La ONU declaró al año 1975 como “Año de la Mujer”. Esta medida formal fue un
reconocimiento al feminismo que por esos años se extendía por las principales ciudades
de Europa y EEUU, era el feminismo de la segunda ola, y en ese marco se realizaron
eventos en todo el mundo.
En Islandia, algunas organizaciones feministas organizaron una “huelga de mujeres” con
el objetivo de visibilizar su papel en la sociedad, especialmente en el trabajo doméstico no
remunerado, reclamaban también una mayor representación política.
El paro tuvo un éxito enorme: 90 % de las islandesas participó de distintas formas en la
medida. No fue una huelga tradicional pero se logró el objetivo de hacer notar en cuántas
actividades la mujer estaba presente y por lo tanto debía ser reconocida y estaban además
reclamando igual paga por igual trabajo respecto de los hombres.
Ese día muchos varones se encargaron del cuidado de hijos e hijas, quedándose en casa
o llevándolos a sus trabajos; ese día trabajaron full time los restaurantes, todas las oficinas
se llenaron de lápices de colores, juguetes y pañales.
El impacto económico fue notorio: no se imprimieron diarios porque las tipógrafas eran
mujeres, no funcionó el servicio telefónico, se cancelaron los vuelos porque las azafatas no
se presentaron, las escuelas no funcionaron y las factorías de pescado cerraron porque su
mano de obra era casi exclusivamente femenina. Se realizó una manifestación en la capital
Reykjavik con más de 25 mil personas (un número muy importante considerando la
población de Islandia que entonces era de 213 mil habitantes).
El impacto político fue muy importante. En 1976, el Parlamento islandés promulgó una
ley que garantizaba la igualdad de derechos para hombres y mujeres, aunque esto no
repercutiría en mejores empleos o compensación salarial para las mujeres. Cuatro años
más tarde, se elegiría por un pequeño margen a la primera presidenta. Aunque el cargo
tenía poca incidencia política, ya que es el Primer Ministro quien encabeza el gobierno, la
elección de Vigdís Finnbogadóttir fue vista como un “logro” de las mujeres. Habría que
esperar hasta 2009 para que una mujer esté al frente del gobierno. Jóhanna Sigurðardóttir,
que asumió luego de una importante crisis política y económica, sería además la primera
jefa de Estado lesbiana.
Fuente:
Mercedes este documento, que al menos yo no conocía, nos permite saber de los primeros movimientos de mujeres en países tan lejanos como Islandia , dónde ya en 1975, las mujeres luchaban por sus derechos.
ResponderBorrarGracias por tu investigación y por compartirlo con nosotros. Bss
buen informe
ResponderBorrarInteresante y muy rico contenido Merce, excelente informe!! Besitos
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