domingo, 3 de septiembre de 2023

DOMINGOS DE NOVELA PRESENTA: "Cardo Ruso" - CAPÍTULO VIII - Marta Puey -

 

Editorial ATRAPADOS POR LA IMAGEN Presenta: 

DISEÑO DE TAPA - Laura Jakulis

FOTOGRAFÍA DE TAPA  -  Ana Maria Zorzi



Segunda edición 2023


CARDO RUSO


CAPÍTULO 


VIII


PH: MARTA PUEY


Reinaldo

La noche se hace eterna; el reloj del comedor dio las seis campanadas, ahora dará la media; falta poco para que amanezca y me falta el aire. 

Ya nadie viene a esta casa, como años atrás, tampoco llaman por teléfono. Hace tiempo que el teléfono no suena y el llamador de la puerta no se escucha para pedirle favores al intendente. Es así, cuando dejaste de dar te borran de la memoria. Ahora van a pedir a los que están de turno. 

En la casa estoy solo, y ella, al acecho. Como un fantasma se traslada de un lugar a otro. No niega su raza, salvaje, astuta; no se la escucha pero ahí está. Espía, controla. Carmen casi no viene. Puta madre, no sé a qué vine a este mundo; el resultado de cada una de mis decisiones tiene como respuesta un fracaso. Me duele el pecho, me cuesta respirar… Igual que cuando me mandaron a estudiar a ese maldito internado. A las noches, cuando el padre Rómulo abría la puerta del dormitorio, yo contenía la respiración; parecía que el pecho me iba a explotar. Escuchaba sus pasos recorriendo el pasillo que separaba la hilera de camas hasta llegar a la mía; se detenía.

 Tapado hasta la cabeza sentía que estaba ahí, parado, mirándome. Después escuchaba nuevamente sus pasos alejándose y la puerta volviendo a cerrarse. Intentaba conciliar el sueño en esa cama regada por la incontinencia que me producía el miedo. Los fines de semana no quedaba nadie en el colegio; deambulaba por los pasillos, temiendo que apareciera, me tomara del hombro y me llevara... 

Al campo me traían solo para las vacaciones. Qué mejor que el internado para deshacerse de mí. “Allí va a recibir una buena formación, va a alternar con gente como uno”, escuché que le decía a mi padre, y lo convenció, por supuesto. 

Él estaba demasiado ocupado en sus negocios. Ella me hacía pagar cada error mío arrodillado sobre maíz en un rincón de mi habitación; horas me tenía hincado mirando la pared hasta que me sangraban las rodillas. Por la noche, el temor a la oscuridad me oprimía el pecho. Cuando escuchaba mi fatiga venía, se paraba al lado de mi cama y me interrogaba: “¿Tiene miedo?.” Yo asentía con la cabeza. “Las niñas tienen miedo. Duérmase.” Daba media vuelta y cerraba la puerta. “¡Más hijos no, por Dios!”, esa era su expresión favorita delante de sus amigas a la hora del té, después de narrar su preñez, su parto, sus dolores, todo lo suyo...

Amanece, entra luz por la ventana; otra vez dejó el postigo abierto y sabe que odio que entre la luz. Ahora se la escucha; le ha abierto la puerta del patio. Hoy le toca venir a cortar el pasto. Se apura a darle el tazón de café con leche antes de que empiece con la guadaña. Cree que yo no me doy cuenta que lo apaña a mis espaldas. Después seguirá abriendo las ventanas hasta que yo me levante y le haga cerrar todo.

Estoy en el comedor, todo está listo para el desayuno. Escucho que se detiene un auto; entra Horacio, el único que sigue viniendo a esta casa.

-¿Hay alguien?

-Pasá.

-Buen día, ¿desayunando?

-Todavía no empecé, sentate. ¿Vos, desayunaste?

-Por supuesto.

-¿Tenés tiempo?

-Si no lo tuviera no estaría aquí.

-Quiero hacerte un comentario.

-Vos dirás.

-Es relacionado con mis bienes. Quiero que Carmen sea la única favorecida; vos sabés cómo ha sido criada; nunca le hice faltar nada y me preocupa que pueda encontrarse sola con tanta responsabilidad.

