viernes, 30 de agosto de 2024

CONOCIENDO A MARY SHELLEY , A 227 AÑOS DE SU NACIMIENTO.

 MARY SHELLEY,  LA ESCRITORA QUE LE DIO VIDA A FRANKESTEIN.

 

La vida de Mary Godwin (llamada más adelante Mary Shelley) estuvo marcada por la pérdida desde su nacimiento, el 30 de agosto de 1797: nunca conoció a su madre, Mary Wollstonecraft, que murió a las pocas semanas de dar a luz; y cuando tenía cuatro años, su padre se casó de nuevo con Mary Jane Clairmont, una mujer a la que la pequeña detestaba y a quien siempre culpó de haberle apartado de su padre.

Por su parte, William Godwin era un escritor y filósofo de ideas muy liberales para su tiempo: describía el matrimonio como “un monopolio represor” y promocionaba las ideas feministas de su primera esposa Mary Wollstonecraft y aceptó sin problemas a Fanny Imlay, la hija que su esposa había tenido en una relación extramarital, algo que a los ojos de la sociedad inglesa bienestante resultaba escandaloso. A pesar de esta reputación y de estar constantemente endeudado, William Godwin aún pudo procurarle una buena educación a su hija, que contó no solo con la rica biblioteca de sus padres sino también con un tutor y una institutriz.

Siendo una niña, Mary se evadía en el cementerio de Saint Pancras, donde fue enterrada su progenitora. Sobre su tumba aprendió a leer. Su padre solía acompañarla junto a su hermanastra Fanny y practicaban lectura sobre las lápidas..


UNA ESCANDALOSA HUIDA

Entre el grupo de intelectuales de los que Godwin se rodeaba estaba Percy Bysshe Shelley, un joven que consideraba al escritor como un padre intelectual y que llegó a ocuparse de sus deudas durante un tiempo. Era 1814 y Mary Godwin tenía 16 años, cinco menos que aquel muchacho que se convirtió en su primer y gran amor. La relación desde el principio tuvo tintes escandalosos: para escapar de las miradas se daban cita en un cementerio, donde probablemente Mary quedó embarazada de él. Shelley estaba en una posición delicada, puesto que estaba casado —y, además, su esposa también estaba embarazada— y ya no podía seguir pagando las deudas de William Godwin.

Los tres vivieron durante más de un año en una relación de amor libre, subsistiendo gracias a las rendas familiares de Shelley. En ese tiempo, Mary sufrió un duro golpe que se repetiría varias veces a lo largo de su vida: la muerte de su hija, nacida de forma prematura, que la sumergió en una profunda depresión. La muerte la había acompañado desde su nacimiento y, en su huida hasta Suiza, había tenido ocasión de verla en primera persona en una Europa devastada por las Guerras Napoleónicas. En su mente empezaron a nacer los monstruos a los que pronto daría forma..

 

Percy Bysshe Shelley fue uno de los poetas más destacados del Romanticismo inglés, pero el éxito no le fue reconocido hasta después de su propia muerte. Formaba parte de un grupo de artistas e intelectuales que incluía entre otros a Lord Byron, John Keats, Leigh Hunt y Thomas Love Peacock.


LA PESADILLA DE UNA NOCHE DE VERANO, Y EL NACIMIENTO DE "FRANKESTEIN".

En mayo de 1816 Percy Shelley decidió llevar a Mary al pueblo suizo de Cologny, en las orillas del Lago Leman, convencido de que su soleado clima ayudaría a levantarle el ánimo, que también había mejorado desde el nacimiento del segundo hijo de la pareja, William, en enero de ese mismo año. Fueron invitados a la elegante Villa Diodati por el poeta Lord Byron, que había empezado una aventura con Claire, la hermanastra de Mary.

Contrariamente a lo esperado el clima de ese año fue terrible, tanto que 1816 se conocería como “el año sin verano”:, la lluvia les impedía salir de la mansión, a menudo durante días enteros. Así, lo que debían ser unas divertidas vacaciones se convirtieron en una serie de veladas junto al fuego en las que, el grupo se entretenía leyendo historias de fantasmas. Y fue en una de esas veladas donde nació el germen del monstruo que perseguiría a Mary el resto de su vida.: Byron propuso al grupo que cada uno escribiera una historia de terror; sin embargo, a ella no se le ocurría ninguna idea y empezó a sufrir una creciente ansiedad.

