Cuentos y Relatos Presenta a . . .
JORGELINA PRESTA
"Artista de Atrapados por la Imagen"
en...
"EL ÁNGEL GUARDIÁN"
Editorial Atrapados por la Imagen
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REGISTRO DE:
EDITORIAL ATRAPADOS POR LA IMAGEN
Editorial Atrapados por la Imagen, es un espacio gratuito dedicado a difundir...
¡El arte de todos!
"EL ÁNGEL GUARDIÁN"
“Me basta mirarte para saber que con vos me voy a empapar el alma.”
Julio Cortázar
Cosa rara en mí, había llegado un rato antes al consultorio y me puse a completar unos formularios que tenía atrasados. Estaba la puerta semiabierta. Ya había pacientes en la sala de espera. Presté atención a su conversación, y tuve la oportunidad de escuchar un diálogo que no olvidaré jamás:
—¿A qué hora tenía turno? -pregunta una señora.
—A las once y media -responde Antonio. Estaba acompañado por Corina, su esposa, que respaldaba todo lo que él decía..
—¿Qué tal es esta doctora? –interrogó la señora- Es la primera vez que vengo –agregó.
—Para mí es como mi ángel de la guarda aquí en la tierra. Todavía no pudo descubrir qué tengo, pero me hace tan bien venir a verla, escuchar sus consejos, su apoyo. Tengo una enfermedad rara, ella me está estudiando con varios médicos más.
—Sí, a mi marido le cambia el semblante después de la consulta.-dice Corina.
—¡Mire usted! -exclama la señora.
La conversación se desarrollaba en esos términos y no puedo negar que a mí, como es natural, me satisface cuando reconocen el compromiso y la entrega que uno pone en su profesión.
A las once cuarenta, cuando terminé de completar los formularios, comencé a llamar según el orden de la lista, el primero era Antonio.
—Hola, hola mi Antonino!!! -mi saludo habitual- ¿Cómo estás?
—Un poco mejor doctora -Esa era siempre su respuesta a mi indefectible pregunta. Creo que intuía mis desesperadas ganas de escuchar ese, “estoy mejor”.
Antonio era un hombre culto, respetuoso y paciente, ¡muy paciente!. Tenía motivos de sobra para quejarse, pero no lo hacía prácticamente nunca. Todo eso incrementaba mis fuerzas para seguir luchando, llegar al diagnóstico y poder curarlo o al menos mejorarlo. A pesar que desde el punto de vista médico era un caso complejo, daba gusto atenderlo, y se transformó en un desafío médico-enfermedad.
No recuerdo haber tenido un paciente tan meticuloso como él. Tenía decenas de remedios correctamente anotados en su agenda, con sus respectivas indicaciones: cantidad, horarios, efectos, etc. Allí también registraba la cantidad que orinaba por día, su peso, su presión arterial y sus glicemias.
Hacía casi dos meses que era paciente mío, me lo había derivado un colega del hospital para que fuera su médica de cabecera. Llegó con una larga historia clínica, donde constaban los estudios que se le habían hecho, pero sin diagnóstico.
Antonio tenía setenta y cinco años y Corina setenta, formaban una pareja excepcional. Hacía cincuenta años que estaban juntos, pero entre ellos perduraba una intensa pasión que deslumbraba a quiénes los rodeaban. Yo los admiraba mucho.
Corina era una mujer sumisa y solidaria; daba la vida por él, lo bañaba, lo afeitaba, lo vestía, le compraba ropa, le cocinaba específicamente lo que él podía comer….A veces se privaba de sus remedios para que la jubilación alcanzara para comprar los de él. Se la notaba demacrada, cada vez más delgada y preocupada por el estado de su esposo.
Ante tal situación, llamé a sus hijos y les pedí que lo acompañaran ellos al control, les expliqué que su madre debía descansar y desligarse un poco del problema. No hubo inconvenientes, entre todos, inclusive los nietos, comenzaron a turnarse.
Si bien la enfermedad de Antonio comprometía a casi todos los órganos de su cuerpo, uno de los más afectados era el corazón. Elegí como cardiólogo de mi paciente, al Dr. Fabio Díaz, una persona responsable, noble, de principios sólidos y destacado en su especialidad. Éramos sólo conocidos, pero a través de Antonio, nuestro enfermo en común, nos hicimos amigos.
