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lunes, 25 de mayo de 2020

Editorial Online de Atrapados por la Imagen Presenta: Luis Fernando Somma en "Habitación 16"





Queridos amigos.

Nos complace presentar,  a través de la Editorial Online de Atrapados por la imagen, en el segmento Cuentos y Relatos: "Habitación 16" (Basado en hechos reales)
una obra literaria de Luis Fernando Somma,  destacado fotógrafo de nuestra comunidad, que desde hace mucho tiempo comparte sus imágenes en el blog. 
Hoy, en este espacio exclusivo para nuevos artistas, amantes del arte literario, nos concede el gran honor de publicar un cuento de su autoría.

Fernando, estamos muy felices por esta nueva propuesta,  que revela tu mirada sensible y creativa.

Gracias por haber confiado, una vez más, en Atrapados.

Te deseamos el mejor de los éxitos, y ojalá este sea solo el inicio de un gran proyecto en común.



Con mucho afecto.
Laura Jakulis
Tesi Salado
Luisiana Ayriwa




"Habitación 16"

(Basado en hechos reales)


Luis Fernando Somma

cuento Inédito 



Ingresó al hospital por la guardia un día común y fue internada para tratamientos paliativos.
Susanita tenía por entonces unos 50 años, oligofrénica de nacimiento, obesa, diabética y sufría de un cáncer de mama terminal con metástasis en todos sus huesos.
Ya se encontraba postrada en cama desde hacía unos meses o años tal vez.
Poco se sabía y poco se podía hacer.

La 16 B fue su cama donde permanecía rendida y dolorida. Médicos, enfermeras, mucamas, todos sabían de su calvario, del que se quejaba con su voz aniñada y aflautada.
Se requería de mucha dedicación en tiempo y paciencia para poder atender sus reclamos, por lo que su madre pidió ser internada junto a ella en la 16 A.
Era necesario cuidarla día y noche y esta idea tuvo su aprobación por parte de la jefatura de clínica médica. Salomónica decisión.
Y un día ya estaban juntas de nuevo, madre e hija. Aquella abandonó su precaria casa llevándose ropas, bolsos y cacharros, algunas herramientas de trabajar la tierra, todo para estar junto a  Susanita en sus últimos días.
De esta manera Aurora se fue convirtiendo en la dueña de esa habitación hospitalaria, ante el beneplácito de todo el personal.
Dibujos, peluches, estampitas de santos y velas adornaban desordenadamente la 16, mientras Aurora cuidaba, higienizaba y alimentaba a su hija.
De carácter duro, solía increpar a todos exigiendo la mejor atención para Susanita.
Ella misma pedía tratamiento para su propia artrosis y calmantes para sus dolores, mientras recorría los pasillos del hospital como si fuera su casa.
Todos se fueron acostumbrando a esta situación extraña, a veces tediosa, pero conveniente para Susanita, que no tenía a nadie más en el mundo.
Un hermano muerto, tal vez suicidado,  permanecía desde hacía unos años en el cementerio municipal, según pudo averiguar a duras penas alguien del personal hospitalario.
Era esa toda su familia.
Pasaron semanas, meses y la situación era estable, acaso aburrida, pero las camas se requerían para otros pacientes, y nada se podía hacer. Sólo esperar la muerte de Susanita y que Aurora regresara a su casa.
Pero la casa había sido tomada por vecinos, ya no tenían donde ir. Una, esperando la muerte sin saberlo, otra sin un destino certero a la vista.

Luego de un año ocurrió lo inesperado: Aurora sufre un grave episodio cardiovascular y muere en terapia intensiva.
Dos problemas angustiaban a los médicos y psicólogos, asistentes sociales y enfermeras: cómo explicarle a Susanita la muerte de su mamá y que hacer con el cuerpo de Aurora.
Esto último era prioridad. Y muchos se movieron rápido y bien, con sentido común se pudo conseguir un entierro de Aurora junto a su hijo en el cementerio municipal.
Fue acompañada por personal del hospital que con un simple celular filmaron todo el proceso, describiéndolo en forma pormenorizada para así poder mostrárselo a Susanita que no sabía nada de su mamá.
Y llegó el día más temido. Se reunieron médicos, enfermeras, asistentes sociales y psicólogos con el objetivo común de informarle a Susanita la muerte de su mamá.
Rodearon su cama 16 B.
No fue fácil. Se lo dijeron casi como un susurro. Le mostraron la filmación del entierro.
Susanita lloró.
Y entendió más que lo que muchos creían que podía, entendió que estaba sola, muy sola, que ya no tenía quien la cuidara, ni familia, ni casa.


