre vides prontas para ser cosechadas.

Se detuvo en el parador, emplazado un par de recodos antes de llegar al Castillo medieval, que, por estar en la cima, dominaba el paisaje y daba nombre al condado.

Ludovico estacionó bajo el pórtico y fue a sentarse en el mirador, para apreciar en toda su belleza, el viñedo prolijamente cultivado bajo el cielo granate del atardecer. 

Pidió una jarra del vino local, bien fresco, de cantina, que cató lentamente para confirmar las dotes de su justa fama.

Un quinteto de músicos probaba sonido en un ángulo debajo de la pérgola de glicinas en flor que perfumaba el aire. Detuvo brevemente la mirada en quien, seguramente, entre ellos, era la cantante: diminuta, atractiva y de edad indescifrable.

Se quitó las gafas de sol, pero la intensa luz del ocaso que coronaba las colinas del otro lado del valle, lo disuadió.

Las candilejas, sobre la vacía pista de baile a damero, se encendieron, en tanto que la camarera posaba frente a él una tabla de higos, queso parmesano y jamón crudo, junto a un cestillo con rodajas de pan de campo.

Lentamente las mesas de la terraza se fueron ocupando con la suave música que oficiaba de telón de fondo.

Oscureció.

La luna, ahora, resplandecía sobre la vista panorámica y podían distinguirse, las luces zigzagueantes de los autos de quienes venían a sumarse para cenar y bailar en la elegante posada. 

Pidió otro cuarto de vino y unas brusquetas para acompañar.

— ¿El convertible amarillo es suyo?— preguntó la camarera mientras le servía el pedido. 

— Sí… ¿Le ocurrió algo? ¿Molesta donde lo ubiqué?

— Es el lugar del Director. Hasta ahora no ha dicho nada. ¿Se irá Ud. tarde o pernoctará aquí?

— Depende – respondió con una sonrisa que buscaba complicidad - La luna, el vino, la noche…dirán.

Un grupo de jóvenes alegres irrumpió en la terraza mientras, la banda comenzaba a tocar temas bailables y, las parejas salían a la pista con gran frenesí.

— ¡Vico!— gritó uno del grupo y, seguido por los otros, se sentaron a su mesa, arrimaron otras dos y pidieron comida y más vino.

Comieron y rieron hasta que, el ritmo irresistible de la música los empujó a bailar.

Ludovico permaneció sentado sin inmutarse. Frente a él, Lea, lo imitó. Permanecieron unos minutos en silencio, en un incómodo, interminable silencio, que ella, finalmente,  interrumpió tomando la iniciativa:

— No está obligado a sacarme a bailar.

El sirvió las dos copas y, sin hablar, brindaron mirándose detenidamente a los ojos. 

— ¿Ve aquel aljibe?— preguntó él, desenvuelto— Lo habitan ranas que croan con resultados milagrosos.

— ¿Milagrosos en qué sentido?

— Generan, en quiénes las escuchan, un "Antes" y un "Después".

—Y el "Después", ¿es mejor o peor?

— Depende de varios factores. Si se combinan adecuadamente, garantizan el mejor de los resultados.

—¡Me intriga! ¿Y cuáles son esos factores, si se puede saber?

—El primero de todos es el género...

— Mujer, en mi caso.

— ¿Vegana?

— ¡No!

— Vamos bien...

— ¿Y en qué les afectaría a las ranas que yo fuera vegana?

— Es una cuestión de afinidad. Ellas son carnívoras: comen mosquitos, gusanos..., les encantan las babosas, por ejemplo. Están más predispuestas hacia quienes más se les asemejan. 

— ¿Yo parezco una rana?

— Por supuesto que no.

— Tampoco como babosas o insectos…

— ¿Grupo sanguíneo...?

— Cero negativo.

— Carácter...

— Insoportable.

— ¿En serio?

— Todos lo dicen.

— A mí no me parece...

— Porque aún no me conoce. 

— ¿Podríamos definirlo, "efervescente"?

— No. Insoportable.

— De acuerdo: insoportable.

— Pero sincera. ¡Sigamos!

— Situación sentimental...

— ¿Eso influye?

— Es determinante: son muy románticas, las ranas. 

— Mmmm... ¿se ríe de mí?

— En serio, créame. 

— Calamitosa

—¡Qué maravilla!

—¿Mi situación sentimental?

— ¡No! La oportuna combinación de todos los factores: Una mujer, carnívora, cero negativa, sinceramente insoportable por una calamitosa relación sentimental...

