domingo, 16 de marzo de 2025

DOMINGO DE CURIOSIDADES. HOY. "EL BESO", DE GUSTAV KLIMT

 EL BESO

EL "ESCANDALOSO" SÍMBOLO DEL AMOR DE GUSTAV KLIMT



En 1909, el pintor austriaco Gustav Klimt terminó "El beso", una apasionada escena de amor, que con el tiempo se ha convertido en su obra más icónica. La obra y la vida de este vanguardista artista estuvieron rodeados de polémica y escándalos y los puritanos y conservadores círculos artísticos calificaron su estilo de "pornográfico".




Klimt creó su más obra famosa  en un momento de pánico creativo.

En 1907, tal vez para recuperarse de la mala recepción de sus frescos de Viena, Klimt pintaba con furia, pero dudaba de su trabajo. Confesó en una carta: "O soy demasiado viejo, o demasiado nervioso o demasiado estúpido, algo debe estar mal". Pero al poco tiempo, comenzaría la pintura que sería su obra más popular.





El beso es la culminación del particular y rompedor estilo artístico de Klimt, que se caracteriza por sus personajes lánguidos, una característica combinación de las dos y las tres dimensiones y el uso de materiales como el oro, que recuerda a las imágenes bizantinas. Una imagen convertida en un símbolo universal del amor.

Gustav Klimt fue uno de los fundadores y máximos exponentes de la denominada Secesión Vienesa, un movimiento que podría englobarse dentro del Art Nouveau o Modernismo que buscaba la ruptura con los gustos tradicionales de la Academia Austriaca. 


Vendida por un precio récord

"El beso" se exhibe en la Galería Belvedere de Viena, donde está tomada la fotografía sobre estas líneas. La obra fue adquirida por la pinacoteca incluso antes de que Klimt la finalizara. La Austrian Gallery había mostrado la pintura inacabada en 1908 y los responsables del Museo Belvedere no duraron en adquirirla por la cifra récord de 25.000 coronas. Hasta la fecha, el cuadro más caro en Austria había costado alrededor de 500 coronas.




¿Modelos reales?

Sobre los modelos que usó para los personajes de su pintura se ha especulado mucho. Se dice que el hombre sería el propio pintor y que la mujer podría ser su esposa (y musa) Emilie Flöge. Pero también hay quien sostiene que el personaje femenino estaría basado en una de sus innumerables amantes, apuntando el nombre de Adele Bloch-Bauer (a la derecha) como candidata.




Un beso decoroso

A diferencia de los murales de la Universidad, la imagen representada en El beso puede considerarse bastante casta. Los dos protagonistas van completamente vestidos y tal vez lo que transmita algo de erotismo sea el apasionado beso y el rostro sereno de la mujer, que enfatiza la intimidad de la escena. 




Estilo único

Si por algo destacó Gustav Klimt por encima de sus colegas de la Secesión de Viena fue por su particular estilo que llevaba al extremo la representación de figuras lánguidas y combinaba de forma magistral las dos y las tres dimensiones. En la zona del abrazo, las manos del hombre parecen salir de la nada y contrastan con la figura "plana" de la cabeza de la mujer.




Diferencia en las telas

Las dos dimensiones aplanan los límites entre ambos personajes, pero un detalle que aa veces pasa desapercibido es que en la túnica del hombre predominan los motivos rectangulares, mientras que la ropa de la mujer está decorada con decoraciones circulares. Hay teorías que apuntan a que Klimt, obsesionado por los avances científicos, se habría inspirado en los recientes descubrimientos celulares y sobre los grupos sanguíneos.




Amor en el prado

Los amantes se abrazan en un prado lleno de coloridas flores (símbolo del amor y el romanticismo) al borde de un precipicio, que queda difuminado por la especial perspectiva de la obra.




Oro y plata

"El beso" es el apogeo del Período Dorado de Klimt. . El pintor usó con profusión el oro y la plata, materiales poco usados en la pintura (que asocian sus pinturas a las imágenes bizantinas) puede apreciarse en este detalle de "El beso".  




Firma con letras de oro

El cuadro brilla como una joya, porque en sí, es una joya. El uso de metales preciosos iba más allá de la propia pintura. Klimt usó oro para firmar también la obra. Un escueto Gustav Klimt en la parte inferior izquierda de su lienzo.




"El beso" de Klimt es quizás una de las obras más románticas del mundo del arte. Ver al hombre y a la mujer, dos universos representados en la obra como contrapuestos, fusionarse gracias al poder del amor es algo profundamente romántico y verdadero, porque es universal. Al observar este espacio indefinido, envuelto en un aura casi mística, uno tiene la sensación de que el tiempo y el espacio ya no existen.

La imagen de la mujer, en total abandono, que se entrega por completo a la fuerza del eros, tiene un poder tan sobrecogedor e intenso que da un sentido profundo a la vida.



Idea, investigación y edición: Isa Santoro
Administradora de Atrapados por la Imagen



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