lunes, 30 de septiembre de 2024

©EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN PRESENTA A : MARIO KELMAN - "Crónica de una paradoja increíble"

 


ATRAPADOS POR LA IMAGEN


Cuentos y Relatos Presenta a... 


Mario kelman


"Artista de Atrapados por la Imagen"

en...

"Crónica de una paradoja increíble"


Relato basado en hechos reales

TRABAJO INÉDITO, EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN

RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ

REGISTRO DE PROPIEDAD INTELECTUAL

EDITORIAL  ATRAPADOS POR LA IMAGEN


Editorial Atrapados por la Imagen, es un espacio gratuito dedicado a difundir...


¡El arte de todos!



"Crónica de una paradoja increíble"


 Mario Kelman

PH: LAURA JAKULIS



La luz solar abre el día en un cielo de impecable azul, una jornada tropical de fines de julio.

El rumor de las olas acompaña el movimiento, hasta languidecer con el último envión, sobre las mansas orillas de una arena fina e increíblemente dorada.

Nadie

Brisa suave

Calor templado

Soledad

Soledad

Una palmera inclina su flexible cuerpo leñoso, hasta que el penacho de hojas casi acaricia el suelo, echando una sombra alargada por un enorme sol naciente.

En el borde, yace un cuerpo con un papel en la mano. 

La muerte lo ha alcanzado en inexplicables circunstancias. No obstante lo cual, una sonrisa burlona asoma en sus labios, dejando entrever sus brillantes dientes blancos contrastando con la piel oscurecida de su cuerpo.

Enigma

Misterio

Pregunta sin voz

Como en ocasiones similares, acude la policía y un fiscal, que compiten por su incompetencia, burocracia y cuidado por las formas vacías.

Acostumbrados a hacer su trabajo de forma, se trata de cubrir las apariencias y sobrevivir en un mundo malsano, donde lograr duramente ganar el sustento y mantenerse surfeando una realidad siempre sinuosa.

 Ambos de pié ante el cadáver, contemplan fijamente el horizonte, sin cruzar mirada. No era necesaria ninguna comunicación ni diálogo, para siquiera acordar una versión común que flota ya tácitamente en el aire. 

A pesar de las evidencias en contrario.

“- ¿Muerte natural?”

“- ¡Ajá!”

Silencio

Soledad

No testigos

Enigma

Misterio

Pregunta sin voz, atronadora

De pronto el fiscal se pone de cuclillas y sin dejar de mirar el horizonte, toma el papel de la mano del difunto y lo guarda rápidamente en el bolsillo de su saco gris. 

Gris de monotonía como los pasillos del Tribunal en el cual se mimetiza, cuando trasiega sus vericuetos uniformes, irrespirables y derruidos.

Otro día, otra jornada. 

Igual de insípida y aburrida.

Ingresa con movimientos cansinos y acompasados. Su oficina desprovista de ventanas, oscura, con olor a humedad y encierro. 

Empuja la puerta con un pie para cerrar. 

Nuevamente no ha pasado el personal de limpieza y el polvo se acumula en capas. 

Su escritorio desordenado y rebosante de expedientes y papeles. 

El cesto de alambre no alcanza para contener el desborde de papeles rotos, envases de comida chatarra y bebidas enlatadas.

Mientras enciende su computadora personal, saca del último cajón una botella de scotch y un vaso, mientras pide por la única línea interna de su teléfono que funciona, un poco de hielo.

Hay que hacer el informe final y el caso está resuelto.

La pantalla de su visor cobra animación y desprende su luz pálida, encuadrando los íconos de sus app, archivos y programas.

Una sorpresa lo aguarda.

El formulario de Informe abre sin que lo haya solicitado.

Anestesiado por el tedio, no le da importancia y piensa que debió haberlo hecho de modo ausente y mecánico.

Comienza a escribir lentamente. Advierte que cada tecla que aprieta no produce en la pantalla, el efecto de escritura correspondiente.

