Quien dice Photoshop, puede extender
el concepto de retoque y montaje de imágenes a cualquier otro programa que cuente con
las herramientas necesarias, no solo el software de Adobe se utiliza para el
retoque y montaje fotográfico. Y las fotografías analógicas se tocaban desde
aproximadamente los años 1840 hasta los noventa del siglo pasado, más o menos.
Es decir que antes de la era digital
ya existía el retocado de imágenes por parte de los fotógrafos y de los
expertos en la materia; podemos decir que la alteración de imágenes fotográficas
es casi tan antigua como la propia fotografía. Aunque usted no lo crea.
Seguramente algunos de nosotros hemos escuchado o leído esta frasecita.
Es decir que estamos hablando de una
técnica que permite obtener una imagen modificada a partir de otra, ya sea para
lograr una mejor calidad o más realismo, o para obtener una composición
totalmente diferente que distorsione la realidad. Según se explica en
Wikipedia.
Casi cualquier tipo de manipulación
que hoy asociamos con la fotografía digital también fue parte del repertorio
pre-digital: suavizado de arrugas, adelgazamiento de cinturas, adición y
sustracción de personas o elementos en una escena, mejoras de luz y contrastes,
montajes artísticos y piruetas onírico-paranoicas, con el único fin de
asombrar, asustar, ocultar, impresionar o entretener.
William Mortensen |
Pero antes los medios no eran los mismos
que existen ahora. Hoy una fotografía tiene un ciclo digital completo, sin
llegar en muchos casos a pasar por un soporte físico en papel. La cámara de
fotos captura una instantánea que codifica automáticamente en formato binario.
De ahí pasa a un equipo informático (por cable o por “el aire”) donde es
retocada, recortada y/o redimensionada para, al final, terminar en la mayoría
de los casos en un soporte digital, casi siempre en algún recoveco de Internet.
Sin embargo, antiguamente las fotos debían ser reveladas, lo que implicaba
obligatoriamente su transmisión a un formato físico. Ahí empezaba entonces el
retoque.
Los métodos de retocado eran múltiples
y variados, la mayoría imaginativos e ingeniosos. El de más baja tecnología
podría haber sido el que consistía en recortar varias fotografías con una
cuchilla, obteniendo diversos elementos de cada una de ellas, para luego filtrar
todos juntos en una nueva composición a modo de collage realista. Con una
iluminación adecuada, se sacaba una última fotografía al montaje, generando así
un nuevo original.
Otras técnicas incluían múltiples
exposiciones de un único negativo o generar una foto desde varios negativos
superpuestos. Al final era cuestión de mezclar dos o más imágenes en una sola.
También existía el retoque manual por medio de pincel, o aerógrafo, y tinta negra
sobre el negativo, recurriendo a la técnica del puntillismo, corrigiendo
imperfecciones o haciendo desaparecer elementos existentes.
La exposición, en el cuarto oscuro
fotográfico, de ciertas partes de la fotografía a más o menos luz y la utilización
de unos elementos químicos u otros por zonas, también generaban efectos
interesantes, ocultando o recalcando sombras y zonas claras, mejorando la
luminosidad o el brillo, oscureciendo.
Resulta evidente que aquellos
fotográfos que recurrían a estrategias manuales eran auténticos artistas y sus
trabajos competirían muy de cerca con los montajes actuales digitalizados.
Uno de los primeros experimentadores de
los que se tiene constancia fue el fotógrafo de origen sueco Oscar Rejlander,
que vivió casi toda su vida en la Inglaterra victoriana. En la década de 1850,
Rejlander aprendió la técnica conocida como colodión húmedo, un proceso
fotográfico, a la sazón incipiente, que produce una imagen en negativo en un
soporte transparente, normalmente un cristal. Mediante la combinación de
docenas de estos negativos, el artista consiguió producir su montaje más
famoso, el titulado ‘The two ways of life’ (‘Los dos caminos de la vida’) en
1857. Es una alegoría muy victoriana que representa la divergencia de los
caminos alternativos que supone una vida de pecado y una vida piadosa.
'The two ways of life' de Oscar Rejlander, 1857 |
Más o menos por la misma época, otro
fotógrafo inglés, Henry Peach Robinson, utilizaba la técnica de impresión
combinada para crear su obra ‘Fading Away’ (‘Debilitarse’). Este procedimiento
consistía en el uso de dos o varios negativos fotográficos en conjunción con
otro de fondo para generar una sola imagen en positivo. Algo similar a la
técnica de doble negativo para fotografiar paisajes, pero más complicado y
trabajoso. ‘Fading Away’ representa una
macabra escena victoriana de un lecho de muerte. Robinson tuvo que dejar de
hacer fotografías y cerrar su estudio cuando contaba sólo con 34 años; la
exposición prolongada a productos químicos fotográficos muy tóxicos había
arruinado su salud.