-No te parece que tenés tiempo por delante para esas decisiones. ¿También has organizado el funeral?

-No se trata de eso. Tampoco estoy de humor. Es una cuestión de prolijidad y quería comentártelo.

-Hacé servir un café, entonces.

-Ya lo va a traer.


Para qué voy a dar la orden, sé que está escuchando detrás de alguna puerta. Esperamos en silencio; nadie le dijo nada y ya entra con la bandeja. Trae los pocillos servidos, todo me lo trae servido; a mí me acerca el café con leche, a Horacio el café negro. Se retira sigilosa como vino, seguro que seguirá escuchando, pendiente de todo lo que hablo. Y eso es lo que quiero.

-Respecto a lo que me acabás de decir, creo que lo tenés que hablar con tu abogado.

-Sí, es cierto. Es sólo un comentario que quería hacerte; quizás lo hable con Estanislao. La palabra de tu padre para mí siempre ha sido valiosa.

-Hacelo.

Me doy cuenta de que lo dice con indiferencia bien disimulada. Yo sé que la estima que me tiene Estanislao le molesta.


-Carmen hace cinco años que se fue a estudiar. Viene muy poco. Siempre quise para ella lo mejor, pero ahora me doy cuenta de que no estoy seguro de haberle dado lo que necesitó. Además es mi hija y legalmente le corresponde.

Tomo un sorbo de café con leche. Me parece amargo; todo me parece amargo. Lo dejo. No sé qué me pasa, hace tiempo que siento rechazo por todo lo que tomo y como. Horacio lo bebe de un solo sorbo.

-El café en esta casa sigue siendo muy bueno, pero me esperan los pacientes y no quiero que se haga más tarde.

-Estás apurado, visita de médico le dicen.

-No, tu consulta no es para un médico, ya te lo dije.

Lo acompaño hasta la calle, ahí nadie va a escuchar. Nos acercamos al auto. Paso la mano por el guardabarros y me apoyo en él; otra vez la fatiga no me deja respirar. Se da cuenta y me pregunta:

-¿Vos, te sentís bien?

-Me fatigo, no sé, estoy perdiendo peso y otras cosas… No tengo miedo a morirme. Para la vida de porquería que tengo.

-¿A qué viene esa reflexión?

-Pude volver al campo porque iba a nacer Carmen. Nació de un matrimonio que sólo existió en los papeles. Con el tiempo la recuperé, encontrando la forma de que se quedara conmigo. Los viejos se murieron, uno detrás del otro; nunca escuché de ellos una palabra de reconocimiento para nada de lo que hice. Ni siquiera cuando asumí como intendente. Cuando tuve que sacarme a Victoria de encima lo logré sólo con plata. Se me cierra el pecho, me cuesta seguir hablando-. Vos, ¿cómo la pasabas en el internado?

-Bien, ¿cómo lo iba a pasar? Ya ni me acuerdo, hace mil años que estuvimos en el internado. ¿De qué hablás?

Eso me contesta, siempre fue un chupamedia; lameculo. Por supuesto que la pasaba bien; lo iban a buscar todos los fines de semana y la familia hacía donaciones al colegio, aparentando lo que no eran.

-Con el padre Rómulo, ¿nunca te pasó nada?

-No me pasó nada con nadie, Reinaldo, ¿decime qué te está pasando a vos?

A él nunca le pasa nada o no lo cuenta.

-Yo nunca la pasé bien; donde estaba bien era en el campo y quería volver. Aquellas vacaciones de invierno no me las voy a olvidar. Ya estaba en quinto año del bachillerato, ¿vos te acordás lo que pasó?

-Pasaron tantas cosas.

Me contesta mirando para otro lado. El siempre supo lo que pasó, siempre la jugó de distraído. Ahora cambia de conversación.

-Volvamos con lo de hoy. Vamos de a poco; decís que te falta el aire, que te ahogás. ¿Cuánto tiempo hace que estás así?

-El aire siempre me faltó, desde que era chico.

-Mirá, lo que pasó, pasó; son recuerdos que no te ayudan. Decime, ¿qué sentís ahora?

