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Mario Kelman - "Alegoría sobre la grieta"

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Fotografía: Laura Jakulis

"Alegoría sobre la grieta"

Por Mario Kelman

Extraña atmósfera irreal de un cielo rosado y celeste que declina al oscuro, atemporal y de múltiples épocas. La aproximación lenta induce el encuentro de objetos variados y peculiares que pueblan el espacio. Objetos típicos y singulares cuyas naturalezas extrañamente comparten y replican la conformación de un oxímoron.

Un paisaje absurdo que disuelve los sentidos y las definiciones, en un estado anómalo y crepuscular.

La claridad irradia luminosidad que permanentemente se retrae sobre sí, reflejando aristas en las oscuras salientes y honduras, con destellos que dibujan siluetas ya redondeadas por la incidencia que reverbera. 

El aire espeso se aligera en un movimiento despacioso que arrastra la condensación de un  vapor frío, hasta depositarlo en desoladas superficies humedecidas.

Interrumpiendo el paso, la superficie se  recorta y hunde abruptamente tras los bordes de una monstruosa grieta.

Misteriosa grieta que perdura desde los tiempos del origen imposible.

No hay saber sobre ella que dé cuenta de su procedencia, extensión u hondura. Solamente se cuenta con algunos relatos parciales transmitidos oralmente de generación en generación. 

Los ancestros aconsejan no asomarse al abismo, so pena de ser atraído y absorbido por el influjo y la fascinación que el vacío ejerce en los audaces, que  los lleva a perder su humanidad. 

Tampoco se conoce su profundidad. 

Algunos refieren que son miles de kilómetros, mientras que otros sostienen que atraviesa todo el planeta dividiéndolo secretamente en dos partes, inadvertido aún por el conocimiento de la ciencia, pero advertido por las antiguas creencias que la nombran como Eris, la Discordia. 

Hasta hay quienes se animan a sostener que la grieta se abre al infinito, donde convive el cosmos con la materia oscura, anverso y reverso en un continuo que se autoatraviesa.

En la proximidad de sus orillas, yacen esparcidos los restos materiales que testimonian de innumerables batallas, feroces estallidos de violencia, persecuciones atroces, ataques y defensas desesperadas y heroicas; innumerables luchas y peleas, vanas y estériles, que se agotan y renuevan cada día.

No hay cuerpos, ni rastros humanos, ni acciones actuales. Sólo fragmentos materiales que restan y testimonian la efracción de la realidad humana. 

No hay sonidos presentes, sino voces que confrontan aunados en un rumor lejano, un murmullo de gritos estridentes que atraviesa la escena y crea un silencio conmovedor que estremece el alma. No son sonidos originales, sino ecos de las historias que no aceptan acallarse, sobre el silencio de las sepulturas irredentas.

Por aquí y por allá, antiguas columnas de humo muestran que  nada será lo mismo luego de las destrucciones, que siguen ardiendo en su hoguera infernal.

- Pero ¿por qué? 

- ¿Hay un por qué? 

No hay argumento para la Discordia. Ni el más repudiable ni el más elevado y noble. 

Acaso, cuantos crímenes se alimentan y nutren de Ideales que conllevan siempre reversos inconfesables, al servicio de oscuras pasiones irrefrenables.

Cuando el Ideal se torna absoluto, anula y sustituye la Causa subjetiva singular, el Ideal deviene un Tirano opresivo que lleva a lo peor, rechazando la alteridad como soporte de la diferencia. 

Es la matriz de cualquier fascismo: la exaltación y afirmación de un Uno absoluto y la eliminación de lo que reste en su exterioridad. Aniquilar lo otro y diverso es el germen que da lugar a las lógicas genocidas y de las llamadas limpiezas étnicas. Profesar el fascismo es trabajar al servicio del Uno sin resto: esto es, un Uno que se erige como un Todo. 

Inquisiciones. Supremacismos, Imperios, Fundamentalismos de cualquier orientación o clase; son nombres que naturalizan la infamia, hasta atenuarse y filtrarse en  el signo indeleble con que el Uno tiñe la política contemporánea con la impronta de un afán de dominio hegemónico; que inevitablemente falla….

Políticas inclusivas es otro nombre de una paradoja sobre la pretensión de construir sumando, un Todo que fracasa, reproduciendo inevitables exclusiones. Mucho menos la impostura de pretenderse agente de inclusión, cuyo criterio es siempre arbitrario y discrecional.

La operación no es la inclusión lógica sino la producción de ex – sistencia singular y a partir de allí, la construcción de comunidad.

¿Será posible la invención de otra Política?

Dura travesía del soberano, descubrir en su posteridad que ha sido tan sólo un semblante.

A esta altura de la lectura, el lector advierte y acepta las evidencias acerca de que no se trata de una, sino de múltiples grietas.

No obstante, ello deja expuesta la pregunta de cómo las grietas han devenido la grieta, lo cual ha excitado la curiosidad de protagonistas e interesados, casi hasta el insomnio.

Este interrogante ha captado el esfuerzo de gran cantidad de científicos y expertos en las diversas áreas comprometidas, filósofos, cientistas políticos, etnógrafos, sociólogos, antropólogos y hasta teólogos. Numerosas Universidades e Instituciones Estatales nacionales y supranacionales, ONGs y entidades de Bien Público  redoblan esfuerzos sin hallar una respuesta fehaciente que proporcione un bálsamo para aliviar o curar el padecimiento.

Al parecer, la grieta inconmovible, asemeja una herida abierta que no tiene cura, y su misterio parece impenetrable.

De cómo las grietas devienen la grieta lleva a considerar lo que las grietas pueden tener en común.

Una vez más, la respuesta no está en la ciencia sino en el mito, que nos concede el alivio de un entendimiento que disipa la incertidumbre extrema. Se devela el misterio: Eris, la Discordia es la hija de Ares, Dios del Inframundo.

A lo común de las grietas no se accede a través de razones ni de consignas. Lo común de las grietas que las hace idénticas, está dado por el único Absoluto: la Muerte.

La Muerte hace su recorrido por dónde ya ha pasado, pero sólo se la aprehende en su segunda vuelta.

La Grieta es un nombre de La Muerte.

Pero, ¿qué ocurre hoy?

Hoy ocurre que el Uno está quebrado, caído, astillado; y en torno a sus trozos se agrupan corporaciones y excluidos.

Con la fractura del Uno la Muerte anda suelta por las calles y se esparce con el viento como una nueva peste posmoderna.

 

¿Será posible la invención de Otra Política?

 Rosario-Argentina

 2022

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