Fading away, Henry Peach Robinson, 1858 |
Entre 1885 y 1915, el movimiento
fotográfico conocido como Pictorialismo capturaba la imaginación del público.
Los pictorialistas creían que la única buena fotografía era aquella que había
sido manipulada, propugnando así sus pretensiones artísticas. En aquella época
se alteró y se retocó cada foto mediante la reducción o eliminación de enfoque
nítido, la impresión en colores distintos al blanco y negro, o la adición de
elementos extraños a las imágenes, como pinceladas. La fotografía de George
Seeley, ‘The black bowl’ (‘El llanto negro’), de 1907, es un buen ejemplo de
una imagen manipulada pictorialista. Asimismo, por su lado, la obra titulada
‘Artículos eléctricos para el hogar’ (1949), primer fotomontaje, onírico y
surrealista, de la serie ‘Sueños’ de Grete Stern, diseñadora y fotógrafa
alemana radicada en Argentina, se enclavaba ya en el movimiento modernista, que
no comulgaba con las tesis de los pictorialistas, pero no por ello obviaba las
manipulaciones más evidentes.
he black bowl' (George Seeley) y 'Artículos eléctricos para el hogar' (Grete Stern) |
En la década de los años treinta, otro
fotógrafo modernista, el famoso artista estadounidense conocido como Man Ray,
estaba viviendo en una buhardilla, que era a la vez su estudio, en París. Era
el fotógrafo y el artista arquetípico de la época, siempre deambulando por ahí
con los escritores de la Generación Perdida como Ernest Hemingway, con artistas
surrealistas como Salvador Dalí y con periodistas fotográficos como Robert
Capa.
Las mujeres eran uno de sus temas
favoritos, y, tal vez por eso, su fotografía más famosa y más copiada es ‘Le
violon d ‘Ingres’ (‘El violín de Ingres’). Este montaje es una parodia de los
retratos de damas que hacía el pintor Jean-Auguste Ingres. En él aparece el
torso desnudo de la cantante de cabaré Kiki de Montparnasse, presentada como un
instrumento musical, con los agujeros de sonido de violín en forma de efe
minúscula en su espalda.
I‘Io + gatto’ de Wanda Wulz (1932) |
Wanda Wulz, fotógrafa
italiana, (Trieste, 25 de Julio de 1903 - 16 de Abril de 1984). Nacida en el seno
de una estirpe forjada tras la cámara, disfrutó desde su infancia del contacto
directo con la imagen. De hecho, su abuelo Giuseppe Wulz regentaba el afamado
Fotografiaco Wulz Studio en Trieste desde mediados del siglo XIX (1868). Un negocio y tradición familiar
continuado por su padre Carlo Wulz y heredado por sus hijas (Wanda y Marion)
tras su fallecimiento en 1928. Inmersa en la actividad profesional descubre el
dominio del retrato, la luz o la práctica del taller y conjuga sus firmes
conocimientos técnicos con una endemoniada pasión por las vanguardias
(futurismo, dadaísmo, surrealismo, etc) y sus ansias de transgresión.
De esta
manera, con el inicio de la década de los treinta su capacidad artística y
talento creativo ponen de manifiesto su tremendo potencial. Superposiciones,
montajes o experimentos plásticos, dibujan su genuina e original seña de
identidad.
Hoy día, fotógrafos como Jerry
Uelsmann se han convertido en la imagen analógica de los antiguos retoques en
la actualidad. Uelsmann sigue siendo un trabajador de cuarto oscuro con
increíbles habilidades, conocido sobre todo por sus montajes en blanco y negro,
asombrosamente realistas para las antiguas técnicas que utiliza, y de carácter
profundamente imaginativo y onírico.
Entre octubre de 2012 y enero de 2013,
el Metropolitan Museum of Art de Nueva
York acogía una grandiosa exposición de fotografías, que fueron retocadas entre
1840 y 1990; una exposición que se dio en llamar ‘Faking It: Manipulated
Photography Before Photoshop’ (traduciéndolo de modo libre vendría a ser algo
así como: ‘Falsifícandolas: Fotografía manipulada antes del Photoshop’). Más de
doscientas imágenes en las que las técnicas manuales reemplazaron a los
ordenadores, y que todavía se pueden visualizar desde la web correspondiente,
con comentarios aclaratorios en cada una de ellas.
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