Chema Madoz:juegos de imaginación

José María Rodríguez Madoz, mas conocido como Chema Madoz (Madrid, 1958), es un reconocido fotógrafo español a quien en el año 2000 le fue concedido el Premio Nacional de Fotografía. Estudió Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid y Fotografía, en el Centro de Enseñanza de la Imagen. Ha realizado numerosas exposiciones individuales, tanto en España como en el extranjero, y se destacan sus trabajos surrealistas en blanco y negro. Su obra reúne imágenes extraídas de hábiles juegos de imaginación, en los que perspectivas y texturas tejen sus imágenes.
La Real Sociedad Fotográfica de Madrid expuso la primera muestra individual del autor en el año 1985. En 1988 la Sala Minerva del Círculo de Bellas Artes (Madrid) inauguró su programación de fotografía con una exposición de sus trabajos. Dos años después, en 1990, comenzó a desarrollar el concepto de objetos, tema constante en su fotografía hasta la fecha.
Gran admirador de la fotografía de Duane Michals, Chema Madoz ha contado en alguna ocasión que en su trayectoria fotográfica sí existe un antes y un después. Para ello hay que remontarse al año 1984. Una fotografía que le supuso descubrir que podía relacionar diferentes realidades a través de la forma y la similitud. Una imagen que lo llevó a encontrar un discurso y un lenguaje visual propio, un nuevo universo que siempre estuvo ahí: el suyo propio.
Madoz trabaja sus fotografías únicamente en Blanco y Negro como un medio de oponer el ying y el yang de los elementos que fotografía. Elementos que cobran un dramatismo surrealista y minimalista cuya única elección para mostrarse al mundo es en Blanco Y Negro.
Sus fotografías representan no solo su forma de ver el mundo sino su forma de fabricarlo, razón por la que, en numerosas ocasiones, saca las herramientas y el mameluco de trabajo y cual ingeniero, carpintero o mecánico de su universo fabrica la fotografía. Cabe agregar que sus obras dejan poco lugar a las emociones y los sentimientos. Resulta ser una fotografía inteligente en el sentido de que lo que pretende es despertar la inteligencia del observador.