Una noche,  Percy y Byron hablaban del poder de la electricidad y de los experimentos de Luigi Galvani, que según parece lograba mover las extremidades inertes de ranas y sapos gracias a descargas eléctricas. Según Galvani, la electricidad estimula los músculos por la existencia de una electricidad animal. ¿Podríamos los humanos crear o devolver la vida a la materia muerta? Cuando Mary se fue a dormir, de repente tuvo un sueño que definió como “un siniestro terror”: “Vi al pálido estudiante de las artes prohibidas arrodillado junto a la cosa que había creado. Vi el espantoso fantasma de un hombre tendido, y luego, por obra de algún potente mecanismo, mostró signos de vida y se agitó con un movimiento inquieto y antinatural. Espantoso como era; porque sumamente espantoso sería cualquier esfuerzo humano para burlarse del mecanismo estupendo del Creador del mundo”.

Inmediatamente empezó a trabajar en lo que suponía que sería sólo un pasatiempo pero acabaría convirtiéndose en la obra por la que sería recordada. La historia crecía alimentada por los propios fantasmas de Mary;  el sentimiento de pérdida por la muerte de su madre y su primera hija.  La separación de su padre dieron luz a una novela sobre la muerte y la vida, la responsabilidad de la paternidad y las consecuencias de desafiar al orden establecido.  Pero el monstruo no sería  el engendro con el que había soñado, producto del láudano que había tomado esa noche, sino un científico que lo crearía como un moderno Prometeo (el hijo de  Titán de la mitología griega) que modeló con barro los primeros seres humanos osando replicar el maravilloso mecanismo con el que, el Creador hizo aparecer la vida en el mundo. Sería una criatura convertida en un monstruo por la propia naturaleza humana, una sociedad que lo trata como una abominación y como tal hace que él se sienta de esa manera. Un monstruo que nos recuerda lo monstruosa que puede ser, a veces, la propia humanidad.   Ocurriría en Suiza, tierra de montañas inabarcables, pequeños pueblos aislados e inviernos inacabables. Las nubes oscuras que retumban y se agitan. Los truenos que estallan y la lluvia que  azota la mansión en la que, un científico que no era tomado en consideración  por sus colegas y acomplejado, juega a ser dios. Junto a él, un cadáver conectado a una máquina poderosa que lo devuelve a la vida gracias a una descarga eléctrica y a una chispa de uno de los rayos que arañan el cielo... Pero pronto se da cuenta de los peligros que desencadenan su pecado.

“Era una aburrida noche de noviembre...” Ese debe ser el inicio de mi historia", pensó Mary y así nació, "Frankenstein o el moderno Prometeo".

La novela se publicó por primera vez en 1818 y el hecho de que se hiciera anónimamente da una idea de lo escandalosa que resultaba incluso para su propia autora, que diría años después: “¿Cómo pude yo, entonces una muchacha joven, idear y explayarme en una idea tan horrible?". A pesar de ese sentimiento de horror, la segunda edición ya llevaba su nombre y en ediciones posteriores publicadas a partir de 1831, Mary sometió su creación a una revisión profunda y la purgó de algunos de sus pasajes más perturbadores. 

 


 

PERSEGUIDA POR LA DESGRACIA.

A pesar de sus ideas liberales sobre el matrimonio, a su regreso de Suiza la pareja se casó para contentar a sus familias; así, Mary Godwin se convirtió en Mary Shelley, el nombre por el que sería recordada. El matrimonio supuso un punto de inflexión agridulce: por una parte permitió la reconciliación con su padre, pero por otro lado fue precedido por el suicidio de la anterior esposa de Percy. Y es que la muerte no daba tregua a Mary: en 1816 se suicidó su hermana Fanny Imlay, hija de su madre antes de que se casara con Godwin.

En 1818, mientras los Shelley se encontraban de viaje por Italia, su hijo William enfermó y murió; en 1819 lo haría también Clara, su tercera hija; y finalmente, en 1822 sufrió un aborto en el que casi perdió la vida ella misma a causa de la hemorragia. El golpe final llegaría ese mismo año, cuando Percy Shelley desapareció durante una excursión en velero; tres días después, su cuerpo apareció en una playa de la Toscana.

