ALGUNOS DATOS CURIOSO QUE, QUIZÁ DESCONOCÍAS SOBRE LA VIDA DE FRANZ KAFKA.
Franz Kafka vivió por y para la literatura. Su vida atormentada se ve reflejada en una obra en la que los personajes se ven inmersos en situaciones absurdas, cuyo origen siempre es desconocido y escapa a su control. Pero existen algunos aspectos de la vida y el pensamiento del famoso escritor que tal vez no sean muy conocidos. Aquí contamos algunos de ellos.
¿Incapaz de amar?
El miedo al compromiso lo condujo al fracaso en todas y cada una de las relaciones que emprendió. Kafka era un hombre seductor que sabía como atraer a las mujeres, pero cuando llegaba el momento de formalizar una relación aparecerían sus "demonios", el miedo al compromiso que significaba tener que dejar a un lado su vocación de escritor por una vida monótona en una oficina, algo que odiaba profundamente.
Felice Bauer, Milena Jesenská, Dora Diamant o Grete Bloch (con la que tuvo un hijo) fueron algunas de las mujeres que se cruzaron en la vida de Kafka, pero la visión del amor del escritor era opuesta a la de cualquier hombre de su época. Para Kafka, lo biológico y lo espiritual no iban de la mano, al igual que lo corporal y lo romántico también iban por caminos opuestos.
De hecho, en las obras de Kafka nunca aparece una escena romántica que implique una relación entre un hombre y una mujer. Los protagonistas de sus historias nunca se casan y las mujeres tan solo aparecen en papeles secundarios. El autor las utiliza, por ejemplo, para pedir hora a un letrado en el caso de "El proceso", y en "La metamorfosis" Kafka presenta a la figura femenina como un ser insensible y egoísta al que culpa de la deshumanización del protagonista.
"Neurosis obsesiva"
Kafka se definía a sí mismo como una persona "taciturna, insociable, malhumorada, egoísta, hipocondríaca y enfermiza". Los especialistas en su figura desconocen cuáles eran realmente sus problemas psicológicos, pero lo que sí se sabe con certeza gracias a sus anotaciones privadas es que utilizaba términos como "demonios" o "desamparo" para reflejar su estado de ánimo en cada momento. Esta inestabilidad psíquica, algo que más tarde, Freud denominaría "neurosis obsesiva", complicaba de manera dramática el día a día del escritor.
En realidad, Kafka tenía muchas manías: se lavaba las manos una decena de veces al día, masticaba setenta veces cada bocado antes de tragarlo y revisaba una y otra vez los colchones de las camas de los hoteles. A pesar de ello, algunos autores no creen que sus manías y depresiones fueran la característica más destacada de su carácter. Según su amigo Max Brod, Kafka era un hombre parlanchín, juguetón, tierno y con un gran sentido del humor. Pero si esto era así ¿por qué se le recuerda entonces como una persona amargada, sombría y eternamente torturada? Posiblemente la respuesta se encuentre en un estudio mucho más profundo de su obra.
Kafka era vegetariano
Este tal vez sea uno de los aspectos de la vida de Kafka más desconocido para la mayoría de lectores. Aunque se desconoce cuándo decidió iniciarse en la alimentación vegetariana, se sabe que, en 1911 Kafka conoció a Moriz Schnitzer, un famoso promotor de un estilo de vida saludable y del vegetarianismo. Al parecer, este le dio varios consejos que hoy podríamos suscribir como que comiera sano, tomara aire fresco, durmiera con la ventana abierta y trabajara en el jardín.
Kafka, que según sus amigos era una persona preocupada por la actividad física y que de forma regular salía a pasear, empezó con el vegetarianismo por razones de salud, aunque este también era ético, entendido como una manera de salvar la vida de los animales. Kafka comenzó a cultivar sus propias verduras y algunos piensan que quizás, irónicamente, fue aquella afición por los alimentos lo más naturales posible la causa de su muerte. De hecho, la leche sin pasteurizar estaba muy presente en su dieta vegetariana y su consumo, según sus biógrafos, pudo desencadenar la tuberculosis que finalmente acabaría con su vida.
¿Promovió el uso del casco?
Una de las cosas, posiblemente más desconocidas, que se atribuyen a Kafka es la implementación del casco de seguridad para uso civil. Según Peter Drucker, catedrático de Administración y Dirección de Empresas, Kafka desarrolló el primer casco para uso civil mientras trabajaba como gerente en el Instituto de Seguros de Accidentes Laborales de Bohemia, en Praga. Y no solo eso, sino que consiguió que su uso se convirtiese en obligatorio.
El trabajo de Kafka en la empresa consistía en investigar y evaluar las compensaciones que debían recibir los trabajadores por los accidentes de trabajo, como la pérdida de algún dedo o de alguna extremidad debido a las malas condiciones de seguridad laboral con las que contaban las fábricas en aquella época.
Así, fue durante una visita a una mina en Bohemia donde Kafka se dio cuenta de que los operarios utilizaban un sombrero de fieltro que rellenaban con algodón para amortiguar el peso de los escombros que caían sobre sus cabezas. Aunque no existen pruebas escritas de ello, se dice que Kafka decidió perfeccionar no solamente aquel tipo de protección, sino que además se convirtió en uno de los pioneros en la regulación de la Seguridad e Higiene en los centros de trabajo.
El autor checo creó las historias más extrañas y absurdas, en las que refleja la angustia que siente el ser humano cuando debe enfrentarse al sinsentido de su existencia. Kafka tuvo que luchar contra los fantasmas de su niñez, que surgían bajo la apariencia de un padre autoritario por el que sentía auténtica aversión.
Si te interesa saber más acerca de la vida de este gran escritor, debajo te dejo el link de su biografía.
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Trabajo de Investigación y Edición: Isa Santoro.
Administradora de Atrapados por la Imagen.
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