Fabio y yo estábamos ansiosos y muy preocupados por este caso, nos hablábamos asiduamente por teléfono para ver si había alguna novedad. Pero el panorama no cambiaba, Antonio persistía con hinchazón progresiva, especialmente en los pies, piernas, muslos y abdomen. Se agitaba y caminaba con mucha dificultad. Le repetimos estudios de todo tipo (radiografías, ecografías, tomografías, resonancias, punciones, biopsias, etc) pero los resultados no nos orientaban hacia ninguna enfermedad en particular.
Una mañana le sugerí a Fabio organizar una junta médica. Y así fue. Invitamos a los más renombrados especialistas de la ciudad para que nos ayudaran. Presentamos el caso completo y cada uno dio su opinión. El tratamiento prescripto era “a ciegas” ya que no teníamos diagnóstico. Los profesores que asistieron nos sugirieron que subamos algunas dosis de medicamentos, que bajáramos otras y que agregáramos un nuevo fármaco. Pero tampoco arribaron al diagnóstico.
Al día siguiente cité a Antonio al consultorio y le expliqué la nueva medicación.
A los pocos días me llamó por teléfono para decirme que se sentía mejor. Estaba entusiasmado. Le dije que en una semana lo quería volver a controlar.
Antes de trascurrida la semana escucho un mensaje en el contestador, era Cori que me anunciaba desesperada: -Sofía, Antonio se levantó sólo para afeitarse, tropezó con la alfombra, se cayó y se fracturó la cadera. Estamos acá, en la guardia del sanatorio.
Instantáneamente llamé a Fabio, fuimos al sanatorio y hablamos con los traumatólogos . Nos dijeron que la solución era sólo la cirugía, y que en un paciente en esas condiciones era muy riesgosa. Cori y toda la familia pidieron que la decisión la tomáramos nosotros.
Si lo operaban, a pesar del riesgo que corría, tendría chance de volver a caminar, de lo contrario quedaría postrado para siempre, complicándose con escaras y coágulos que lo llevarían a la muerte. Por lo tanto, decidimos que lo operen.
El once de julio fue sometido a la cirugía de reemplazo de cadera, la cual salió bien.Pero al día siguiente su corazón claudicó y Antonio fue trasladado a unidad coronaria, donde se le hizo todo lo necesario para que saliera adelante. A pesar de todo , empeoraba día a día. En ocasiones estaba despierto y hablaba un rato, luego se dormía y respiraba de forma errática.
Los enfermeros y los médicos de coronaria lo consideraban el paciente perfecto , no molestaba para nada. Cuando despertaba solamente decía “buen día a todos”, miraba los aparatos con monitores que lo rodeaban y escuchaba atentamente las monótonas alarmas de los mismos.
Recibía innumerables visitas: amigos, sobrinos, primos, vecinos, era una persona muy querida. ¿Qué pasaría por su mente respecto al cariño demostrado por todos?
En los momentos de lucidez conversaba mucho con Cori. Yo había pedido que la dejaran permanecer más tiempo con él. ¡Se necesitaban!
Al cuarto día de su estadía en coronaria comenzó a complicarse más, yo estaba de guardia. Le pedí a Cori que saliera un rato. Me acerqué, lo miré a los ojos y le dije:
—Voy a ayudarte, te lo prometo.
—Sofía, no quiero sufrir más, no quiero más pinchazos, ni sondas, ni tubos.
—No te haré sufrir Antonio -le dije, poniéndole en su dedo más pequeño un anillo (regalo de mi abuelo) como pacto de lo hablado. Se quedó tranquilo. Su corazón y su respiración se detuvieron. Tratamos de sacarlo del paro cardíaco, pero no pudimos.
Volví a mirarlo, sus ojos ya estaban cerrados, en ese preciso instante sentí que mi alma se empapaba de amor y ternura. Era una sensación extraña. La pelea con la enfermedad había terminado, se llevó a Antonio pero nos dejó una paz indescriptible.
Salí de la sala para hablar con la familia, estaban todos. Ya imaginaban lo que había ocurrido. Cori extendió los brazos, me agradeció y me abrazó fuerte. Intenté no llorar, pero repentinamente explotaron mis ojos y mi garganta, y lloré sin consuelo junto a ella. Nos hizo bien. Luego la acompañé al barcito del sanatorio, le di un vaso de agua y la dejé junto a su familia. Les dije que podrían contar conmigo siempre, y me fui a continuar con mi guardia.
No vi más a Corina.
