lunes, 2 de septiembre de 2024

©EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN PRESENTA: “Camine bajo el mar” , Pedro Pablo Lilli - AGOSTO 20 24 -

 

Cuentos y Relatos Presenta a... 


Pedro Pablo Lilli 

"Artista de Atrapados por la Imagen"


en...


"Camine bajo el mar"


"Relato inédito para Atrapados por la Imagen"


Ilustración especial del artísta:

Os Osmo 

(OSCAR VÍCTOR MOMBELLI)

RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ

Propiedad intelectual de:

EDITORIAL  ATRAPADOS POR LA IMAGEN

Editorial Atrapados por la Imagen, es un espacio gratuito dedicado a difundir...

¡El arte de todos!



Diseño Gráfico: Os Osmo


"Camine bajo el mar"


I

“Camine bajo el mar” leyó escrito con un cortaplumas sobre la pared; un rasguño casi imperceptible grabado junto a su mesa en la Taberna del Bucanero.

- ¡Disparatada sugerencia!- pensó Gunnar, mientras aspiraba el reconfortante aroma de su glögg. Fuera de la ventana se veía el movimiento de un imponente velero entrando al puerto y los albatros revoloteándole por encima. Dentro del local se percibía un apetitoso olor a sopa que preparaban en la cocina, desafortunadamente, mezclado con el del tabaco de unos marineros que conversaban a los gritos, bebiendo cerveza y fumando, a pocos metros de él.

Salió, se aseguró de que su Vespa, estacionada junto a una pila de cajones vacíos,  no entorpeciera el paso y se encaminó hacia la dársena para mirar el mar y sentir la brisa salada sobre su rostro.

 

II

Gunnar Lindqvist detuvo su motocicleta donde siempre, bebió un glögg en la Taberna del Bucanero y, luego, caminó por la dársena en busca de una escalera que descendiera hasta la superficie del mar. El olor a puerto era pesado y, en el agua flotaban, esparcidas por aquí y por allá, manchas de aceite que formaban dibujos  de colores.

Se aseguró de no ser visto y se sumergió. Caminó por el fondo del mar, alejándose de la costa. A medida que avanzaba el paisaje era más amigable: el agua más limpia, menos hedionda y se podían ver  peces azul-plata. A los primeros síntomas de cansancio, Gunnar Lindqvist apuró el regreso por dónde había venido.


III

La experiencia lo había entusiasmado. En la semana se entregó a controles médicos que dieron cuenta de un buen estado de salud, frecuentó diariamente una piscina para mejorar su técnica de apnea, un gimnasio para la musculación y  completó la preparación consultando a un reconocido nutricionista deportivo que le prescribió una dieta específica.

Después de diez días se fijó como objetivo, caminar por el fondo marino, el doble que la primera vez. En esta ocasión llevaría una pequeña cámara fotográfica.


IV

El domingo  a la mañana, Gunnar Lindqvist, descendió seguro y decidido. Llevó de merienda, un par  de manzanas y barras de chocolate amargo que le resultaron necesarias  superados los dos tercios del trayecto de ida, y a un tercio del regreso al punto de partida. Constató que el entrenamiento había sido apenas suficiente para la meta que se había fijado. Cuando ascendió, le dolían fuertemente las piernas y los pulmones.

La Taberna del Bucanero estaba  repleta de  parroquianos, pero le hicieron lugar para compartir un mesón y comer el suculento guisado del menú del día. Abstraído del bullicio, escribió en una libreta, los apuntes de la caminata bajo el mar. Una vez recuperado, pidió otra pinta de la cerveza roja habitual y se distrajo un instante, escuchando a su amigo Lars, contar una estrafalaria historia a sus compañeros de mesa. A pesar del cansancio que lo recorría de cuerpo entero, estaba eufórico: había logrado con cierta dificultad su cometido y se sentía confiado en poder superarse después de un adecuado entrenamiento. Antes de abandonar la mesa, Gunnar Lindqvist escribió en su libreta: L1 x 3, para significar que su próximo desafío era triplicar la distancia L1 recorrida en su primera excursión.


V

En los meses siguientes intensificó la preparación física con cuatro caminatas submarinas semanales, para asegurarse de llegar en plena forma al inicio del verano. Estudió los horarios de las mareas, los pronósticos climáticos, las profundidades, las variaciones de la temperatura del agua, las corrientes submarinas y el tipo de flora y fauna que encontraría en el trayecto. Analizó con cuidado el tráfico náutico, con particular atención de los barcos pesqueros. Registró y tabuló minuciosamente todos los parámetros, cotejándolos con los de los años anteriores para tener un panorama más amplio y preciso.


