Fotografía de Nabuyoshi Araky, de la serie Kakioku
En
japonés, la palabra para fotografía es “shashin”. Se compone de dos ideogramas
“sha”, que significa
reproducir o reflejar, y “shin” que significa verdad. La raíz griega de la palabra fotografía significa “escribir
con luz” (graphos, escribir, y photos, luz). Por lo tanto, dentro de la mentalidad japonesa, el proceso
mismo consiste en capturar la verdad, o esencia de algo y “copiarla” sobre una superficie. Como
consecuencia, el resultado debe siempre contener algún elemento de verdad. Desde la aparición de la
fotografía, este modo de ver las cosas, se ha convertido en un lugar común en todo el mundo, sin
embargo, en pocas lenguas se expresa con tal claridad. Si partimos de la premisa de que la fotografía
japonesa es el fruto de múltiples reacciones, que van desde la empatía a la desconfianza, y de este
proceso de “reproducción de la verdad”, es posible entender mejor esta asombrosa diversidad.
reproducir o reflejar, y “shin” que significa verdad. La raíz griega de la palabra fotografía significa “escribir
con luz” (graphos, escribir, y photos, luz). Por lo tanto, dentro de la mentalidad japonesa, el proceso
mismo consiste en capturar la verdad, o esencia de algo y “copiarla” sobre una superficie. Como
consecuencia, el resultado debe siempre contener algún elemento de verdad. Desde la aparición de la
fotografía, este modo de ver las cosas, se ha convertido en un lugar común en todo el mundo, sin
embargo, en pocas lenguas se expresa con tal claridad. Si partimos de la premisa de que la fotografía
japonesa es el fruto de múltiples reacciones, que van desde la empatía a la desconfianza, y de este
proceso de “reproducción de la verdad”, es posible entender mejor esta asombrosa diversidad.
Fotografía de Nabuyoshi Araky, Kinbaku (Esclavitud)
Al
considerar la fotografía japonesa en su totalidad, es evidente que un gran
número de artistas, tienden
a expresar sentimientos de incomprensión y ambigüedad hacia la realidad y el mundo, en lugar de
intentar descifrarlo y analizarlo objetivamente. La fotografía no es una conclusión, sino un perpetuo
cuestionamiento.
a expresar sentimientos de incomprensión y ambigüedad hacia la realidad y el mundo, en lugar de
intentar descifrarlo y analizarlo objetivamente. La fotografía no es una conclusión, sino un perpetuo
cuestionamiento.
Fotografía de Nabuyoshi Araky, S/T
Al
poseer tal diversidad de aproximaciones, los fotógrafos japoneses han
demostrado que no existe “La
Verdad”, y continúan haciendo la pregunta fundamental, a saber: Qué es lo que la fotografía puede
reproducir y que es lo que elude los intentos de reproducción. Por ejemplo, desde los años 70, Nobuyoshi
Araki, uno de los fotógrafos más eminentes del Japón, lejos de enfocarse en el antagonismo entre verdad
y ficción, ha tratado continuamente de demostrar de todas las maneras posibles, que la fotografía es
verdad y ficción al mismo tiempo.
De manera similar, Daido Noriyama, apoyando la idea de Warhol de que la fotografía no es más que una
copia, también captura con una delicada sensibilidad, el elemento de la remembranza que habita dentro
de la fotografía.
En los años 80, aparecieron fotógrafos como Naoya Hatakeyama que vieron su trabajo
como un intento de analizar y entender al mundo.
Fotografías de Naoya Hatakeyama
Al mismo tiempo, la corriente “intimista” expuesta por fotógrafos como Rinko Kawauchi, quien logra
capturar la belleza de la vida cotidiana, perdura en innumerables variaciones formales.
Verdad”, y continúan haciendo la pregunta fundamental, a saber: Qué es lo que la fotografía puede
reproducir y que es lo que elude los intentos de reproducción. Por ejemplo, desde los años 70, Nobuyoshi
Araki, uno de los fotógrafos más eminentes del Japón, lejos de enfocarse en el antagonismo entre verdad
y ficción, ha tratado continuamente de demostrar de todas las maneras posibles, que la fotografía es
verdad y ficción al mismo tiempo.
Fotografía de Daido Noriyama
De manera similar, Daido Noriyama, apoyando la idea de Warhol de que la fotografía no es más que una
copia, también captura con una delicada sensibilidad, el elemento de la remembranza que habita dentro
de la fotografía.
Fotografía de Daido Noriyama
En los años 80, aparecieron fotógrafos como Naoya Hatakeyama que vieron su trabajo
como un intento de analizar y entender al mundo.
Fotografías de Naoya Hatakeyama
Al mismo tiempo, la corriente “intimista” expuesta por fotógrafos como Rinko Kawauchi, quien logra
capturar la belleza de la vida cotidiana, perdura en innumerables variaciones formales.
Una de las características de la
fotografía japonesa es el rol cada vez
más importante del material en que
se imprime. Ya sean generales
(revistas) o especializadas (libros de
fotografía), las publicaciones han sido
un vehículo vital para los fotógrafos y
su trabajo. De hecho, en ningún otro
país existe tal riqueza de
publicaciones. Este fenómeno se
explica en parte por la ausencia de
una red de galerías o un mercado
fotográfico establecido. Pero esto
también puede atribuirse a la peculiar
historia de los procesos de reproducción en Japón y la cultura que lo rodea.
El texto de esta nota pertenece al Ensayo de Maryko Takeuchi curadora invitada de "Spotlight on Japan" para Paris Photo 2008.
Mercedes , excelente informe sobre lo que es la fotografía para la cultura japonesa. Muy buenas la fotografías que acompañan. Gracias. Bss
ResponderBorrarExcelente y muy interesante la nota Merce, me encanta el enfoque y la visión que tienen, y sobre todo, con qué afán intentan demostrar que la fotografía es verdad y ficción al mismo tiempo
ResponderBorrarExcelente nota, soy seguidora y apasionada de la fotografía Japonesa, su esencia y el modo en que se la muestra, mi autor preferido es Daido Noriyama!!!! gracias Mercedes Pasini!!! miles de abrazos
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