Mi vida transcurría, el consultorio, las guardias, los seminarios, la casa…,en fin, mi rutina, como siempre. Sin embargo existía junto a mí una presencia invisible que me hacía reflexionar en momentos difíciles y me ayudaba a tomar el camino correcto. Después de la dura experiencia que había pasado con Antonio, me sentía distinta, más segura en todos los aspectos de mi vida, reconfortada por el deber cumplido, pero mucho más por el afecto que siempre nos unió.
Una mañana, aproximadamente al año de la muerte de Antonio, vino Corina al consultorio con un turno. Le pregunté cómo estaba y me responde: “estuve muy deprimida durante los últimos meses, ya estoy mejor, retomé el tejido y mis clases de yoga. Pero no vengo como paciente, Sofi. Ordenando cosas de Antonio, dentro de una agenda, encontré este sobre para vos.
Me entregó un sobre cerrado, que decía: Para Sofía. Lo abrí, y encontré una nota La leo en voz alta:.
- Julio 2009. Querida doctora Sofía, te pido como último deseo que le agradezcas a Fabio y a los residentes, las horas de sueño que perdieron por mí y la dedicación que me brindaron. A vos, tengo todo que agradecerte, sabés que fuiste mi ángel guardián en la tierra. A partir de mi muerte, yo seré el tuyo, mi alma te cuidará siempre. Antonio.-
Cori se conmovió y lloró. Yo sentí una emoción fuerte y difícil de describir.
Apenas llegué a casa lo guardé en un lugar que no voy a develar. Desde ese día, ese papel, ese pequeño papel dentro del sobre, es mi consuelo en horas de desesperación, mi lucidez en horas de cansancio, la respuesta en horas de dudas, y el alimento de mi alma.
Sofía.
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©Jorgelina Presta
Julio 2024
Ilustraciones: Imágenes libres de la Web
Rosario - Argentina
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Un texto escrito con mucho sentimiento, que testimonia de la difícil tarea del médico, siempre confrontado por la enfermedad y los límites humanos del conocimiento, con el telón de fondo del misterio de la muerte.
ResponderBorrarTestimonia además sobre la abrumadora soledad que, más allá de la presencia de algunos otros, experimentamos en la vida cotidiana y en la experiencia de la muerte. El ángel de la guarda puede ser el resguardo que ansiamos en tan dura exposición en el transcurso del paso por la existencia. Estará en la sensibilidad de cada uno descubrir y contar con la fe y la creencia que vive en cada persona.
Es tal cual su comentario conozco personalmente a Jorgelina y es un gran profesional.pero se.destaca mucho si humanidad virtud tan desgastada o inexistente en la salud Realmente es tu descripción sos un ángel de la guarda Jorgelina muchas felicitaciones y éxitos en esta nueva faceta
BorrarMuchísimas gracias Gaby, hermosas palabras!
BorrarAnte todo Jorgelina, bienvenida a Atrapados y mucha gracias por confiar en nosotras. Es un placer tenerte como escritora en el Blog.
ResponderBorrarCon respecto a tu cuento, me pareció maravilloso y de una enorme sensibilidad. Realmente cuán necesarios son estos Ángeles guardianes cuando una/o está enfermo y necesita la calidez de una mano que nos de confianza y nos acompañe. Tu profesión es hermosa y tomada con tanto amor es lo que necesitamos, todos. En la vida tendría que haber más de estos bellos Ángeles guardianes, en los instantes en que estamos solas/os, atravesando determinados momentos, no tan sencillos. Felicitaciones y vamos por más!!! Abrazo grande!!
Querida Jorgelina, Estamos muy felices de que hayas elegido nuestro sitio de arte para publicar tus cuentos. Comenzar con "El Ángel Guardián" me pareció el más apropiado dado que, luego de hablar con vos, pensé que este cuento te representaría tal como sos, dulce y sensible. Sobre tu cuento debo decir que me dejó muy conmovida, dado que en el transcurso de nuestras vidas, todos hemos pasado por momentos muy difíciles, y ¡deseosos de encontrarnos con una mano cálida, una palabra de aliento y un abrazo contenedor! ¡Gracias por tu Ángel de la Guarda, y que él nos proteja a todos! ¡ Felicitaciones y ¡muchos éxitos!
ResponderBorrarMuchísimas gracias a todos por los comentarios, hermosas palabras, un honor estar con uds!!!! Muy feliz!