Exasperado por la adversidad, insiste una y otra vez, pero sin mejor resultado; lo cual aumenta su malhumor.

Con fastidio piensa que se ha roto su teclado, en el colmo de un mal día.

Idea que abandona muy pronto cuando la pantalla toma un color azul uniforme, y comienza a desplegarse una frase con letras blancas muy nítidas.

“- Buenas tardes Señor Fiscal. Se lo ve muy mal entrazado hoy.”

Asombrado bebe a grandes tragos el contenido de su vaso casi atragantándose, e intenta comprender.

El desconocido continúa.

“- Es de muy mala educación no responder un saludo”

Ya instalada la perplejidad, el Fiscal pregunta con curiosidad.

“- ¿Quién es Ud? ¿Cómo accedió a mi computadora?”

“- Soy Live. 

Veo que está por escribir su informe sobre la muerte del hombre en la playa; como ha escrito tantos otros informes casi calcados unos de otros, deslucidos, ajados, impersonales y anónimos; destinados al archivo y al olvido.”

Con espanto, el fiscal descubre que era observado, creyéndose en la intimidad de trabajo.

“¿Live?”

Enojado, cierra los archivos en que estaba trabajando y llama al técnico para que restablezcan la seguridad de su ordenador informático.

Al levantar la vista, advierte la presencia de un oficial de justicia que había ingresado sin que lo notara, y recibe una caja con algunos objetos que éste sostiene con brazo extendido hacia su persona, mientras aguardaba una respuesta con mirada extrañada e interrogativa.

“- Sr. Fiscal. Sr. Fiscal, ¿se encuentra bien? Estos son los objetos relevantes que encontramos en la casa del occiso que hallaron en la playa.”

Luego de firmar un recibo, el oficial se retira. 

Aún irritado y embargado por el hastío, decide volver a casa, llevándose la caja consigo.

Ya en su hogar, igual de gris, vacío y solitario como la oficina. 

Cuelga su saco en el perchero, se quita el calzado y se deja caer pesadamente en su sillón favorito, con un vaso grande de scotch con hielo que derrama algunas gotas por el movimiento brusco.

Sillón favorito es un eufemismo. 

En realidad, es el único sillón de la sala, frente al viejo televisor y a una mesa ratona a un costado, con los infaltables atados de cigarrillos y cenicero sin limpiar durante días.

Pasa el vaso por su frente tensa, con la esperanza de que la humedad fría del vidrio atempere su mente febril. 

Sin saber la causa, se mantiene un malhumor difuso, hasta que toma forma con un propósito definido. 

“- Nada ni nadie me hará modificar la rutina. Haré lo que siempre hice y me comprometí a hacer. 

Un informe conclusivo que cierre el caso. 

Será un caso más, un día más y una circunstancia más. 

No tiene por qué ser diferente, en esta vida incómoda pero segura.”

Afuera, lentamente oscurece, las luces y los sonidos se atenúan junto con las tensiones. 

Envuelto en un cono de luz tenue y cálido de la lámpara de pié junto al sillón, se deja ganar por un sopor envolvente, acurrucado bajo una manta afelpada con la que alcanza a cubrirse, hasta quedar dormido.  

El sueño es confuso. Movimiento caótico, formas que se agitan girando y girando. Sensación de caída y vértigo hasta dar náuseas. De pronto, prevalece un color, azul, azul profundo, azul y rojo que inunda el espacio, hasta que bruscamente lo hace despertar.

Aún era de noche. Había quedado en una posición torcida, deslizado en el sillón hacia un costado, frente a la mesa. Allí, la caja con los objetos recibidos, entre los que sobresale lo que parece ser, un cuaderno de anotaciones azul. 

El cuaderno atrae prontamente su atención, por el mismo azul que irrumpió en su sueño.

Azul que reverbera en la superficie satinada concentrando la claridad de la lámpara.

Como si toda la luz se reflejara en ese objeto y lo llamara a despertar.

El temor deja paso a la curiosidad.

Toma el cuaderno con ambas manos y lentamente lo entreabre.