Lea echó una carcajada divertida y levantándose con gran glamour, invitó:

— ¡Vamos, tengo que escucharlas!


Llegados al aljibe, en el centro del jardín, detrás de la pérgola florecida, a oscuras y alejados de la pista de baile, se asomaron a escuchar las ranas. En el fondo del pozo, sobre la superficie quieta del agua, se reflejaba la luna, que acababa de aparecer, detrás de una nube en viaje. Un brillante resplandor plateado iluminaba la escena.

— No escucho nada. ¡No hay ranas!— dijo Lea indignada.

— Escuche atentamente: hay grillos, en su lugar.

— Pero yo no vine por esos crustáceos alados, que –además- son herbívoros!

— No se preocupe. Tienen idénticas propiedades milagrosas…

—¡Ud. me ha traído aquí, engañada! ¿Qué se propone?

— ¡Pero no, mujer! Es cuestión de esperar uno minutos…

— ¡Autor! ¿Dónde está el Autor de este cuento? ¡Lilli, venga para acá! ¡Inmediatamente! ¡No se esconda!


(Disculpe el Lector, transcribo literal…)


Yo: — Lea querida, ¿Qué sucede?

Lea: — Le pido que respetemos las cláusulas que establecimos. Yo, como protagonista femenina principal, no debo sufrir. No quiero ser víctima de un nuevo engaño. Ya bastante he sufrido y he sido engañada en esta vida…(se echa a llorar).

Yo: — ¡Pero Lea! Está previsto un final felíz…déjeme escribir un par de párrafos más y verá…

Lea: —¡Advierto! Nada de escenas de  sexo  explícito. ¡Que quede claro!

Yo: — Ni explícito ni implícito. No escribo  literatura porno.

Camarera: — Sr. Lilli, disculpe que me entrometa, pero si necesita una doble, para una escena un poquito erótica, en este cuento o en otro, yo, modestamente…

Yo: — ¿Pero qué está pasando? ¿Qué es todo esto?

Ludovico: — Al parecer hay un cierto  descontento…

Yo: —¿Pero,  por qué? Veníamos bien…

Ludovico: — Y…más o menos. Eso de las ranas y de los grillos…para mí es una gran estupidez…Perdone, lo digo con todo respeto, pero ¿quién leería semejantes tonterías?

Cantante: — Bueno, pero se podría remediar. Por ejemplo, lo de las ranas, si al Autor no se le ocurre nada mejor, se puede dejar. La pareja va al aljibe y, donde dice: “Un brillante resplandor plateado iluminaba la escena”, continúa con, “La hermosa voz de la cantante creó un clima de ensueño…” A propósito, Sr. Lilli, qué poco generoso ha sido Ud. conmigo. Me describe “diminuta, atractiva y de edad indescifrable”.

Yo: — ¿Y qué tendría que haber puesto?

Cantante: — No sé… “Atractiva y sensual, de esa clase de artistas que  hacen delirar a  su público apenas salen a escena”

Yo: — Bueno, puedo cambiarlo…

Lea (llorando): — Se abusan porque una necesita trabajar…

Uno del grupo de Lea (desde el borde de la pista, a los gritos): - ¡Lea, nos vamos! ¡De prisa!

Lea: — Adiós a todos. (sale corriendo en busca de sus amigos)

Yo: (dirigiéndome a los otros) — Veamos cómo podemos corregir el texto…

Camarera: — Sr. Lilli, en todo caso lo dejamos para otro momento. Ud. sabe cuánto lo quiero y lo respeto, Ud. es como un padre para mí, pero ahora, con su permiso, con Vico nos vamos. Con el auto, en una hora estaremos en el mar. Me fascina ver el cielo nocturno desde la playa. Llámeme para cualquier tipo de cuento, no tengo problemas. ¡Me encanta como escribe! (se va abrazada a Ludovico).

Yo (mirando a la cantante): — No sé qué decir…

Permanecimos un instante en silencio que, en realidad, silencio no era: croaban las ranas y cantaban los grillos.

Cantante (tomándome del brazo): — ¿Sabe qué edad tengo?

Todos los Derechos de Autor y Propiedad Intelectual, pertenecen a: 


©PEDRO PABLO LILLI

Rosario - Argentina

Fotografías: Pedro Pablo Lilli

Edición: Editorial Atrapados por la Imagen

Marzo 2025


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Afectuosamente...


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1 comentario:

  1. Una divertida muestra de un relato capaz de atravesar el marco de la escena.

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