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sábado, 22 de septiembre de 2018

Ventanas que trascendieron en el mundo literario


La ventana siempre ha constituido un importante recurso literario. 
Un elemento inspirador desde el que el escritor se asoma al mundo o invita a los lectores a compartir una panorámica de su propia fantasía. 
En la historia de la literatura abundan los ejemplos de libros que incluyen ventanas entre sus páginas más célebres.
Hoy les invito a  un repaso de esas ventanas que nos mostraron el paisaje de otra realidad.
Si bien las ventanas forman parte de nuestra vida cotidiana, a menudo pasan prácticamente desapercibidas, a pesar de que las decoremos con flores, de que nos asomemos a ellas con cierta nostalgia en las tardes de lluvia o de que las abramos de par en par en las mañanas soleadas. 
En cambio, en la literatura las ventanas son algo más que un mero elemento en la arquitectura de nuestros hogares.





Romeo y Julieta: aunque Shakespeare nunca puso un pie en Verona, la Via Cappello 23 de esta pequeña ciudad del norte de Italia sigue siendo el punto de peregrinación de los viajeros más románticos. Su pétrea ventana gótica con balcón es una de las más fotografiadas del mundo. Desde ella, Romeo y Julieta se declaran su amor por primera vez y al final de esta famosa escena ella concluye: “Triste es la ausencia y muy dulce la despedida, que no se cómo desprenderme de los hierros de esta ventana”.







Cumbres Borrascosas: en la única novela de Emily Brontë las ventanas son un importante recurso que sirve para delimitar el espacio interior de los personajes. Cumbres Borrascosas evidencia ese carácter fronterizo de lo impenetrable y que al mismo tiempo permite vislumbrar qué es lo que hay al otro lado. Por eso, aparte de un elemento físico omnipresente en la finca que da nombre a la obra, es un elemento simbólico, a menudo utilizado para ahondar en el alma de los personajes, como en este momento en el que Elena dice de los ojos de Heathcliff que son dos negros demonios que jamás abren francamente sus ventanas”.









Rapunzel: también en la literatura infantil podemos encontrar libros que incluyen ventanas y que forman parte del imaginario popular. Una prueba de ello es Rapunzel, el cuento firmado por los hermanos Grimm en el que una hermosa princesa permanece encerrada en lo alto de una torre por el encantamiento de una malvada bruja: La torre carecía de puertas o escaleras, y tan solo tenía una ventana en su parte superior. El único modo de acceder a la ventana era trepando por la larga y voluminosa cabellera de Rapunzel. Aunque se trate de un relato para niños, resulta sencillo entender que en este caso la ventana es una metáfora de la curiosidad y de la libertad. Del mundo que nos espera más allá de la opresión.





A través de citas y metáforas , las ventanas más famosas de la literatura, se han transformado en un símbolo, logrando trascender el tiempo y el espacio para transmitir desde el mutismo de sus formas, fácilmente reconocibles en la mente de cualquier lector, sentimientos universales y complejos.
Entre las citas sobre ventanas más destacadas es interesante la reflexión  realizada por Charles Baudelaire, que días atrás nos compartió nuestra administradora Tesi Salado, en el poema en prosa Las ventanas, de su obra El spleen de París cuando asegura que Quien desde fuera mira a través de una ventana abierta, jamás ve tantas cosas como quien mira una ventana cerrada".






También el poeta griego Konstantinos Kavafis dedicó uno de sus poemas a las ventanas, interpretándolas como un elemento liberador del alma humana y de sus frustraciones hasta el punto de llegar a asegurar que Cuando se abra una ventana habrá un consuelo. Y es que la ventana, como elemento literario, funciona en esas dos direcciones. 
La pared transparente que separa esos dos mundos sirve de conexión entre el presente y el futuro, la realidad y la ficción, lo que somos y aquello en lo que aspiramos a convertirnos.




La escritora española Carmen Martín Gaite, en su ensayo Desde la ventana, utiliza  este recurso con una interesante perspectiva, adoptando un carácter reivindicativo al insistir en que La ventana ha tenido siempre para la mujer recluida en el hogar una doble función de compañía y consuelo en sus tareas domésticas y de espoleta para echar a volar su fantasía. Aunque no seamos conscientes de ello, rara vez miramos a través de una ventana solo para ver la vida pasar: lo hacemos con el ansia instintiva de formar parte de ella.





Frente a otras herramientas y artificios literarios, las ventanas se presentan como una parte muy visual dentro de la propia arquitectura narrativa. Tal vez por este motivo siempre que se presentan como parte del relato, como lectores intuimos que de alguna manera están ahí colocadas para que nos asomemos a la diversidad del mundo.





5 comentarios:

  1. Un trabajo bellisimo!!!!!! gracias Luisiana!!!!!

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  2. Lusiana, un trabajo de investigación buenísimo, bien ejemplificado, estético y muy completo. Realmente una maravilla, felicitaciones amiga!!! besos

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  3. Bellos retazos literarios y una delicada ilustración...amo las ventanas, sobre todo las antiguas y las pequeñitas, como si fueran de casas de muñecas. Gracias Luisiana por compartir. Abrazo!

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