domingo, 23 de marzo de 2025

DOMINGO DE CURIOSIDADES. HOY. LA HISTORIA DETRÁS DEL OBELISCO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

 EL OBELISCO, EMBLEMA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES





El Obelisco de Buenos Aires, un ícono indiscutible de la ciudad, fue inaugurado en 1936 para conmemorar el cuarto centenario de la primera fundación de la ciudad por Pedro de Mendoza. Este monumento, que hoy en día es el punto de encuentro de manifestaciones, celebraciones y eventos importantes, fue diseñado por el arquitecto argentino Alberto Prebisch, uno de los principales exponentes del modernismo en el país.



La construcción del Obelisco fue parte de un plan de modernización de la ciudad impulsado por el entonces intendente Mariano de Vedia y Mitre. Este plan también incluyó el ensanchamiento de la Avenida Corrientes y la apertura de la Avenida 9 de Julio. El proyecto fue llevado a cabo por la empresa alemana GEOPE, y su construcción fue sorprendentemente rápida: los trabajos comenzaron el 20 de marzo de 1936 y finalizaron el 23 de mayo del mismo año, tan solo dos meses después. Participaron 157 obreros en la construcción, aunque lamentablemente uno de ellos, el italiano José Cosentino, falleció durante la obra.



El día a día de las obras fue registrado por el fotógrafo Horacio Coppola, contratado por la intendencia para documentar la construcción. Coppola, junto a su socia Grete Stern, formados en la escuela de fotografía de la Bauhaus, realizaron el encargo pero además filmaron por cuenta propia un muy interesante cortometraje, Así nació el obelisco , que dedica gran parte de sus imágenes a mostrar a los obreros en plena tarea. Allí se puede observar además las escasas condiciones de seguridad en las que se trabajaba: ausencia total de cascos y arneses para los trabajadores, que realizaban su labor a gran altura sin ninguna protección.



El Obelisco tiene una altura de 67,5 metros, está construido en hormigón armado y cuenta con una única entrada detrás de la cual se encuentra una escalera marinera de 206 escalones con 7 descansos que llevan a la cúspide. Allí existe un mirador con cuatro ventanas, visibles desde la calle. La punta es roma y culmina en un pararrayos cuyos cables corren por el interior. Dicen que allí hay una caja de hierro empotrada que guarda una foto del jefe de máquinas de la construcción y una carta destinada a quienes lo demuelan.

A pesar de su emblemático lugar en la historia y cultura porteña, el Obelisco no estuvo exento de controversias. Desde su concepción, generó debate entre quienes apoyaban la modernización de Buenos Aires y aquellos que defendían la preservación de la iglesia de San Nicolás de Bari, demolida para dar lugar al monumento. Hubo un juicio entre la municipalidad porteña y la curia. La iglesia había sido inaugurada en 1727 y allí se bautizaron, por ejemplo, Mariano Moreno, Manuel Dorrego y Bartolomé Mitre y fue sepultado el cura Manuel Alberti, el primer miembro de la Primera Junta en fallecer. En su torre se izó por primera vez la bandera argentina el 23 de agosto de 1812, por lo cual  tenía un profundo valor histórico, 

   



Inauguración

Descripción de los festejo para su inauguración en 1936: El sábado 23 de mayo, el pueblo se ha dado cita en la flamante Plaza de la República. El primer magistrado de la Nación preside la solemne ceremonia. Son exactamente las 15 hs., cuando la Banda Municipal ejecuta el Himno Nacional. Se cortan simbólicamente las cintas y se declara inaugurado el nuevo tramo del ensanche y el gran Obelisco, convertido ya, en motivo inspirador del tradicional ingenio porteño. En la rotonda se han reunido chicos de las escuelas.

La voz del intendente municipal concreta el pensamiento de todos, encasillando el acontecimiento en su justo marco. "Este Obelisco será en el correr del tiempo, el documento más auténtico de este fasto del cuarto centenario de la ciudad. Dentro de las líneas clásicas en que se erige, es como una materialización del alma de Buenos Aires que va hacia la altura, que se empina sobre sí misma para mostrarse a los demás pueblos y que desde aquí proclama su solidaridad con ellos. Buenos Aires se siente grande, fuerte, pujante".





Demuelan el Obelisco

Pero no todo terminaría allí. Sus detractores, que se habían quedado indignados porque decían que el proyecto no había sido discutido en el Concejo Deliberante, tuvieron el motivo para volver a la carga. El 21 de junio de 1938, un día después que se celebró el acto por el día de la bandera, se desplomaron losas que lo recubrían, presumiblemente por la vibración del subterráneo, ya que los cimientos del Obelisco están sobre la línea B. De haberse caído un día antes, lo hubieran hecho sobre la multitud de chicos que se habían reunido allí.

En junio del año siguiente los concejales porteños, por 23 votos a favor y uno en contra, votaron la ordenanza 10.251 que establecía su demolición, argumentando razones de seguridad, estéticas y económicas, ya que no querían invertir más fondos.

Se fundamentó que la ley 8855 no autorizaba la construcción de monumento alguno en todo el trazado de la Av. 9 de Julio, que la obra carecía de validez legal, que desde el punto de vista estético tenía un estilo funerario y que su revestimiento no garantizaba seguridad. En definitiva, había que demolerlo al nivel del suelo.




La Avenida 9 de Julio recién comenzaba a trazarse, y el Obelisco quedó encerrado entre edificios. “Es estéticamente feo”, lo criticaban aquellos que estaban acostumbrados a contemplar otra clase de arquitectura.

Tuvo que terciar el propio presidente Roberto Marcelino Ortiz, al expresar que el Obelisco era un monumento para recordar un acontecimiento, tan importante, como fue la primera fundación de Buenos Aires, que el intendente porteño era sólo un delegado del gobierno nacional, y que el Ministerio de Obras Públicas se encargaría de costear las reparaciones. Y llegó el veto del intendente Arturo Goyeneche.

Se quitaron las losas y se las reemplazaron por mampostería. En el apuro, se eliminó la leyenda que indicaba que Presbisch había sido el arquitecto de la obra.

Hoy es el emblema de la Ciudad de Buenos Aires.





¿Por qué se llamó Obelisco? “Porque había que llamarlo de alguna manera”, respondió el arquitecto. De ahí en más sería testigo de alegrías y tristezas, de hechos memorables y desgraciados. La materialización del alma de Buenos Aires, como lo describieron cuando nació.







Idea, Investigación y Edición: Isa Santoro
Administradora de Atrapados por la Imagen




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3 comentarios:

  1. ¡Excelente trabajo Isa! Me encanta poder descubrir, tantas cosas que desconocía de nuestro querido referente argentino, el Obelisco de Buenos Aires, Testigo de encuentros, festejos, protestas, y de tantos otros eventos, importantes, ocurridos en esta particular pirámide egipcia del río de la plata! ¡Me encantó poder ver el proceso de construcción y saber de su casí demolición! ¡Gracias por tus Domingos de curiosidades!

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    1. Laura, gracias a vos por la libertad a mis locuras, a todo lo que se me ocurre. Todo sirve para seguir aprendiendo!! Siempre digo que soy Orgullosamente una Atrapada!! 💜💚

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