©EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN PRESENTA : "Lluvia" - Una historia de Marta Puey.

 

ATRAPADOS POR LA IMAGEN

Cuentos y Relatos Presenta a... 

MARTA PUEY

"Artista de Atrapados por la Imagen"

en...

"LLUVIA"

Ilustraciones fotográficas: Marta Puey

Edición: Editorial Atrapados por la Imagen

RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ

REGISTRO DE PROPIEDAD INTELECTUAL

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Editorial Atrapados por la Imagen, es un espacio dedicado a difundir...

¡El arte de todos!

"LLUVIA"

     Luis llega de la oficina, entra a su escritorio, regresa desabrochando puños de la camisa los dobla prolijamente y dice: —la empresa me propone un contrato de dos años en Catar, es una buena oportunidad para mi carrera —, se sirve un wiski, va a la cocina en busca de hielo y cuando regresa agrega — estás incluida.

      La ventana está entreabierta salgo al balcón, escucho el chasquido de los neumáticos contra el asfalto mojado. Suena mi celular abro el mensaje, escucho la lluvia y veo imágenes de pasto mojado… es la señal. Cuando lo recibí por primera vez supe de qué se trataba. Entro y Luis me interroga con la mirada, —me toma por sorpresa, tengo que ver lo mío — acierto a decir; hace girar el hielo en el vaso y agrega —pensalo, no hay mucho tiempo. `

Hora de siesta para muchos, para nosotros encuentro furtivo en la casa prestada por un amigo. Esquivando charcos con la bicicleta llegué aquel día cuando la tormenta amenazaba; me di cuenta de las salpicaduras de barro cuando vos, de rodillas me limpiabas con ternura las piernas y hasta las zapatillas… luego la prisa, la tormenta descargando agua que solfeaba sobre el techo de chapa arrullándonos. Enredados nos alcanzó el atardecer y partí con la misma premura de la llegada.

      Entré a casa y escuché la voz de papá:  —Son las ocho de la noche — mamá me miraba con cierta complicidad. No contesté, fui a mi cuarto y cerré la puerta. Me llamaron a cenar y dije que tenía sueño. Al día siguiente cuando desperté escuché el diálogo en voz baja:

 —Ese chico no es para ella, no tiene porvenir.

 —Lo sé —contestó mamá —, se hizo un silencio y agregó — quizás sea el momento de trasladarnos a la ciudad

 —Mi trabajo está aquí, no es fácil delegar el control de la producción viviendo en otro lado.

—Estamos a solo dos horas de la ciudad… — contestó mamá y no dijo más. Ese año terminé la secundaria; al siguiente ya vivíamos en la ciudad.

Obtuve mi licenciatura en psicología y en poco tiempo del brazo de papá entré a la iglesia; Luis flamante ingeniero me esperaba en el altar. Se cumplía la vida prevista para mí. 

       Luis ejerce su profesión con éxito, yo la mía sin grandes expectativas. Ambos regresamos al atardecer a la casa silenciosa. Papá partió no hace mucho esperando nietos que nunca llegaron. Mamá disfruta de sus viajes. Nada más parecido a una familia unida solo por lazos establecidos. 

Es media mañana y ha llovido toda la noche, salgo a la calle. El hotelito de Monserrat es el lugar de encuentro.  

Acodado en la almohada me saca el cabello de la cara y dice: —vámonos; sin dudar contesto: — adonde haya pasto que se encharca cuando llueve y una casa con techo de chapa. 

Cuando vuelvo a casa Luis ya había llegado, quiso saber de mi decisión; él dice haberla tomado, es una oportunidad para su carrera y no la quiere dejar pasar.

Lo entendí… nos entendimos.

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©Marta Puey

Buenos Aires - Argentina

Ilustraciónes: Marta Puey

Edición: Editorial Atrapados por la Imagen

Mayo 2025

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