ResponderBorrarEs un abrazo reconfortante al lector, este cuento. Siempre estarán enfrentados, en situaciones como ésta, el "miedo-esperanza" del paciente y el "compromiso verdadero-o no" del profesional. Y después, las personalidades de cada uno de los dos, y después el contexto, y después...y después...En nuestra historia, por la que Jorgelina Presta nos conduce, hay belleza: en las personas y en los sentimientos, en la entrega del paciente y en el compromiso de la doctora, en el desafío asumido por ésta y en el reconocimiento de Antonio y, naturalmente, en los dos ángeles guardianes que ¿existen?, sí, ¡existen!
ResponderBorrar¡Bienvenida Jorgelina!
Jorgelina, el comentario de arriba es mío, Pedro Pablo Lilli
BorrarMuchísimas gracias Pedro Pablo, muy gratificante tu comentario! Me alegra que te haya gustado el cuento y que su lectura haya sido un abrazo reconfortante! Realmente lo escribí con muchísimo amor y vehemencia como fue en la realidad.! Gracias!
ResponderBorrarPara mi bellisima sobrina Jorgelina mis FELICITACIONES por tan hermoso y apasionante cuento interpretado con mucho AMOR y su gran CARISMA
ResponderBorrarMuchísimas gracias tía!!!!!! Un beso y abrazo grandes!
ResponderBorrarJorgelina muchas gracias por compartir este hermoso cuento. Con mucha ternura y dedicacion lo.mejor para vos. abrazos
ResponderBorrarMuchísimas gracias a todos los que leyeron el cuento,me alegra mucho que les haya gustado.Pongan sus nombres porque si no, no sé quién escribe,sale anónimo.
ResponderBorrarQué lindo Jor me emocioné muchísimo!!! Una historia para recordar y para aprender. Gracias por compartirla, me encantoooo. Transmite lo excelente ser humano y profesional que sis. Tqm
ResponderBorrarLele 🩷
Muchísimas gracias Lele por tu comentario!!! Me alegra que te haya gustado! Lo escribí con mucho amor y vehemencia. Yo también tqm
ResponderBorrarQue hermosas palabras Anita! Muchas gracias por tu comentario. Que Dios te bendiga siempre.Te quiero mucho!
ResponderBorrar¡Qué emoción tan grande invade mi corazón leer este cuento! .
ResponderBorrar"El ángel guardián", es mi papá, Antonino, que partió hacia la casa de Nuestro Padre Celestial hace quince años.
Como narra nuestra querida Doctora Jorgelina... Desde el primer momento establecieron una conexión a través de la empatía que caracterizaba ambos a pesar de la complejidad de la situación. Luego se fue construyendo un vínculo muy fuerte, gracias a la cercanía, dulzura, fraternidad, compromiso y profesionalismo de Jorgelina que acompañó el proceso de mi querido padre.
El 23/7/24 mi papá cumpliría 85 años... Nada sigue siendo "casual" entre ellos.
Qué bueno que se publique este "bello y sentido" cuento en este mes.
No hay palabras para agradecer tanto cariño querida Doctora Jorgelina que Dios te bendiga siempre y que Nuestra Madre del Perpetuo Socorra te cubra con su manto,
¡Gracias!
Familia Sclafani
Muchísimas gracias Sandri querida ,
ResponderBorrara vos y a tu maravillosa familia.Nunca los voy a olvidar. Antonino sigue estando en mi corazón, era, es un ser especial. Vos más que nadie lo sabés y Cori. Gracias por tus palabras.Que Dios te bendiga siempre Los quiero muchísimo!
Muchísimas gracias a todos los que se toman el trabajo de comentar el cuento.
ResponderBorrarEste escrito de Jorgelina me ha conmovido por su humanidad y ternura. Muestra la profundidad a la que puede llegar el vínculo con un paciente si hay entrega de ambos a esa relación, si se construye la confianza y la empatía, de esa manera ocurre esa magia entre dos personas que tan bien describe Jorgelina . Gracias por esto Jorgelina!
ResponderBorrarMuchísimas gracias Marisa por tu comentario!!!
ResponderBorrarMuy cálido y emotivo relato .
ResponderBorrarMi dulce doctora Jorgelina. Siempre amorosa .atenta a todo lo que le pasa a sus pacientes. Resolviendo y conteniendo emocionalmente .
Muchas gracias por tu comentario,muy amable y cálidas tus palabras.Pongan el nombre porque no sé quién escribe,sale anónimo.Presentense.Un beso y bendiciones!
ResponderBorrarQué genia también como escritora. Se me hizo un nudo en la garganta al leerlo. Ojalá todos los médicos entendieran la importancia de ese vínculo con la otra persona! Abrazo fuerte de una ex alumna Marisa.
