ARQUITECTURA Y GRABADO, LOS INICIOS DE UN ARTISTA
POLIFACÉTICO
Aunque no sepas quién es, seguro que alguna vez has pensado en usar la obra de M.C. Escher (como se conoce popularmente a Maurits Cornelis Escher, 1898-1972) para decorar. Colgar una lámina de uno de sus cuadros en esa sala vacía, regalar un libro de pósters en un cumpleaños-callejón-sin-salida, incluso tatuarte uno de sus dibujos en tu espalda!
Así es la obra de este inclasificable imaginauta holandés: extraña, personalísima, inmediatamente reconocible hasta el punto en el que solo lo son unos pocos artistas, como El Bosco, Picasso o Dalí. Pero también accesible, pop, fascinante sin exigencias de profundos conocimientos de arte o diseño. Los acertijos visuales de Escher encierran su propia respuesta y esta se encuentra bien a la vista, y por eso es tan satisfactorio contemplar su obra. Al espectador de sus grabados le inunda una tranquila paz cuando se enfrenta a sus inquietantes parajes y universos retorcidos. La razón: que enuncia el enigma al mismo tiempo que susurra la solución.
M.C. Escher nunca llevó una vida pública demasiado llamativa, a diferencia de otros muchos artistas de vanguardia, como los surrealistas, con cuya obra tan a menudo se le ha relacionado. Su contacto con otros creadores era atípico, y prefería intercambiar impresiones con gente como el geómetra H.S.M. Coxeter o el matemático Sir Roger Penrose (la correspondencia que mantuvo con ambos será expuesta también en la muestra). De hecho, le resultaba fastidiosa la luz pública y vendía carísimas sus obras en un inútil intento de que no se difundieran demasiado. Tal fue su voluntad de rehuir la fama internacional que llegó a rechazar una oferta de Mick Jagger para diseñar una portada de los Rolling Stones.
Ese esfuerzo, sin embargo, fue inútil. La influencia de sus dibujos es inabarcable y está presente en medios que Escher no llegó a conocer en primera persona. Por ejemplo, los videojuegos, donde títulos tan curiosos y distintos entre sí como Echochrome o Monument Valley han bebido de sus diseños. (por citar algunas)
Escher prefirió, antes que entrar en el mercado del arte (y obtener un jugoso beneficio de ello), viajar y dejar que su obra se viera influida por las excentricidades arquitectónicas de otros lugares. Con 24 años, en 1922, hizo un extenso viaje por Italia y España que le marcaría profundamente. Siempre destacó que La Alhambra de Granada tuvo una importantísima influencia en su obra. En Italia Escher conoció a su mujer y tuvo a su primer hijo, pero el ascenso del fascismo de Mussolini le hizo mudarse a Suiza, primero, y luego a otros países. Quería que su obra estuviera absolutamente limpia de cualquier tipo de mensaje político o social. Posiblemente, esa cristalina ausencia de mensaje, ese recrearse en la mera plasticidad visual es uno de los secretos de su asombrosa atemporalidad.
Three Spheres II (Tres esferas II), 1946 |
Waterfall (Cascada), 1961 |
Ese esfuerzo, sin embargo, fue inútil. La influencia de sus dibujos es inabarcable y está presente en medios que Escher no llegó a conocer en primera persona. Por ejemplo, los videojuegos, donde títulos tan curiosos y distintos entre sí como Echochrome o Monument Valley han bebido de sus diseños. (por citar algunas)
Still Life With Spherical Mirror (Naturaleza muerta con espejo esférico), 1934 |
Escher prefirió, antes que entrar en el mercado del arte (y obtener un jugoso beneficio de ello), viajar y dejar que su obra se viera influida por las excentricidades arquitectónicas de otros lugares. Con 24 años, en 1922, hizo un extenso viaje por Italia y España que le marcaría profundamente. Siempre destacó que La Alhambra de Granada tuvo una importantísima influencia en su obra. En Italia Escher conoció a su mujer y tuvo a su primer hijo, pero el ascenso del fascismo de Mussolini le hizo mudarse a Suiza, primero, y luego a otros países. Quería que su obra estuviera absolutamente limpia de cualquier tipo de mensaje político o social. Posiblemente, esa cristalina ausencia de mensaje, ese recrearse en la mera plasticidad visual es uno de los secretos de su asombrosa atemporalidad.
Eye (Ojo), 1946 |
Ascending and Descending (Escalera arriba y escalera abajo), 1960 |
Bond of Union (Banda sin fin) |
Bond of Union (Banda sin fin), 1956
Una de las obras más famosas de Escher es también una relativamente inusual, ya que combina la observación de la realidad (un retrato de sí mismo y de su mujer) con la plasmación visual de un problema técnico (el dibujo de formas tridimensionales) y cierto simbolismo en cómo las bandas se entrecruzan, de todos los sitios posibles donde pueden hacerlo, por las frentes de las cabezas.
Drawing Hands |
Drawing Hands, 1948
Una extraña cinta de Moebius (que Escher también dibujó en repetidas ocasiones)
Day and Night (Día y noche), 1938
Sus trabajos son muchísimos y podríamos pasarnos todo el día hablando de su obra, pero no seria posible lograrlo solo en un informe!!
Espero que te haya gustado tanto como a mí!!! hasta la próxima!!!
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