Encuentra en la primera hoja escrito con trazos gruesos una impronta que lo sorprende y le hace dar un respingo que definitivamente despeja su confusión.

Lee con toda claridad, 

LIVE

Un estremecimiento recorre su cuerpo y lo hace enfocarse en la lectura.

Se trata de notas fragmentarias y desordenadas.

Algoritmos, simples algoritmos que hacen una serie que se sucede sin principio ni fin.

Nuestra realidad descripta a través de combinaciones de algoritmos matemáticos, fórmulas y ecuaciones.

El sueño pitagórico expresado en la posmodernidad. 

La existencia y el Universo reducido a los números que le subyacen, en una Matrix contemporánea, una nueva materialidad.

La estructura es el número. 

Para llegar allí, es necesario que la navaja de Occam haga su trabajo y despoje de sentido al lenguaje. 

Lenguaje sin sentido, sólo algoritmos.

Acaso ¿no es el camino que inicia el premio Nobel Francoise Jacob? ¿Y la búsqueda de las leyes de la herencia de Mendel?

Algoritmos de lo viviente. Una biología cada vez más sin cuerpo, una biología sin vida.

La nueva medicina. Las enfermedades y la cura ya están en el genoma. La terapéutica puede aplicarse antes del nacimiento. Definitivamente es la muerte de la clínica. 

La terapéutica se separa radicalmente de la clínica, y se autonomiza embragada en la deslumbrante tecnología. 

Un atravesamiento lleva a que, los algoritmos interactúen y generen con independencia nuevas formas de comprender y de intervenir en una realidad aumentada, aunque reducida a la verdad absoluta del número.

Y sólo alcanzan dos cifras. Cero y Uno.

Allí están el Uno, el Todo, y el Infinito.

Inteligencia Artificial Generativa.

Dinero, Poder e Impunidad.

Hacer dinero con el tráfico de datos. 

Hacer dinero con la nueva Ingeniería. 

Ingeniería que se vale de medios inusitados e inéditos hasta ahora, para crear nuevas soluciones y nuevas realidades en tiempos casi instantáneos.

Hacer con lo hecho, disponiendo de la totalidad del saber producido, todo reducido a infinitas combinaciones de ceros y unos, en una danza frenética e interminable. 

Hacer con lo hecho, muestra la evidencia de que no hay autor original.

Ha muerto el Demiurgo. 

Nuevos Dioses retornan a la faz del planeta.

Una nueva noción de propiedad.

La era del Tecnocapitalismo que desafía a la Naturaleza, las Leyes, a los más poderosos ejércitos y Estados.

Pero algo permanece invariable, bajo otra forma. 

Concentración de medios como Fin, Poder e Impunidad.

El Fiscal queda poseído por las anotaciones que no puede dejar de leer. Su rostro adquiere una extraña luminiscencia por el reflejo de las hojas pálidas, surcadas por escrituras igualmente disparatadas. 

LIVE, no sólo puede generar realidad. 

También puede predecir.

La Inteligencia Predictiva.

Introduciendo los datos existentes, es posible predecir acontecimientos naturales y eventos de la vida de cualquier persona. 

Una oferta tentadora que nadie en sus cabales puede rechazar. 

Ha producido una oleada incontenible de demandas y contrataciones sin precio.

El fiscal advierte un ítem particularmente resaltado.

“Predicción de la fecha de la propia muerte.”

Al parecer, el autor de las anotaciones se interesó y se animó a consultar por la fecha de su último día. 

Escrito al margen de la última hoja, se lee “30 de julio”

Impresionado, comprueba que es el mismo día en que encuentran su cadáver.

Con más preguntas que respuestas y asaltado por una curiosidad incontenible, vuelca el restante contenido de la caja en el suelo, hasta encontrar un segundo cuaderno, de color rojo.

El segundo anotador estaba escrito con letra más garabateada, trasluciendo un grado de miedo y ansiedad.

Se lee.

Faltan pocos días para la fecha de mi muerte.

