Oscar Niemeyer

Torre de TV Digital, Brasilia

El revolucionario arquitecto brasileño que desafió el status quo en la arquitectura para volverla curva, murió el 5 de diciembre de 2012, a los 104 años. A lo largo de su prolífica carrera, experimentó con las posibilidades del concreto armado en edificios tanto en Brasil como en Italia, Portugal, España, Inglaterra, Francia, Malasia, Israel, Argelia y Emiratos Árabes Unidos. Y en muchos de ellos, el arte (escultura, mural, vitrales) forma parte integral de las estructuras.

Como admiradora de su obra, que incluye edificios gubernamentales y corporativos, iglesias, mezquitas, teatros, hospitales, puentes, torres, galerías, museos, parques, casas particulares, edificios de departamentos, monumentos y hasta una presa, comparto con ustedes imágenes de algunas de sus creaciones más originales, acompañadas de algunas de sus ideas tomadas del libro “Oscar Niemeyer, Minha Arquitetura”

Palacio da Alvorada, Brasilia

"Mi nombre debería ser Oscar Ribeiro de Almeida de Niemeyer Soares. Ribeiro y Soares son nombres portugueses, Almeida, árabe y Niemeyer, alemán. Por lo tanto, soy con satisfacción un mestizo, como mestizos son la mayoría de mis hermanos brasileños."

Mezquita de Penang, Malasia

"La idea de hacer una arquitectura diferente me permite afirmar hoy a los que visitan la nueva capital: “Ustedes van a ver los palacios de Brasilia; pueden gustarles o no, pero nunca dirán que vieron antes una cosa parecida”.

Congreso Nacional, Brasilia

"Cómo es necesario ver para el cielo, y sentir cómo somos insignificantes, hijos de la naturaleza como las criaturas de la tierra, del cielo y de los mares."

Complejo cultural de la República, Brasilia

"En la hoja blanca de papel asumo mi riesgo, rectas y curvas entrelazadas, y prosigo atento y todo arriesgo en busca de las formas deseadas. Son templos y palacios sueltos por el aire, pájaros alados, lo que quieras. Más si los observas con detenimiento, encontrarás, en todos, los encantos de la mujer. Dejo de lado el sueño que soñaba. La miseria del mundo me subleva. Quiero poco, muy poco, casi nada. La arquitectura que hago no importa. Lo que quiero es la pobreza superada, la vida más feliz y la patria más amada."

Interior de la catedral de Brasilia

"No es el ángulo recto lo que me atrae, ni la línea recta, dura, inflexible, creada por el hombre. Lo que me atrae es la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida. De curvas es hecho todo el universo, el universo curvo de Einstein."

Exterior de la catedral de Brasilia

"Pasé la vida dibujando en el tablero de dibujo pero, siempre repito, la vida es más importante que la arquitectura. Eso explica el por qué le digo a los jóvenes que no basta salir de la facultad como un fabuloso arquitecto, sino como un hombre que leyó, que conoce las miserias del mundo y contra ellas va a saber manifestarse."