Amigos de Atrapados por la Imagen hace ya algún tiempo,leí un artículo de una joven periodista que hablaba de la mirada , y a mi me parecieron muy acertadas sus palabras , con mucho criterio y bueno… me pareció que también podría compartirlas con ustedes, ya que nosotros como fotógrafos, estamos muy relacionados con la mirada y el no mirar.
Acá le dejo fragmentos de sus conceptos.
La mirada esquiva
Teresa Batallanez
" Los alumnos llenan las salas de museos de arte. Pero no miran las obras. Están concentrados sacando fotos con su máquina digital.
Una docena de madres va con sus coches camino a la plaza. Pero no miran ni hablan a sus bebés. Están enganchadas y dale que dale con el celular.
Se venden anteojos de sol cada vez más sofisticados. Tal vez porque ahora se los usa a la sombra durante largas conversaciones en las que no se deja asomar ni una pestaña.
¿A dónde quedó la mirada? Esquiva en estos tiempos apurados así como urgente en una época de saturación virtual, la mirada escasea en su rol de mirar tanto como en el de dejarse ver. La mirada es urgente para saber dónde estamos parados, urgente para saber de los otros, urgente para poder proyectar, para poder apreciar y tener juicios propios.
Mirar exige detenerse, hacer foco, valorar. Coincide poco con una modernidad adicta a la velocidad, a la dispersión y al "todo vale", pero ¿no es preferible estar pasado de moda que perderse los beneficios de quien puede mirar?
El que mira aprende, incorpora, crece. Se asombra, se alegra o se disgusta, pero nunca se ahoga en la nada de la indiferencia.

No mirar es una forma de deshacernos de responsabilidad: no mirar duele menos, compromete menos.
No mirar la pobreza ni el dolor ni el mal evita sufrimiento, limita la percepción de la realidad. También nos limita no mirar el bien: no detenerse ante la belleza, no reparar en los gestos cotidianos nobles, en lo grande detrás de lo simple.La no mirada por elección es una manera de elegir también la incomunicación.
¿Adónde fue a parar la mirada? ¿Qué vemos cuando no miramos? La mirada fue a parar al ombligo y probablemente sólo veamos -en forma reiterada- nuestro propio reflejo.
Una y otra vez, retroalimentándose de un yo que no mira y sólo chupa de su propia sangre. No sabemos que no miramos porque la costumbre inhibe la conciencia. Y a menor conciencia, menor humanidad."
La autora es jefa de Servicios Periodísticos del Exterior Diario LA NACION
Por: Teresa Batallanez.
27 de junio de 2010









Tesi, excelente y muy interesante la información que nos compartes, sin dudas nos lleva a la reflexión, y a tomar conciencia sobre el valor de esos pequeños detalles, que hacen compleja nuestra existencia, y aportan valor a nuestras vidas.
ResponderBorrarMe encantó!! Muchas gracias amiga!!