La mirada parece no estar sola y se le suele añadir un tiente emocional que puede ir de lo poético a lo claramente sensiblero; se trata en muchos casos hasta de un juego de lugares comunes literarios. Así, hay miradas compasivas, profundas, amorosas, frías, furiosas, tristes, distantes… También las hay impenetrables. Nos enfrentamos entonces a nombre (mirada) y apellido (el adjetivo con el que se quiera agregar alguna connotación al concepto).
Laura, que hermosa propuesta, escribir o fotografíar las miradas, que en definitiva, muestran un poquito el alma de las personas. Muy buena idea, que iremos de a poquito mostrando. Bss
Laura, que hermosa propuesta, escribir o fotografíar las miradas, que en definitiva, muestran un poquito el alma de las personas. Muy buena idea, que iremos de a poquito mostrando. Bss
ResponderBorrar