VI

A inicios del verano las condiciones meteorológicas no le permitieron a Gunnar Lindqvist partir el día prefijado. El mar se presentó revuelto con olas cuya altura era dos o tres veces la media para ese período del año. El mal tiempo se prolongó una semana.

Un lunes, si bien las condiciones no eran óptimas, los pronósticos no impedían intentar el desafío.

A las 5:45 a.m. Gunnar Lindqvist, tras dejar su motocicleta estacionada frente a la Taberna del Bucanero, junto a una pila de cajones vacíos, bajó la escalera de la dársena y comenzó la caminata por el fondo del mar.


VII

Los primeros kilómetros los recorrió a oscuras, avanzando con la potente luz de una linterna que conservaba de los tiempos de su servicio en el ejército. Se preguntó, por qué nunca había evaluado hacer la primera etapa a bordo de la Vespa y luego, las siguientes, a pié. Esta opción, perfectamente realizable con su  motocicleta, restaba valor al hecho deportivo y por lo tanto resultaba inadmisible.

El haz luminoso resaltaba la belleza de cardúmenes de peces, flores acuáticas,  caracolas y  estrellas de mar que encontraba a su paso. A medida que los rayos del sol se filtraban desde la superficie, el encanto del entorno se tornaba aún más sugestivo. Se cruzó con un grupito de lobos marinos, un par de tortugas y tuvo que esquivar, un enorme cardumen de bacalaos que avanzaba a gran velocidad en sentido contrario. Fascinado, no dejó nada  sin fotografiar, y no advirtió que el tiempo  transcurría vehemente en cuenta regresiva. Calculó la distancia que le  faltaba recorrer  hasta la meta y luego para regresar, llegando a la conclusión de que debía apurar el paso. Pocos kilómetros después, faltando mil metros para el objetivo, se sintió al límite de sus fuerzas. Decidió no seguir  y emprender el camino a casa a ritmo juicioso. Para Gunnar Lindqvist, el desafío quedaba pendiente.


IX

El segundo intento del L1 x 3 fue, en cambio, un éxito rotundo: Gunnar Lindqvist pudo  realizarlo tal como lo había planeado. Satisfecho, reiteró la caminata varias veces más. Durante la última, vivió una experiencia que pudo costarle la vida: quedó atrapado dentro de la red de un barco pesquero que, lo arrastró hacia alta mar, pero pudo liberarse con el auxilio de una navaja. Sin aire y al borde del desvanecimiento subió a la superficie donde, tras varias horas de deriva, fue rescatado por una embarcación de la Prefectura Naval.

Dos días después, bebiendo una fresca cerveza roja en la Taberna del Bucanero, Gunnar Lindqvist, lejos de haber quedado acobardado, escribió en su libreta: L1 x 4.


X

A lo largo del otoño, realizó, no una, sino tres caminatas submarinas L1 x 4. Se sentía un hombre-pez. Un año después, tras meses de una nueva preparación física y estudios logísticos, Gunnar Lindqvist logró superar su record anterior, llegando a quintuplicar el recorrido de la primera vez.

Al llegar a la meta encontró una gruta de la cual no se veía el final. La exploró nadando en compañía de peces, lobos marinos, rayas y tortugas de quienes ya se sentía amigo. Una vez adentro, bastante lejos de la entrada, vislumbró un agujero por el cual se filtraba la luz exterior: evidentemente, conducía a la superficie. Nadó impulsado por la curiosidad como un niño que corre tras su juguete. Cuando emergió, el agua era espumosa y perfumada. Frente a él flotaba un hermoso velero blanco.


XI

Mikael  ingresó la vespa al garaje de su casa, cambió los zapatos por las pantuflas y, tras lavarse las manos y cambiarse, fue a la cocina a besar a su esposa que preparaba la cena.

— ¿Dónde está nuestro héroe?

—  Hace una hora que está en la bañera jugando! Controla que se haya enjabonado bien, lavado el pelo con shampoo que...

— Una hora... ¡exagerada!

— Qué salga, y vengan a comer que ya está todo listo!

