Sensaciones...

Sensaciones...

Se puso pensativo, como meditando cada gesto, cada palabra a decir, como si estas le fueran a salir desde el fondo del alma. Se paró y mirándome fijamente a los ojos me dijo, en tono pausado y gesticulando con fuerza, señalándome con el dedo índice de la mano derecha:

-¿No te ha pasado él sentirte en otra cosa, en otro lado, como que el cuerpo

no está en donde vos estás? ¿No sentís que la mente maneja otra cosa?

En un principio, no supe que contestarle, ni siquiera supe de que me estaba hablando, pero me dejó preocupado el comentario y decidí seguirle la corriente para intentar ver hasta donde llegaba o saber que le estaba pasando.

- Sí, a veces me pasa, no muy seguido, me hace sentir extraño. Le contesté.

Me miró como sí descreyese de lo que le estaba diciendo y se retiró un poco, se dio vuelta y mirando el techo comenzó a putear y a decir toda clase de palabrotas e improperios, sabe Dios a quiénes iban dirigidos.

Delante mío su cuerpo se puso tenso, comenzó a arquearse y cayo al suelo, golpeándose fuertemente la cabeza, corrí para intentar ayudarlo y me incliné junto a él, de pronto, de ese cuerpo, se comenzó a levantar como otro ser, con una luminosidad incandescente que me obligó a entre cerrar los ojos, se detuvo como a dos metros míos y a unos cincuenta centímetros por sobre el suelo, me miró, rió con carcajadas despectivas y desapareció.

Texto y Foto... Enrique M Picchio.