El Tuvicha Epecuén y su Eterno Amor - El
Amor entre Epecuén y la princesa de Tripantu
Un pequeño indio quedó perdido en las cálidas e inmensas Pampas, una
tarde de verano. Tan cálidas que los pastos se convertían en hogueras.
Ese abrazador calor tostó el rostro del niño, que cuando lo rescataron
sus mayores lo bautizaron Epecuén (casi
quemado).
Ese tostado, lo hizo muy curtido y de un valor sin igual. A medida que fue creciendo era cada vez más
fuerte y gran cazador. Él no le tenía temor a nada, no le importaba ni
atemorizaban los climas más extremos. Ni las frías noches ni las cálidas tardes
del desierto. Él tenía una gran energía interna, seguramente acumulada en esa
tarde cuando niño en el desierto. El Sol se había metido en sus venas, era un
verdadero Guerrero del Sol.
Su atractivo rosto y valentía, hacía que todas las mujeres se
enamoraran de él. De esos amores nacieron cientos de fuertes guerreros.
Un día, salió a cazar, a un hermoso Lugar Verde (Carhué), un verdadero
oasis en el desierto, lleno de cervatillos y gallináceas. Allí una bella
princesa, lo vio. Ella era, Tripantu, había nacido una noche, en el solsticio
de invierno, de inmensa Luna Llena. Muy
temerosa, ella se escondió entre los pastizales. No dejaba de observarlo.
Ella, quedó ciega de amor ante tanta belleza. Lo que provocaba que la
bella Tripantu, en sus momentos de soledad, llorara todas las noches, con la
Luna de testigo solamente. Sus lágrimas generaron un gran lago en una
hondonada. Sus aguas, cristalinas, de una transparencia y pureza sin igual,
pero saladas, señal de su dolor; eran su limpieza, su purificación interior.
Un día el gran guerrero, fue mordido por una serpiente de cascabel, en
aquel bosque. El veneno, se iba apoderando de Él. Iba generando continuas
alucinaciones. En esas pesadillas, recreaba una triste escena, veía llorar a la
princesa. A quién desconocía hasta ese momento.
La noche se iba apoderando del cielo, él deseaba encontrarla. Deseaba amarla
aunque sea por única y última vez.
Su fuerza, sus energías, lo
hacían avanzar, gateando sobre la pradera que era una árida alfombra, hasta
llegar al lago, que había generado las lágrimas de la doncella. Tenía sed,
quería apagar ese fuego interior. Aquel de niño que le había generado el sol,
aquel que, el veneno del reptil había introducido en él. Todo esto, hacía que
la sangre circulara por sus venas en forma de vapor.
El agua salada, un gran espejo en la noche. Él la probó, la rechazó en
primera instancia. Del fondo del lago apareció la imagen de la joven que le
decía: “Bébela, bébela mi amor”. Él bebió un sorbo y su delirio interno, hizo
que se zambullera en el lago, como queriendo amar a la bella mujer.
Esas lágrimas depositadas en el lago, la habían convertido en una
fuente de sanación. Tenían, las mismas energías que aquel sol le había aportado
de niño.
El Sol, lo había convertido en guerrero. El lago, lo sanó, quitó ese
veneno interior y lo convirtió en un hombre romántico.
Recuperado, fue a buscar su
último y eterno amor. Cuando la encontró, le juró cuidarla hasta sus últimas
fuerzas. Esas aguas y ese amor, generaron en él, un gran pensador y un ser
lleno de sentimientos.
Juntos, se fueron a vivir a orillas del lago, en una pequeña casa de
adobe y paja, que construyeron con sus manos.
Ambos, se encomendaron a proteger dichas aguas, para curar a toda la
comunidad. Cada miembro que era sanado, debía plantar un árbol en sus orillas,
como señal de agradecimiento y para generar un gran fuerte natural para
proteger dicha fuente de Vida.
También, proclamaron a viva voz, que castigarían a todos aquellos que no cuidaran ese Paraíso de Sanación. Que dichas aguas crecerían y crecerían, tapándolo todo. Esas aguas serían las lágrimas del pueblo que caerían del cielo.
©EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN
RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ
REGISTRO DE PROPIEDAD INTELECTUAL
Edición: 2024 Buenos Aires - Argentina
©Autor: Ricky Kimmich
©Diseño de tapa: Ricky Kimmich
©Ilustraciones: Ricky Kimmich
©Editoras: Laura Jakulis - Isabel Santoro

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
¡Un Amor del cual no te vas a olvidar! Felicitaciones Ricky!! ¡Te deseamos muchos éxitos!
ResponderBorrar