Cuentos y relatos Presenta :
a....
Cristina Equisito
en:
(Fluir de la conciencia o Monólogo interior)
"El encuentro"
Nueva entrega en Atrapados por la Imagen
RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ
Registro de Editorial Atrapados por la Imagen
(Fluir de la conciencia o Monólogo interior)
"El encuentro"
– Hola cómo estás? Encantada de conocerte personalmente.
– Qué tal, yo también encantado.
Sentados en la mesa del café, Carlos empezó a contar la historia de su viudez; el tiempo que pasa llorando en los rincones para que su hija no lo vea triste, las características y costumbres de su mujer, atenciones que tenían entre ambos. Lo buena que era y tan joven para morirse. Tenía sesenta años; dijo que no esperaba pasar por esa situación en estos momentos. Que siempre había fantaseado con llegar juntos a viejitos.
María, algo inquieta y aburrida de tanta pena, dijo: – Me habías dicho que enviudaste hace un año y medio no?
– Sí un año y medio y parece que fue ayer. Te juro que no puedo asumirlo. Un año y medio sin Mirta.
Es así.
Tus hijos bien?
Si, son grandes. Dos ya no viven en casa. Ellos tienen su vida. El problema soy yo que sigo destruido.
María, muy molesta: – Me disculpas, voy al toilette. Ya vengo.
En un soliloquio silencioso, piensa: – Porqué no te vas al carajo, densoooooo ! Si querías hablar de tu mujer, desahogarte, contar tus penas, hubieras ido a una psicóloga.
Para qué mierda quisiste que nos encontráramos. Entiendo que la extrañes pero debiste haber pensado si estabas listo para un intento afectivo, vincularte con alguien, o venís de amiguito confidente? Anda a cagar boludo. No soy la persona indicada. Uff olvidé limpiar el meo del perro en la puerta de mi habitación, perro de mierda, podrías haber meado en otro lado. Ay. Firu. Perdón, te quiero y sé que me cuidas y marcas territorio. Soy cruel. Ahora me acuerdo que no compré nada para comer en casa y pierdo el tiempo con este fulano.
Salgo del baño y me cruzo una vieja con cara de ojete; no es mi día hoy. Al volver María le pregunta por qué no pidió todavía el café. Él contesta con cara de velorio: – Ni me di cuenta ensimismado en mis pensamientos.
Ella mira el reloj y exclama: – Uh! Qué tarde se hizo! No pensé que era esta hora. Tengo que irme.
Ambos se levantan, Carlos se disculpa: – Espero no haberte cansado con mis penas, mi tristeza…porque quisiera volver a verte. No te preocupes, no me cansaste, te comprendo, no es fácil lo tuyo.
Al finalizar su primera cita María y Carlos se quedaron de pié frente a la puerta del café. La noche caía, una brisa suave acariciaba sus rostros. Carlos le tomó la mano con ternura y dijo: – Hoy ha sido un día extraordinario para mí. Quiero que volvamos a vernos, descubriendo más de lo que somos.
María lo miró a los ojos y en vos baja contestó: – Llámame en la semana, dale?
Cristina 24/7/23
Cristina Equisito
Buenos Aires - Argentina
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Encuentro relatado con crudeza, sin ambigüedadades, buen final, con cuota de incógnita.
ResponderBorrarRealismo puro. Los dos personajes se ilustran solos. Muy bien logrado.
ResponderBorrarExcelente narración, brava Cristina........
ResponderBorrarUn relato muy de estos tiempos, donde las relaciones se construyen a través de aplicaciones, tratando de mitigar la soledad que les carcome el alma!!! el final? Nadie lo sabe, pero la autora logró que más de una persona se haya sentido identificada!! felicitaciones Cris!! te esperamos con mucho más!!!!
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