Naces en Fe Santa y lagrimas
del llanto del Quinto y surcas las Pampas, todas tuyas como siempre lo fueron,
de ellas a ti las aguas llegan y te hacen fuerte y crecer, eres una marca en la
llanura. Poderoso y conocido como gran cacique, dueño de todo.
Cuando las sequías, muestras
tus grietas en la tierra como las arrugas de aquel emperador, señal del
maltrato nuestro en el tiempo. Cuando las lluvias, abrazas a todas las gotas y
a tu cauce las llevas, inundas y riegas y muestras tu joven fortaleza, cuando
libre quieres ser cambias tu cauce derrumbando las tierras que te rodean.
Diques de hormigón hoy te
construyen para detenerte, como aquellos Fortines de tronco, pero tu sangre
sufriente, fuerza y pasa, porque siempre libre quieres ser y llegar a la Bahía
de Samborombón descansar, para mezclarte con la inmensidad del mar y hasta el
África llegar y vaya a saber qué Consejo liderar.
Tú, Tuvichá Mirim, el rey de
nuestras Pampas, siempre vivirás por más que le pongan nombre blanco Sal en la
actualidad, hoy sos la sangre del trigo y el maíz y enfrentas al girasol con el
Sol. Las Aves del Señor en tus brazos se apoyan para de ti beber lo que tus venas llevan, los arboles en tus
orillas se elevan al cielo pidiendo una plegaria por vos, apretando sus raíces
a nuestra Madre Tierra.
El río es reflejo del Tuvichá
Mirim quien lo recorrió mucho tiempo y vivió en sus orillas, tiempos en que todas
las Pampas eran de ellos, nuestros pobladores originarios, el río es el reflejo
de la libertad que fluye por la llanura , libre como lo era el poderoso cacique
y su tribu.
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