lunes, 24 de enero de 2022

Editorial Online de Atrapados por la Imagen presenta: Las cosas que importan

 Nuevo relato, de Graciela Ballesteros.



Queridos amigos, la Editorial Online de Atrapados por la Imagen, espacio gratuito dedicado a nuevos artistas,   tiene el agrado de presentar:

"Las cosas que importan"


Relato inédito de Graciela Ballesteros, autora destacada de nuestra comunidad.


¡¡Felicitaciones Graciela, por esta nueva entrega!!

Te deseamos muchos éxitos.

 

Agradecemos a todos nuestros amigos, lectores y seguidores, por sus visitas y valoraciones.

Afectuosamente.

Administración de Atrapados por la Imagen.




Las cosas que importan


Imagen: archivos web.



Querido diario:  


     Yo soy Juan. Tengo diez años. Soy de River, porque mi papá es de Boca y no me quiero parecer a él. Tengo una hermanita de tres años, que se llama Micaela y le decimos Mica. Mi papá dice que le queda bien porque sus ojos brillan como la mica de las piedras; yo no sé qué es la mica. Tengo una mamá que es una genia, se llama Josefina, pero no le gusta el nombre, así que todos le decimos Jose y a veces sus amigas le dicen Flaca.

   Mi papá se llama Juan. A mí me pusieron Juan por él. Cuando sea grande me voy a cambiar el nombre. Ahora no, porque Mica es muy chiquita y no lo va a entender.

   Cuando llega fin de mes, voy con mi mamá y mi hermanita a golpear las manos en las casas lindas, y pedimos comida, porque con lo que gana mi mamá limpiando en las casas y en el bar, no nos alcanza. De vez en cuando pedimos ropa. Mi mamá y yo usamos barbijos, como dicen en el televisor; Doña Julia, la vecina, que nos quiere mucho, nos hizo unos con pañuelos de tela.  Los lavamos cada vez que volvemos de la calle. Pienso que debería hacernos otros porque ahora se ven feos.

   Mi mamá lleva a la nena en el cochecito porque camina lento y se cansa.

   A veces nos separamos, yo voy por una vereda, mamá y la Mica por la otra.

La gente siempre me pregunta lo mismo:  si estoy pidiendo solo, si mi papá trabaja, si mi mamá me pega.  

Siempre contesto que no estoy solo, que estoy con mi mamá, que mi papá no sé si trabaja o no, porque se fue de casa y no lo veo, que mi mamá no me pega.

   A veces me dan comida, otras ropas, otras nada.

   Hay gente que me da consejos. Algunos me dicen que vaya a la escuela, aun sabiendo que estamos en pandemia, cosas que dicen para no darme nada; otros que le diga a mi papá que trabaje.

   Algunas señoras me miran con lástima, y algunos hombres con bronca. Es feo eso. Y me da una re vergüenza.

   Hoy fue raro. Una mujer me abre la puerta, tiene una gorra de Boca. Me pregunta cómo me llamo. Fue re raro.  Nunca nadie me pregunta el nombre. 

—Juan, le dije.

   Me mira y siento como si fuera la mirada de mi mamá.

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—Escuchame Juan, te voy a dar fideos, puré de tomate, atún, y arroz. Pero eso es para cocinar. ¿Ahora tenés hambre?

—Si doña, un poco, le dije, aunque tengo ganas de decirle que soy capaz de comerme cualquier cosa, lo que venga.

—¿Y qué te gusta más, pepitas o chocolinas?

—A mí las chocolinas; a mi hermana las pepitas. Así que si me va a dar galletitas deme esas. Que yo como igual. 

   La doñita me dijo:

—Esperame un cachito Juan. Ahí te traigo la bolsa. Y te voy a dar un alcohol en gel. ¿Sabes cómo se usa no?

—Si, la seño nos explicó que hay que usarlo antes de comer y de tocarnos la cara.

—¡Genio Juan, la tenés re clara!

   Entra a su casa y enseguida sale con una bolsa donde se ve la puntita de un paquete de fideos y en la mano un paquete de pepitas y uno de chocolinas. 

Me dice: —las choco para vos y las otras para tu hermanita. Convidale a tu mamá. Y escuchame Juan, si mamá te dice que no tiene hambre, dale igual. Las mamás a veces decimos que no queremos, pero nos aguantamos para que los hijos coman más. Y a tu mami se la ve cansada. Con unas galletas va a estar mejor.

   Me pasa la mano por la cabeza y me saluda: —Chau Juan. Si otra vez andan por acá pasen.

¡Fue re raro, diario!

   Cruzo enfrente y le cuento a mamá. Y lo más raro fue que le digo: —querés una galle,  má? 

 —No Juancito, no tengo hambre. Son para vos y tu hermana.  Igual, igual a como me dijo la doña.

Así que le insisto y le digo: —Si vos no comés yo tampoco — Ahí recién empieza a comer. Mientras Mica no paraba con las pepitas.

—¿Cómo se llama la señora?- me pregunta mamá. 

Y me doy cuenta que no le pregunté. Solo me aprendí la dirección por si otra vez se nos acaba la comida.

   Te cuento esto diario porque hoy por primera vez me gustó mi nombre: Juan. 

No como mi papá. Sino como yo: Juan, el que la tiene re clara y le convida chocolinas a su mamá.


Graciela Ballesteros.

Córdoba, 21 de octubre de 2021.


La producción de este texto inédito ha sido realizado en el marco del Taller "La carga del recuerdo", coordinado por Francisco Rapalo


12 comentarios:

  1. Un relato, realizado con mucha ternura, la autora rescata a los invisibles de siempre, otorgándoles voz propia!!! motivador!!! gracias por sumarte a la "Editorial Online para nuevos Autores" te deseamos Éxitos en tu primera entrega!!!!! Felicitaciones y gracias por confiar en Atrapados!!!!

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  2. Reporte de una realidad naturalizada puesta en la voz de un niño.

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  3. Un relato conmovedor, que nos lleva a observar una triste realidad a través de la mirada de un niño. Excelente presentación Graciela, felicitaciones!! Te deseo el mejor de los éxitos!! Abrazos inmensos

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  4. Excelente, con el idioma de ellos, nada fácil, gracias por compartir..

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  5. Me arranca un grito de dolor y de rabia.Por los miles de Juan, Mica, Jose y Juan. ¡Brava, Graciela! ¡Por muchos relatos más!

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  6. Graciela, un relato desde el punto de vista de un niño que vive una triste realidad, que desgraciadamente es habitual y de la cual es tan difícil salir. Conmueve, lastima , se siente impotencia y lástima. Un emotivo relato.
    Te deseo éxitos. Un abrazo.

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  7. Gracias a todos por los aportes. Este relato ficcionado tiene en mi vida muchas caritas que a lo largo de 32 años de docencia en contextos de pobreza vi y viví el dolor y la impotencia. Claro que desde mi lugar lo compencé allanando sus caminos con todo el amor que pude dar. Otra vez Gracias por dejarse tocar el corazón.

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  8. conmovedor como todo lo que escribe Graciela Ballesteros!!

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  9. excelente y conmovedor relato, mi nieto se llama juan de segundo nombre, si me animo y la autora lo autoriza me gustaria intentar un diseño!!

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    1. Osmo, decir lo que me ha emocionado leerlo, me llena el alma de alegría. El relato es todo suyo, ponga su arte allí para embellecerlo y hacerlo más cercano. Un gran abrazo y espero la sorpresa. Gracias y un besito a su Juan que seguro que goza de un nido tibio.

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  10. lo intentare, muchas gracias, por todos los Juanes que se hacen grandes siendo niño

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