Fotografías de autor

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jueves, 13 de agosto de 2015

¿Qué hace que una foto sea una Gran Foto...?

Emoción y Sentimientos

“El fotógrafo no puede ser un espectador pasivo, no puede ser realmente lúcido si no está implicado en el acontecimiento.” Henri Cartier-Bresson

Hamburgo, Alemania - El letrero dice: 22% buscando cualquier tipo de trabajo (1952-1953)
Miles de veces hemos leído y escuchado que la fotografía es luz. De hecho de lo que se trata es ‘escribir con luz’. Por lo que los fotógrafos, profesionales y aficionados le dan tanta importancia al tema. Vale decir entonces que es esencial conocer y manejar la luz, las técnicas  la composición entre otras variables. La pregunta que podemos hacernos a continuación entonces es qué hace que una fotografía sea una “gran fotografía”,  ¿hay algo más que una correcta utilización de todas las técnicas? ¿Por qué algunas imágenes nos movilizan, nos conmueven y ante otras somos indiferentes? Es altamente probable que al analizar una fotografía podremos estimar que es correcta, que es bella, pero algo nos falta.
Una respuesta es que más allá de aceptar que hay imágenes que resultan agradables y correctas, respecto a las que no hay nada que objetar, hay otras que nos sacuden, nos atrapan, y esto suele suceder cuando nos provocan sensaciones, sentimientos e incluso nos emocionan.  
Esas son las grandes fotografías, aquellas en las que el autor, o autora, nos hizo vislumbrar algo, una chispa que hizo la diferencia; tal vez lo logró de manera consciente, o lo registró su inconsciente que hizo que obturara de un modo efectivo, tal vez el “ojo mental del fotógrafo” atrapó esa señal que hace que una foto sea una gran foto. Volviendo a Roland Barthes, tal vez es porqué encontramos el “punctum” en unas, no en otras.
Lograr sensaciones y/o sentimientos tiene que ver mucho  más que con tomar una fotografía de alguien con la mirada perdida, con un contexto determinado y previsto, o una sonrisa alegre. Si fotografiamos una persona sonriendo es lo que probablemente lograremos, la imagen de una sonrisa… pero transmitir la felicidad del protagonista es otra historia. Y para lograr, a veces, estos efectos es aconsejable tener en cuenta algunos factores:
Elegir un tema: Si usted se dedica a la fotografía por la fotografía en si misma,  si no tiene un trabajo concreto que realizar, pues convendrá elegir un tema con el que se siente cómoda/o, y que la/o emocione.
Buscar un entorno con el que uno se siente identificado/a, en el que se mueve con facilidad, o al que puede volver cuando quiera.
Pensar antes de obturar:  Esto parece tan obvio pero hay tantas razones por las que muchas veces no se hace. En algunos casos porque nos dejamos llevar por lo que vemos, otras veces perdemos la oportunidad por la velocidad de los acontecimientos y en otras porque no se habían cambiado los parámetros de la cámara, como al salir de un lugar a oscuras con un ISO alto hacia un espacio luminoso, parece una nimiedad, pero suele pasar en más de una ocasión. Pero en la mayoría de los casos nos dejamos llevar por lo que vemos sin darle un sentido. Y en muchas oportunidades la fotografía que obtenemos es básicamente lo que veíamos, no lo que sentíamos, ni lo que sentía la persona que estábamos fotografiando.
Aprender a observar: Entrenar la mirada para aprender a anticiparse a los hechos es fundamental. Como nos dijo Ansel Adams, con el tiempo y con la práctica se puede lograr, se aprende a saber qué persona, en qué instante va a  ‘regalarnos’ esa imagen que estamos buscando

La empatía con lo que vamos a fotografiar: Sobre todo cuando se retratan personas, la mejor forma de transmitir sentimientos es cuando uno vuelca sus propios sentimientos en lo que ve. Si nuestro protagonista está triste pero no nos hace sentir de su lado,  si no sentimos nada, no será la misma fotografía que si compartimos sus sentimientos. Sucede algo similar cuando vemos algo con lo que estamos de acuerdo o que desaprobamos y criticamos, las fotografías no serán iguales. Porque como todo arte, la fotografía es subjetiva, muestra lo que siente quien la está capturando, el fotógrafo, el encuadre, el tema, tendrán que ver con los sentimientos propios hacia la situación, hacia el/la protagonista, el contexto en que vivimos, aunque no siempre tengamos plena conciencia de lo que está sucediendo.

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