Pidió que si la llevaban a su casa podía con ayuda de hombres fuertes traer muebles al hospital, a su habitación 16.
Ya no era posible, ni eso tenía. Y tiernas sonrisas se esbozaron en aquellos que la escucharon.
Pero había que limpiar y acomodar esta habitación. Y Nelly, mucama de tantos años se ofreció a hacerlo.

Comenzó a acomodar ropa, bolsos y por esas casualidades que solo Lucifer conoce,  abrió una mochila rosa. Su cara empalideció y corrió espantada sin saber adónde, mientras gritaba frases inentendibles.
Con su voz aniñada y aflautada, Susanita dijo, mientras se tocaba el pelo:
-         - Nelly vio algo que no tendría que haber visto.
Muchos corrieron a ver que sucedía en la 16 y vieron lo que nunca hubieran imaginado. Dentro de la mochila rosa había huesos humanos, cráneo incluido, muy bien conservados, envueltos en trapitos limpios y ordenados.

El interrogatorio no podía ser agresivo ni altisonante:

      - Susanita, decime de quién son los huesitos? Preguntó el jefe de sala
- No puedo decirlo, mamita no me deja hablar de eso, contestó Susanita, mientras miraba el cielorraso descascarado.
- Pero mamita ya no está Susanita y vos estás solita y tenemos que saber de quién son los huesitos, insistió el jefe ante la mirada estremecida del resto de los presentes.
Un silencio eterno cubrió la escena, hasta que Susanita dijo:
- Son del Wichi.
- De tu hermanito que estaba enterrado en el cementerio? Continuó el jefe, haciendo alarde detectivesco.
- No, contestó Susanita, ese es el Lauchi.
- Entonces, quien es el Wichi? Inquirió nuestro vocero oficial.
- Mi otro hermano.
- Y que le pasó?
- Se suicidó colgándose de un árbol, respondió Susanita, ya entrando en confianza.
- Pero cómo llegaron sus huesitos a este bolso?, preguntó nervioso el jefe.
- Su esposa lo quería quemar y mamita no quería.
- Entonces?
- Mamita me dijo: Susanita ayúdame y vamos a rescatar al Wichi. Y fuimos con un hacha y rompimos el cajón. Mamita me dijo que me pusiera guantes y lo sacara.
- Pero estos huesitos están muy limpios, decime Susanita, no tenían algo de carnecita? 
- Siiiiiiii, respondió Susanita, pero yo se la saqué toda!
Esto había sucedido unos cuantos años antes, cuando Susanita podía caminar y acompañaba a su madre al cementerio municipal a la tumba del Lauchi los domingos al mediodía. Llevaban comida, bebida y por supuesto al Wichi en su bolsa y almorzaban todos juntos en familia.


Relato: Luis Fernando Somma
Fotografía: Luis Fernando Somma. 





10 comentarios:

  1. La truculencia del escenario en se desarrollan los hechos no empaña la figura y esencia de los personajes que transitaron sus vidas cargadas de un naturalizado espanto. Felicitaciones Luis Fernando Somma por este intenso relato

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  2. Felicitaciones Fernando!!! tu cuento es realmente muy bueno y Atrapante!!! historias de vida.... gracias amigo!!!!

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  3. Un relato que cautiva y conmueve, describe una realidad que a menudo, por no vivirla de cerca, olvidamos que existen. Los fragmentos dibujan personajes y conductas, que revelan la esencia humana antes esos eventos que nos desafían en nuestra existencia, destacando los detalles y las cosas simples que hacen compleja a la vida. Felicitaciones Fernando, excelente presentación!!! Muchas gracias por compartirlo con toda la comunidad de Atrapados

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  4. Fernando, tu cuento basado en hechos reales, es impactante porque refleja existencias signadas por la enfermedad, la pobreza y las desgracias. Verdaderamente conmueve, duele y no podemos concebir el mundo que les ha tocado vivir. Una narración muy bien resuelta con un lenguaje claro y directo, bien pintado los personajes y los ambientes, con un final sorprendente.
    Párrafo aparte merecen tus fotos, que como siempre son bellas, y se adecúan perfectamente a la historia y por cierto muy bien logradas técnicamente.
    Gracias amigo por sumarte al segmento de Cuentos y Narraciones on line de Atrapados por la Imagen.

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  5. que buen cuento!! felicitaciones!! he realizado imagenes a través de lectura de cuentos y canciones , este relato es difícil para ilustrar pero al leerlo quedan imágenes en la mente que pueden transformarse a lo mejor en algo , que bajen las musas!!! felicitaciones nuevamente

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    1. ayyyy Osmo, no veo la hora de ver tus imagenes ilustrando el cuento de Fernando Somma!!! gracias!!!

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