"Caballito de Madera"
Cuento Inédito de
Patricia Barbieri
Ilustrado gentilmente por Pedro Pablo Lilli.
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Pedro Pablo Lilli |
Subo a la plataforma que empieza a dar vueltas. Me aferro al caño. Elijo dónde sentarme y, en dos pasos, estoy sobre el caballito blanco de montura roja y crines marrones.
Mientras sube y baja, me reclino sobre su cuello, lo abrazo. Es un cuello rígido y frío. Me estiro un poco más y llego a su cabeza; le tapo los ojos y acaricio su hocico. Me enderezo recorriendo las riendas duras y quietas. Vuelvo a recostarme sobre la crinera trenzada que nunca se despeina. Giro.
Sigo girando. Cierro los ojos para no marearme. Cierro los ojos para no ver el alambrado que pasa rápido y me rodea. Cierro los ojos para estar en ese otro lugar, lejos, distinto…y siento…
Siento sobre mi cara otro aire que se transforma en viento. Paso del trote largo al galope. Vibra en mis oídos un viento que sopla cada vez más fuerte.
Tomo las dos riendas en una sola mano y con la otra acaricio ese cuello, caliente y sudado; pelo y contrapelo de ese pelaje suave, casi dorado. Me inclino sobre él, suelto los estribos, levanto mis piernas y las deslizo sobre su cadera.
Siento su olor. Su olor animal mezclado con el cuero de la montura y los arneses. Así reclinada veo su boca jugar con el freno mientras mi cabello se mezcla con sus crines largas.
Mi cabellera oscura y la suya clara. Miro sus cascos que rompen la tierra. Mientras deslizo mi mano acaricio su garganta frágil y termino en el pecho.
Bajo mis piernas, sentada sobre su lomo calzo los estribos y lo detengo. Lo detengo despacio, apenas rozando su boca con el metal.
No quiero lastimarlo. Todo es blando y suave, menos el freno. Bastan unos chistidos para aquietarlo del todo.
Dejo de girar. No hay otra vuelta. En el subir y bajar, quedé arriba, resbalo por la montura roja.
Bajo de la plataforma circular y me retan: así no se sientan las nenas en el caballito.
Rosario - Argentina.
Relato de gran hermosura, donde el vínculo de la pequeña amazona
ResponderBorrarcon el caballito de madera, trasciende la calesita y se vuelve una armonía de sentires vívidos, genuinos,naturales que...no todos entienden. Brava, Patricia! Un gusto enorme leerte!
ResponderBorrarUn relato hermoso, donde la autora con gran pericia, nos lleva de viaje a nuestra infancia, donde por un momento nos vemos cabalgando en este bello caballito de madera que nos regala Pedro con su imagen!! gracias Patricia por este regalo maravilloso!!! muchos éxitos amiga!!!
ResponderBorrarMe encantó el cuento, Patricia! Felicitaciones! Qué bueno descubrir autorxs contemporáneos con tanta sensibilidad y que nos hacen vivir los cuentos con tan hermosa descripción. Y Qué bueno ese final que, también nos marca una época. Gracias. Muy bello!!
ResponderBorrarPatricia, qué bello relato que nos habla de los sueños de nuestra infancia, cómo nuestra imaginación vuela o
ResponderBorrar" galopa " pero las normas no escritas nos bajan a la realidad y quedan grabadas para siempre.
Felicidades Patricia y muchos éxitos !!! .Gracias por confiar en Atrapados para compartir tus obras. Besos.
Cerrar los ojos, dar rienda suelta a los sentidos poniendo en palabras una vorágine de sensaciones hasta estribar y detener aquello que fue y ahora regresa inspirado por la imagen de un caballito de madera; revela la sensibilidad y maestría a la hora de relatar de Patricia Barbieri quien supo inspirarse en la impecable fotografía de Pedro Pablo Lilli.
ResponderBorrarPatricia, un relato que nos recuerda la magia de escapar en recuerdos y viajar en el tiempo, a esos lugares y momentos que dejan huellas en nuestras vidas, con una imagen de Pablo que ilustra de maravilla escenas del cuento. Felicitaciones a ambos por este trabajo en equipo. Éxitos totales, queridos amigos!! Gracias por confiar en Atrapados!!
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