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sábado, 5 de marzo de 2016

Un artista plástico versátil: John E. Piper


John Egerton Christmas Piper nació en Epson, Surrey, el 3 de diciembre de 1903. Comenzó a pintar siendo un niño; cuando salía de excursión con su bicicleta y se dedicaba a explorar viejas iglesias que después pintaba, así como a realizar copias de los cuadros que se albergaban en ellas.
En un principio su padre se negó a que se dedicara al arte, quería que fuera abogado, pero la temprana muerte de este le dió vía libre para dedicarse a lo que quería, dibujar y pintar.Se formó artisticamente en el Royal College of Art en Londres.

Inició su carrera dentro de la abstracción para evolucionar al naturalismo de forma distintiva. Su obra se centró casi exclusivamente en el paisaje británico, sobre todo sentía una especial fascinación por las iglesias.




En 1940 fue nombrado pintor de guerra durante la II Guerra Mundial, puesto que ocupó hasta 1942. La mañana siguiente al bombardeo que destruyó la Catedral de Coventry, él la pintó con los daños sufridos: “Interior de la catedral de Coventry”, actualmente en la Galería de Arte Herbert. El crítico de arte Jeffery Daniels en el diario “The Times” la describió como “El Guernica británico."

Piper colaboró con distintos poetas ilustrando sus obras, entre ellos, John Betjeman. Más tarde, diseñó junto a Patrick Reyntiens, las vidrieras de las ventanas de la nueva catedral de Coventry, y posteriormente para la Capilla del Robinson College, en Cambridge, para la Catedral Nacional de Washington, en la que podemos ver su gran ventana, “La Tierra es brillante”, y muchas de las ventanas innumerables iglesias pequeñas y tapices creados para la Chichester Cathedral y para la Cathedral de Hereford.

También trabajó para varios teatros, entre ellos, el Kenton en Henley y el Llandaff Cathedral en Cardiff, para la Royal Opera House, La Fenice y el Festival de Aldeburgh.
Gran parte de su carrera y popularidad la consiguió a través de sus diseños escenográficos para el ballet y la ópera, y del diseño de vidrieras emplomadas para varias iglesias en el Reino Unido. En el terreno de la danza trabajó fundamentalmente con Frederick Ashton y John Cranko, tambien desaparecidos, y juntos contribuyeron a crear el exquisito perfil del estilo inglés de ballet del siglo XX.

Uno de sus últimos y más conseguidos trabajos para la escena fueron los decorados para la ópera de Benjamín Britten “Muerte en Venecia,” que realizó en 1974. En el ambiente teatral londinense siempre se ha asegurado que el buen gusto imperante desde hace más de cuarenta años en Covent Garden se debe en parte a las pautas estéticas que sentó este hombre discreto, culto y con grandes dosis de poesía en su trabajo. La particularidad de Piper estaba en su versatilidad. Pintor que pasó por varias etapas de abstracción, escritor y cronista de arquitectura, diseñador industrial de tejidos y objetos, su amplia labor ha sido glosada como una de las más importantes y que mayor influencia han dejado sobre las artes decorativas en Inglaterra, y esto quedó patente en la amplia retrospectiva que le dedicó la Tate Gallery en 1983. Especialmente conmovedor fue el redescubrimiento de sus dibujos de 1940 donde con gran dramatismo interpretaba la devastación de los bombardeos sobre Londres y Bristol.

Fue además un fecundo teórico, escribiendo varios libros y artículos sobre arte moderno. Murió en su casa en Buckinghamshire, el 28 de junio de 1992.
Le han seguido toda una saga de artistas, sus hijos Edward y Sebastian Piper y su nieto Lucas Piper, son pintores, otro de sus nietos, Henry Piper, es escultor.
El 15 de julio de 2008 su obra “Formas de Dark Blue”, un óleo de 1936, fue adjudicado en Sotheby por 325.250 libras esterlinas. Ciento ochenta de sus obras se exponen en la colección permanente de la Tate Gallery.



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