Esa serie de desgracias la sumieron en una profunda depresión de la que ya nunca se recuperaría del todo. Abandonó Italia, el país que le había arrebatado a su marido y a dos de sus hijos, y regresó a Inglaterra en compañía de su cuarto hijo, Percy Florence Shelley, el único que llegaría a la vejez. Desde entonces se ganaría la vida con la escritura, pero su situación era precaria ya que no solo tenía que ocuparse de ella y de su hijo, sino que también ayudaba a su padre a hacer frente a sus deudas.

La muerte de William Godwin en 1844 aligeró su carga económica y les proporcionó una modesta herencia. Sin embargo, desde hacía unos años Mary sufría síntomas cada vez más frecuentes de lo que su médico sospechaba que era un tumor cerebral. Cuando su hijo Percy Florence se casó, ella se retiró a vivir con él y su esposa hasta el 1 de febrero de 1851, fecha en la que finalmente también a ella la alcanzó la muerte que la había perseguido siempre.

Durante los años que vivió en Inglaterra, Mary Shelley había escrito todo tipo de obras: novela histórica, diarios de viaje, bibliografías, historias cortas de géneros variados y ensayos. Al mismo tiempo se dedicó a traducir y editar obras de otros autores, como Lord Byron, y a promocionar las que había escrito su marido, con más éxito del que, él mismo había tenido en vida e, irónicamente, disminuyendo el suyo propio como resultado. Aunque en vida fue una escritora conocida, tras su muerte solo uno de sus libros permanecería en la memoria colectiva: "Frankenstein", la historia en la que había volcado sus propios monstruos en ese verano lluvioso de 1816.


Con su obra Mary Shelley sería redescubierta como una de las figuras principales del romanticismo. En pocos años, la novela fue adaptada para el teatro, y en el siglo veinte se llevaron distintas versiones al cine que son memorables.


ALGUNAS FRASES CÉLEBRES DE MARY SHELLEY

 

 


“¿Por qué no he de continuar por estas olas indómitas y a la vez sumisas? ¿Qué podría detener un corazón decidido y la voluntad firme de un hombre?”.

“El lobo se vestía con piel de cordero y el rebaño consentía el engaño”.

“Sé que usted busca el conocimiento y la sabiduría, como yo lo hice una vez; y espero vivamente en que la satisfacción de sus deseos no resulte ser una serpiente que le muerda, como ha sucedido en mi caso”.

“Te juro que hubiera preferido permanecer siempre en la ignorancia. Antes eso que descubrir la ingratitud y la depravación de una persona tan querida por mí”.

“¿Cómo es posible contemplar a un ser tan noble destruido por el dolor sin experimentar una profunda pena?”.

“El ser humano que quiere alcanzar la perfección debe mantener la serenidad y la calma, sin permitir que una pasión o un deseo circunstancial se entrometa en su espíritu”.

“Estamos ligados por vínculos tenues a la prosperidad o a la ruina”.

"La contemplación de la grandiosidad de la naturaleza siempre confirió nobleza a mis pensamientos, haciendo que olvidara las preocupaciones cotidianas".

"El poder de la imaginación nos hace reír y llorar, nos pone fuera de juego, nos acecha como un tigre y nos abraza como un ángel".

"La diferencia entre la locura y la genialidad es el éxito de la primera".

"Una mente abierta es como un ángel que te lleva a nuevos niveles de pensamiento".

"No hay nada peor que la ignorancia en un mundo lleno de sabiduría".

"El amor no es como un cuento de hadas, sino como una novela realista con sus propios altibajos". 

"El destino nos encontrará, aunque nosotros no seamos conscientes de ello".

"La curiosidad puede llevarnos a descubrimientos increíbles".

"Las palabras tienen el poder de cambiar nuestro destino".

"La única verdad verdadera es que la vida está llena de incertidumbres".

"Cualquier inteligencia normalmente dotada que se dedique con interés a determinada área, llega sin duda a dominarla con cierta profundidad".

"Nunca subestimes el poder de la determinación".


Trabajo de Investigación y Edición: Isa Santoro.

Administradora de Atrapados por la Imagen.





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2 comentarios:

  1. De los sueños que derivan en pesadilla nace un monstruo que perdura en el tiempo.
    Gracias Isa!

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