lunes, 22 de agosto de 2022

EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN PRESENTA:



 Santa Lucía

Microrrelato inédito de:

Pedro Pablo Lilli



Registro de Atrapados por la Imagen -RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ


Editorial Atrapados por la Imagen, es un espacio gratuito dedicado a difundir: 

¡El arte de todos!


Hoy presentamos: 

Santa Lucía

Material inédito de Pedro Pablo Lilli.


¡Felicitaciones Pablo, por esta nueva presentación, 

te deseamos muchos éxitos!


Agradecemos a todos nuestros amigos, lectores y seguidores, por sus visitas y valoraciones.

Afectuosamente.

Administración de Atrapados por la Imagen.



Santa Lucía




Morir para contarlo. Llegado al Purgatorio subí a un tren, discretamente confortable, donde me dijeron que podía bajar en cualquier estación y elegir un lugar para vivir eternamente. Frente a la Eternidad, me relajé y viajé hasta que tuve hambre. Descendí cuando ya anochecía, en una acogedora localidad de techos bajos y cruzada por un río angosto de veloces aguas cristalinas.

Saliendo de la estación se abría una calle bien iluminada  y con innumerables locales muy concurridos. El primero que encontré se llamaba “Café de los que ríen”, y en su interior los parroquianos bebían y reían estúpidamente. Del otro lado de la calzada estaba el “Café de los que lloran” y, sinceramente, no lo tomé en consideración. A medida que avanzaba, encontré propuestas concretas pero ninguna me estimulaba a entrar; algunas -realmente- eran disparatadas como, por ejemplo, el “Café de los soñadores desengañados”. Ya cansado de caminar y deprimido por no haber sido en vida muy malo (para merecer el Infierno) o muy bueno (para acceder al Paraíso) encontré un localucho,  con un cartel maltrecho, iluminado de azul: “Santa Lucía”.

Me asomé sin expectativas y me llevé una sorpresa: lo frecuentaban grupitos de diverso tipo: los que cantaban, los que bailaban, los que conversaban, los que jugaban con  naipes, los que leían, los que se besaban y acariciaban...Ganado el mostrador, pedí una copa de pinot y le pregunté al barman porqué el local debía su nombre a Santa Lucía.

  —Nadie lo sabe. Se dice que los primeros que vinieron al Purgatorio lo encontraron abandonado y lo ocuparon. Huían de los otros cafés demasiado temáticos, estrictos, tediosos... El cartel ya estaba... A todos los que estamos aquí dentro, nada nos importa: ni el pasado, ni el futuro. ¡Imagínese si nos puede interesar el nombre de nuestro lugar!

  —¿Y el presente?

  —¡Menos!

  —Entonces ¿porqué no llamarlo “Café de los indiferentes”?

  —Porque requeriría debates, análisis, opciones, posturas, votaciones, consensos... ¿Y a quién le importa? Son masturbaciones de los vivos, no de los muertos.




Pedro Pablo Lilli.
Rosario, Argentina.
Agosto, de 2022.

 

 


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8 comentarios:

  1. Felicitaciones bien didáctico Pedro,gracias por aportar información sin que se necesite debates, análisis, opciones, posturas, votaciones, consensos...

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  2. Relato que genera fuerte empatía con el sentri de tiempos que corren en el plano terrenal. Felicitaciones Pablo!!!

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  3. Un purgatorio muy particular, al cual todos los que transitamos este mundo, sin ser demasiados buenos, pero tampoco demasiado malos, el tugurio “Santa Lucía”, es el ideal para continuar la eternidad!!!! Gracias amigo por este relato excelente!!!! felicitaciones y muchos éxitos!!!! vamos por más!!!!

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  4. Pablo, un relato ingenioso, imaginativo, que nos habla más de la vida terrenal que la eterna. Te deseamos muchos éxitos, gracias por confiar en Atrapados por la Imagen !!

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  5. Una metáfora sobre los desafíos que afronta la conciencia humana, frente a los misterios de la vida y la muerte, excelente propuesta Pablo, felicitaciones!! Gracias por confiar en Atrapados!! Te deseo el mejor de los éxitos, con esta nueva entrega!!

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  6. Pablo, ¿cómo es el hecho de poder een el papel es un viaje describir con ese ingenio? El tren no para, el café tampoco y el querer cambiar el nombre del bar del personaje lo veo como una situación de espejo. Cada vez más y mejor el viaje.

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  7. Felicitaciones y me gustó. Lo mejor siempre. Gracias

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