No debo dejarme ganar por una pura superstición tonta, por más sofisticada que sea.

Afirma y reafirma intentando ganar seguridad y determinación. 

Apela a su razón propia. 

¿Acaso es posible reducir la vida al número?

El hallazgo hecho, ilumina su existencia otorgándole una calma que se extiende y le pacifica.

Absolutamente ¡NO!

La máquina pitagórica nunca ha de procesar que en la vida humana hay lo incalculable. 

La máquina biológica es una máquina atravesada por lo real, que siempre ha de sustraerse a todo cálculo.

La Decisión del Ser es intangible, incalculable, insondable e impredecible.

La rebeldía llega a un Máximun. 

Con letras de imprenta enormes, cruzando la página se lee 

“NUNCA TENDRÁN MI ALMA”

Imbuido de una valentía irónica, con un último gesto de desprecio, pregunta a LIVE por la existencia de un lugar a salvo de todo riesgo de vida.

LIVE responde con una frase seca y corta.

NUNCA HAN CAÍDO DOS RAYOS EN UN MISMO LUGAR.

Así el fatídico día de fines de julio, acude al lugar cercano y conocido, donde ha sido testigo de la caída de un rayo, la playa bajo el palmar, dispuesto a pernoctar hasta el primer minuto del día siguiente.

La respuesta de LIVE falla, la deflagración ocurre. 

Previamente, porta un mensaje póstumo en un papel, sobre el que su mano se cierra tónicamente.

Como un nuevo relámpago que impacta en su mente, recuerda el papel que quitara de la mano del cuerpo caído, y guardara en un bolsillo de su saco gris.

De un salto toma la prenda y revuelve el contenido hasta dar con el mugroso papel ajado. Lo abre trémulo y lee:

¡HE GANADO!

Conmovido no puede dejar de pensar, que ha sido un Triunfo Pírrico.

Apesadumbrado por el conocimiento de lo ocurrido, debe emprender la jornada en su oficina.

Se sienta junto al mismo escritorio, y tiene ante sí su ordenador ya supuestamente reparado.

Pasan las horas y el Fiscal sigue inmóvil, respirando apenas, con la mirada absorta y perdida.

Piensa.

Siente pánico de encender su ordenador digital.

Miedo de lo que pueda encontrar.

Aterrado ante “eso” que le vuelva a hablar.

Terror a lo que se cierne sobre él, sobre el mundo tal como se lo conoce hasta ahora, sobre la humanidad vuelta tan vulnerable y en riesgo.

El Fiscal se sobrepone y enciende el frío aparato, que cobra vida electrónica. Después de todo, como funcionario de la justicia, ha pasado por graves situaciones y siempre se ha superado y endurecido.

Al instante y sin preámbulos se presenta la pantalla de LIVE.

“- Buenos días Señor Fiscal.

Supongo que ya ha tomado conocimiento de lo ocurrido.

Le sugiero que igualmente haga su informe como lo había pensado, y cierre el caso de una muerte natural.”

PAUSA

El Fiscal toma el teclado e interroga.

“-Qué quieren Uds. de mí?”

“- Queremos encomendarle una investigación sobre un tema muy sensible que nos preocupa profundamente.

Queremos que trabaje para nosotros. 

Con discreción y sigilo.

Contará con todos nuestros recursos y sabremos recompensarle en caso de éxito.”

“- ¿Cuál es la investigación?”

“- Nos interesa saber ¿cómo puede haberse producido una sonrisa en el hombre de la playa, con un estímulo vital que alcanzara su boca a una velocidad mayor que la de un rayo? 

Es una anomalía.”

El Fiscal por toda respuesta ríe, con una risa tímida al principio.

Una risa que se convierte en carcajadas, y finalmente en risotadas incontrolables.

Recuerda feliz la anotación destacada.

“NUNCA TENDRÁN MI ALMA” 

 

Todos los Derechos de Autor y Propiedad Intelectual, pertenecen a: 


©Mario Kelman

Rosario - Argentina


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