Sonriendo para sí, entró al baño donde su hijo de seis años jugaba, sumergido hasta la cabeza, con un velero blanco.

— ¡Hola hombre-pez!

— ¡Hola, Pa! ¿Sabías que se puede caminar bajo el mar?

— ¿En serio? ¡Qué lindo, Gunnar! Me lo cuentas en la mesa, ¿sí? Mamá nos espera.



©Todos los Derechos de Autor y Propiedad Intelectual, pertenecen a: 


©Pedro Pablo Lilli

Ilustración: ©Os Osmo

Agosto 2024

Buenos Aires - Argentina


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Afectuosamente...


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13 comentarios:

  1. ¡Querido amigo, tu cuento nos invita a recorrer una experiencia única! Las vivencias de Gunnar Lindqvist, el cual emprende en cada caminata bajo el mar, logra transmitirnos cansancio, intriga, curiosidad y, por sobre todas las cosas, comparte una experiencia visual indescriptible, ¡a tal punto que tuve que despejar varios peces para poder seguir leyendo! El final inesperado de esta travesía, ¡es sumamente creativa y de una ternura maravillosa! ¡Donde finalmente comprendemos que el niño/niña que llevemos dentro nunca debe dejar de existir; sin él la vida sería monótona, y triste! ¡Pablo, quiero felicitarte por tu alto crecimiento literario, y pedirte que no dejes nunca de escribir! Solo te dejo esta frase final, "La imaginación al poder". ¡Abrazos y gracias!

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    1. Gracias! Tengo a mis espaldas una gran Editorial!!!! Abrazo, Lauri!

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  2. Os Osmo: tu ilustración no podía más certera!!!! gracias por tu bondad infinita y felicitaciones por tu arte!!!

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  3. El escrito nos presenta un juego divertido con una fresca fantasía infantil. No obstante nos deja una pregunta inquietante. A estribor o a babor de ella, ¿hay una realidad única y objetiva validada en la creencia de que todos percibimos lo mismo?

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    1. Interesante enfoque! Y agregaría: Nada ocurre por primera vez, si es cierto que el Universo es infinito. Cada historia ya ocurrió infinitas veces y continuará a repetirse, aggiornada, otras infinitas veces...

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  4. Me sumo a los comentarios para felicitar a Os Ismo por su valiosa participación.

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  5. Pablo, la verdad es que tu cuento me parece MARAVILLOSO!!Así, con mayúsculas. El final es tan tierno como conmovedor! Realmente te estás superando en cada relato. Mis sinceras felicitaciones!! Me encantaría ver todos estos cuentos en un nuevo libro!! Abrazo grande, amigo!! Vamos por más!!!
    Os Osmo , está demás, o no, decir que admiro profundamente tus trabajos, y el que hiciste para este cuento, me pareció, perfecto. Lo describe de una manera extraordinaria!! Felicitaciones!!! 👏🏼👏🏼👏🏼 para ambos!!!💜💚

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  6. Isa, me honras con tus halagos, gracias! La idea del nuevo libro está, pero ATENCIÓN! te involucra ría en todo el trabajo de producción...😊

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  7. Gunnar se siente un hombre pez, Gunnar creyó había superado los records y logrado la meta: el hueco que lo invita a seguir sin saber a dónde, vislumbrar una luz y continuar hacia ella ¿es la meta? Gunnar emerge en un espacio impensado, ve un velero blanco.
    Gunnar llega a su casa, va al encuentro de su hijo que emerge de la bañera junto a un velero blanco y le dice: -soy un hombre pez.
    Esta ficción nos colma de interrogantes, nos recuerda algún dejá vu, y hasta da la oportunidad sentir que la materia es solo una apariencia.

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    1. Buena mirada....! Sí, qué buena hipótesis: "la materia es solo una apariencia"...! Gracias, Marta!

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  8. Exquisito relato, que atrapa. Un buceo intenso en la expresion de la lengua y gran propuesta a los desafíos que rozan o no, a la fantasia. La creatividad y tu ingenio se funden en un gran logro. Me sorprendes con las variables en el género de tus libros.Quedo a la espera del próximo, adelante con tu arte, gracias por compartirlo y felicitaciones!!!.Graciela Carreras

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  9. Muchas gracias gracias por compartir este hermoso cuento Pablo, impecablemente narrada la descripción del fondo del mar. Me gustó mucho el final, inesperado y muy tierno.Gracias por compartirlo!

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