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sábado, 12 de septiembre de 2020

¿ Por qué poner títulos a nuestras fotos ?



El Título en Fotografía

 El título crea expectativa sugiere, induce o seduce. Sentimos un agrado especial cuando vemos que el título encaja tan bien con la obra que parece como si hubiéramos encontrado la pieza faltante en el rompecabezas. Otras veces son desafiantes o son desconcertantes.




Los títulos son tan útiles para nombrar las obras de arte como lo son para nombrar a las personas. Los museos, los catálogos, todo tipo de ordenamiento y clasificación los requieren. Los títulos fueron durante gran parte de la Historia del Arte indicadores de lo que el observador tenía que reconocer en la imagen: La vaca, El perro bravo, El cordero; incluso porque en ciertos casos no era nada fácil hacerlo. 

Más delante, en la Edad Media, definían lo que el observador había aprendido a reconocer: La crucifixión, La anunciación, Los apóstoles, la Virgen María y el niño…



La Virgen, el Niñor Jesús y Sta Ana- Leonardo da Vinci.
                                                                                               
  


Entre el siglo 19 y el 20 las formas y movimientos en las artes se aceleraron y exploraron todas las posibilidades, incluso en la forma de titular. Nada más embelesador que los títulos en las obras de Gauguin: 


¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?.  Paul Gauguin
                                                                   



Titular se vuelve un arte en sí mismo, pues es un buen campo para mostrar imaginación. 



  Lluvia, vapor y velocidad, de William Turner, 
                                                                                         

 

 El arte conceptual necesita el título, pues muchas veces está allí el sentido de la obra. El título Calor de hogar, de María Teresa Cano, completa la imagen y la vuelve poesía: es la huella que deja sobre un pedazo de tela la plancha caliente.




 Idealmente el título debería describir en pocas palabras la parte esencial de la obra, ser una especie de imán que atrae al espectador y lo obliga a mirarla con detenimiento, lo mete en ella, lo lleva a comprarla o a desearla. 

Puede ser breve o extenso, pero es preferible que sea breve y contundente; así es más fácil de recordar. Puede ser humorístico, poseer gracia, o ser enigmático, puede ser osado, irrespetuoso, desafiante, o ser elegante y bello, o repugnante y feo como la misma obra que describe. Es bueno que sea original, como una llave que abre la puerta de la imaginación.


El título ayudará a que el espectador conozca más sobre la fotografía, que amplíe su comprensión, que añada información esencial. A la hora de elegir un buen título, no hace falta ser un experto en letras. Basta saber elegir un título atractivo, con fuerza, sencillo y breve.



                                          En vez de  Dos Copas:  Alegría,   Graduación,   Reencuentro,  Vida nueva,    Buenas Noticias. 


 El título ayudará a que el espectador conozca más sobre la fotografía, que amplíe su comprensión, que añada información esencial.

A la hora de elegir un buen título, no hace falta ser un experto en letras. Tal vez dos palabras de una poesía o de una canción, bastarían. 

Un título descriptivo, al menos, debe añadir un poco más de lo que queremos mostrar. Títulos como “Árbol” no aporta mucho, mejor algo como “El ciprés solitario”, por ejemplo. 




 Otro buen ejemplo es la famosa foto de McCurry “Niña afgana” (“Afghan girl”), breve, directo y descriptivo.

 

    Niña Afgana . Mc. Curry 


 Una buena metáfora o comparación es muy útil. Por ejemplo una foto de un escena lluviosa se puede titular “Un mar de lágrimas”, si la escena evoca melancolía, si los reflejos del agua aparecen como un mar salpicado por las gota de agua… es solo un ejemplo




Es necesario esfuerzo, poner empeño, no conformarnos con un título cualquiera, buscar un título que aporte, que se complemente bien, que refuerce la idea visual…


No solo Atardecer; tal vez: Sueños de veranos, Memorias, Recordando a...  
                                              

 Podemos buscar creatividad a la hora de titular sin necesidad de caer en lo excesivo y rebuscado, es una buena forma de ayudar a que nuestras fotografías destaquen y se recuerden. Pero sobre todo no caigamos en el “Sin título”, más que nada, porque es el más utilizado y desaprovechamos un excelente oportunidad de reforzar la mirada a nuestra fotografía.


3 comentarios:

  1. Excelente trabajo Tesi!!!! muy didáctico amiga!!!! gracias!!!!!

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  2. Qué interesante detenerse a meditar sobre la importancia del título.Hay un reconocido fotógrafo, no recuerdo el nombre, cuyos títulos eran parte de la obra: acompañaban la Imágen con un brevísimo relato complementario... Gracias Tesi!

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  3. Me alegra amigos que les gustara, de este modo podemos tener los fundamentos de la importancia del título en nuestras obras. Un abrazo.

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