Texturas

 Para expresarse visualmente se cuentan con muchos elementos tales como ritmo, volumen y textura entre otros. 

 





 












La textura en fotografía no es más que una ilusión óptica pero puede ayudar a expresar  cosas, es el elemento que nos permite reconocer sensaciones táctiles, que son las que se experimentarían si pudiéramos tocar la superficie que se ha fotografiado. 

  Todos los objetos tienen textura lo interesante es conseguir usar esa textura para poder comunicar algo que queramos. Cuando se fotografía algo con una textura muy marcada, se obtiene cierto grado de realismo, ella evocará en el espectador el sentido del tacto y aportará además cierta tridimensionalidad, la fotografía no mostrará un objeto plano sino que se percibirá con volumen.

  De acuerdo a lo que se quiera transmitir se deberá decidir si se desea lograr una textura  muy marcada o no, tanto en retratos como en el resto de las fotografías. Se debe tener en cuenta que la no-textura también es una textura.

Retrato realizado por Jacarandá Fotografía

Que algo no sea rugoso no significa que no tenga textura, sino que es de textura lisa. Por ejemplo en fotografías de bebés, cuando se busca la pureza y suavidad, suelen disimularse las texturas provocadas por arrugas o pliegues y se intenta conseguir texturas muy suaves. En los retratos las texturas ayudan a conseguir imágenes de personas con carácter, curtidas y con cierta rudeza y agresividad. 

Retrato realizado por el fotógrafo etíope Michael Tsegaye

  En otro tipo de fotografías si se quiere conseguir un ambiente frío y duro, se buscarán las  texturas más marcadas.

 En cambio para conseguir espacios limpios y mágicos se trata de minimizar las texturas para que todo parezca liso y suave.

Fuente:

https://www.dzoom.org.es/texturas-fotografia/