ResponderBorrarMuchísimas gracias Marisa por tus palabras sí me acuerdo muy bien de vos.Excelente alumna de clínica médica.Un abrazo grande
ResponderBorrarFelicitaciones, Jorgelina. Un texto profundo y humano que llega a los lectores y conmueve. ¡Qué gusto encontrarlo publicado en este blog! A seguir escribiendo así, Jor. Un abrazo de Federico
ResponderBorrarMuchísimas gracias Fede por tus palabras.Un honor que un excelente escritor como vos haya leído el cuento y lo haya comentado.Un abrazo grande!
ResponderBorrarQue decirte Jor...vos sos un ángel,así tal cual...
ResponderBorrarDedicada a todos nosotros,siempre pendiente ,no importa a la hora que uno te necesite,un mensajito y ahí estas.Se nota que amas lo que haces.No solo sos buena profesional,lo principal es que sos muy buena persona.
Abrazo grande.
Muchas gracias Eli, que hermosas palabras!!!! Tqm!
ResponderBorrarTQM!💗
BorrarGracias no sé quién sos presentense.Yo tb los quiero mucho!
ResponderBorrarMi bella doctora... un cuento bellísimo, una historia que desborda de amor, ese amor que tus pacientes sentimos y nos lo llevamos, al salir del consultorio. La magia de tus palabras atravesadas por el acompañamiento , la medicina y la pasión por una profesión que tiene dos caras, la vida y la muerte... Los que te conocemos sabemos de la entrega sin prisa , de una vocacion de servicio que lo dice todo. Gracias por el texto, refleja lo que es Jorgelina como profesional.
ResponderBorrarMuchísimas gracias por tus palabras Silvana! Son sublimes y me llenan el alma! Graciassssssss infinitas.
ResponderBorrar💖
BorrarGracias jor! También sos nuestro angel qué siempre siempre está cuando más te nesecitamos hermoso cuento lleno de amor felicitaciones te queremos mucho cami nico eli y pablo 💕
ResponderBorrarMuchísimas gracias Nico, Eli ,Camí y Pablo,por sus palabras,los quiero mucho!!!!!!!!
ResponderBorrarQuerida Jor, escribo yo pero ambos somos tus pacientes de casi 20 años, primero felicitarte porque cada paso que das nos hace felices, sos un ser humano maravilloso, un profesional destacado aún no reconocido como mereces, tu empatia no se ve en muchos medicos y como decis en tu hermoso relato, angel de la guarda, verte hace bien al alma!!! Gracias x cuidarnos!TKM Jor
ResponderBorrarEl amor que abraza y expande, sostiene en los desafíos y decisiones difíciles, nos reconecta con la Unidad y divinidad de donde todos venimos. En servicio y gratitud por la vida que es un regalo sin igual, un cuento que inspira a valorar nuestro camino y las huellas que vamos dejando en él. Bendiciones Jor querida 🤗❤️
ResponderBorrarMuchísimas Lauri y Marce!!!! Hermosas palabras!!!
ResponderBorrarMuchísimas gracias Vale!!!!!!!! Gracias por leerlo y gracias por tus palabras!!
ResponderBorrarMuchísimas gracias Vale por leer y comentar el cuento ,que Dios te bendiga!
ResponderBorrarFelicitaciones Jor !!! Un cuento hermoso y agradezco a la vida haberte encontrado como profesional y amiga. Fuiste nuestro ángel guardián con mi bella mami Elsita, y ahora con nosotros sus hijos y mi papá. Cada palabra me hacía imaginar toda la situación. Y me hizo emocionar hasta las lágrimas. Te quiero mucho y a seguir adelante 💕
ResponderBorrarFelicitaciones Jorgelina, hermoso cuento!!! Sos una excelente profesional y persona. Te mereces lo mejor!! Éxitos en este nuevo camino. 💕
ResponderBorrarMuchísimas gracias Dani! Que lindo que me hayas leído! Son una hermosa familia y Elsita,una reina que sigue brillando entre uds! Los quiero muchísimo! Muchas bendiciones!
ResponderBorrarMuchas gracias Jor !! Nosotros también te queremos mucho 💕
BorrarMuchísimas gracias Dani Brouwer! Muy cálidas tus palabras,me alegra que te haya gustado el cuento! Te mando un abrazo grande y muchas bendiciones para voy y tu hermosa familia!
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