-Ya te dije, me fatigo, me falta el aire. Siento rechazo por la comida, hasta le siento otro sabor. Estoy mal.

-En pocos días será Semana Santa. Seguramente Carmencita vendrá a pasar esta fecha a Médanos, como lo hace todos los años. Cuando ella regrese, se irán juntos a Buenos Aires. Allí te vas a hacer los exámenes necesarios. Vos sabés que aquí, el hospital está equipado, pero no lo suficiente como para hacer estudios complejos.

-¿Qué querés decir con lo de estudios complejos?

-Quiero decir que vos tenés la posibilidad de hacerte atender en un lugar donde se puede hacer un examen más completo. Voy a ir preparando las órdenes médicas y la dirección del instituto donde se hacen los estudios que necesitás. Con los resultados tendremos un diagnóstico y luego veré el tratamiento a seguir. No podés continuar así. Vas a tener la oportunidad de estar con Carmen. Pensá para adelante viejo. Yo ahora sigo, tengo pacientes que visitar.

Antes de entrar al auto se da vuelta y me dice: Levantá, el ánimo, vos estás necesitando un cambio de aire. Mañana nos vemos. ¡Ah!, y largá el cigarrillo. Se me hace tarde, nos vemos.

Si para algo sirve éste, es para escuchar, entender y callarse.


DISEÑO DE TAPA - LAURA JAKULIS


Continúara el próximo domingo.....  a las 15hs en:


Atrapados por la Imagen

EDITORIAL -  ATRAPADOS POR LA IMAGEN - 


Segunda edición 2023

Clasificación Comercial Nacional: LITERATURA / LITERATURA ARGENTINA / NARRATIVA / NARRATIVA CONTEMPORÁNEA ARGENTINA

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ATRAPADOS POR LA IMAGEN


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Laura Jakulis

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11 comentarios:

  1. Ayyy, Marta, ya voy entendiendo varias cosas, a medida que leo los acontecimientos del pasado, un poco oscuros, creo, pero sin expresarse totalmente, todavía. Cómo todo en la vida, cada persona es según su historia y, Reinaldo no es la excepción... veremos cómo sigue esta, para terminar de conocer a los personajes. Cómo siempre, un placer enorme leerte, Marta!! Gracias infinitas por esta historia, esperaremos el próximo domingo para saber, qué nos depara...

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    1. Reinaldo asomó a la historia y trajo la suya...

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  2. Marta en cada capítulo de Cardo Ruso se van develando secretos de los protagonistas, recuerdos que se guardan toda la vida, y vamos comprendiendo las historias de los personajes, tan bien pintados en sus situaciones y ambientes por vos. Todo se sugiere con delicadeza y el lector va sacando sus conclusiones. Gracias Marta te deseo éxitos y esperaré tu próxima entrega. Un abrazo.

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  3. Marta, este capítulo ofrece una exploración profunda de los personajes y sus relaciones, al tiempo que avanza la trama principal. Al explorar más a fondo la vida y las experiencias de Reinaldo, la manera en que abordas su pasado en el internado y sus experiencias personales, como las disciplinas brutales que sufrió y la falta de reconocimiento de su familia, agrega una capa adicional de complejidad a su personaje. Espero con ansias cómo se desarrollan estos elementos en los próximos capítulos. Muchas gracias, por esta nueva entrega!! Hasta el próximo domingo!!

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    1. Todos los personajes llegaron para decir algo, así son y no se los puede callar. Gracia Ly por pasar!

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  4. ¡Ayyy querida amiga, este capítulo en especial, me llevó a empatizar un poco más con Reinaldo, y comprender algunas de sus actitudes!! La vida en un pueblo como Médanos, puede transformarse muchas veces en un infierno!!! No veo la hora de poder leer el capítulo IX, espero con ansiedad el próximo domingo!!!! Felicitaciones y gracias por tanto talento!!!!

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    1. Los pueblos hacen todo más visible y personajes se encargan de ello. Gracias Laura!

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    1. Gracias Ricky, tu devolución es valisa para mí!!!

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  6. Epa Marta!!!! que bueno se está poniendo esto, quedo expectante y ansiosa!!!!!!

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  7. Susi!!!... ya verás! hasta el domingo!!!!

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