Rígidos, pálidos, mustios, estos restos vegetales, parecen un cortejo de imploración elevando sus ramas, como brazos clamando al sol del atardecer. Vestigios inanimados, tristes protagonistas de lo que fue la inundación del Lago Epecuén con sus aguas salobres y durante muchos años, siguen allí, de pie, contándonos su historia de vida y de muerte.
Alberto, muy lograda tu foto, como trasmite la desolación y tristeza de esos árboles solitarios , que parecen penitentes , con una edición acorde la idea. Tus palabras muy emotivas. Excelente trabajo, amigo, gracias por compartirlo ... y Felicidades para el nuevo año.
ResponderBorrarGracias Tesi por el comentario, has sabido leer lo que quiwe trasmitir. Te mando un gran abrazo !
BorrarExcelente Alberto!!!! sus raíces parecen tentáculos, me encanto tu trabajo, hermosa estética y una edición que ayuda a recrear una ambiente surrealista!!!! gracias amigo y muy feliz 2018!!!
ResponderBorrargracias por tus conceptos Laura, Felicidades !!
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