"Editorial Online de Atrapados por la Imagen, se complace en presentar una nueva entrega del escritor Oscar Zaitch."
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Agradecemos a cada uno de ustedes por sus visitas y valoraciones.
Afectuosamente
Administración de Atrapados por la Imagen
"Vida interior del cerdo"
Emilio.
Sí, Oscar.
Tengo unas ideas, un esbozo para un relato y necesito tu ayuda.
De qué se trata?
Primero, quiero dar una imagen. Una foto borrosa, o una de esas viejas películas en sepia, casi fuera de foco.: “Parque Lezama, otoño, ocho de la mañana. Una bruma fría y pegajosa se recuesta sobre la loma del lugar, defendiendo a las sombras de la timidez del día. La silueta solitaria de un hombre dibujando suaves movimientos chinos le disputa lentitud a la niebla, se difunde en ella, la subraya.”
Qué gracia. Esa imagen te la conté yo.
Bueno. La describo con mis palabras. Pero he aquí que las cosas no siempre son lo que parecen. Porque ahora me meto dentro del personaje:
“Respiiiiro profuuuundo, avaaaanzo la maaaano despaaaaciooo. Giiiro hacia el aaaarbool. Pieeeenso que agaaaarro una teeeta, muy leeentoooo. Levanto rodiiiiiiilla, muy suaaaaave, rajaaaaandoooome un peeeedo. Que escuuuucho en la meeeente, muy leeento. En el vieeeentreeee, muy deeeentro, qué bieeeeen que me sieeeeento. Qué caaaaalma, qué paaaaz, qué liiiindo es el muuuundo.”
Ajá. Veo que tenemos algo.
Exacto. Seguimos al hombre: “Las ocho en punto, me voy. Cuántos boludos pasan mirando y siguen de largo. No saben lo que es esto, lo bien que hace. Cuánto más lindo es el parque haciendo Tai. Cuánto mejor empiezo el día. Hoy va a estar movidito con dos desalojos. A casa, una ducha, y listo para la guerra.”
Entonces, Emilio, lo llevo a la casa, lo baño, lo visto, lo subo a su auto y lo mando a la oficina:
“El coso del estacionamiento no se ganó la propina. Ayer las palomas me cagaron el parabrisas, y él nada. En cuanto me aparezca un rayón lo aplasto como a un sapo. Igual que al cucarachón del portero, si no andan todos los ascensores. No quieren laburar, eso pasa. Después, cuando los rajan, se hacen las víctimas. Espero que Julieta haya llegado a la oficina a horario y me tenga listo el café doble. Ella también es un queso, pero se lo perdono por el culo que tiene.
Al que voy a reventar es a Guillermo, que seguro no pasó por el juzgado 18, y tendré que salir corriendo por el maldito traslado. Es que el idiota le mira el culo a Julieta y se vuelve loco. Esa es la diferencia conmigo, que se lo miro y se lo toco y el trabajo me sale perfecto. No hay caso, la gente no quiere laburar.”
Así, Emilio, lo tengo rezongando hasta el mediodía, y entonces le doy de comer:
“La una, me muero de hambre. Me como dos platos de ravioles, los bajo con un buen tinto. Total, me concentro un poco hago respiración profunda y enseguida me purifico. Tengo que estar bien para la tarde, para lo del inquilinato. Julieta, no recibo llamadas por veinte minutos. Inspiiiiro muy hooooonndo.”
Otra vez de lo mismo?
Es que no quiero que el lector se me olvide del Tai. Pero en seguida, a la tarde, lo mando al frente: “Cómo que no le alcanza, son cinco meses de alquiler. Vea señora, a mi no me interesa si su marido no tiene trabajo, y si no lo tiene es porque no lo busca con ganas. Mi cliente no está para hacer beneficencia, de modo que paga ahora o entro con el oficial y sacamos todo a la calle, aquí está la orden del juez. Cómo dice? Mire, con eso apenas paga los punitorios. Claro que si la plata fuera para mi, yo hablaría con mi cliente, lo entretendría por un par de meses, de bueno que soy nomás, vió?
Bárbaro. Ocho mil de aquí y once mil del otro desalojo, estoy hecho. Qué par de meses ni par de meses. La semana que viene mando a la gente con la orden, y a la calle igual con las dos familias. Este es un mundo competitivo, y no hay lugar para los débiles. Basta por hoy, me gané el día. Al parque a purificarme.”
Ya veo, Oscar, el tipo se mató trabajando y lo premiás con otra vuelta de parque.
No es sólo eso, fijate: “Quéee liiiinda la taaaarde, que bieeeen que me siennnnnnto. Levaaaanto la maaaano, agaaaaarro una teeeeta, rodiiiilla arriiiba y el cuuuuulo de Julieeeeeeta. Qué bieeeen que me vaaaa, que bueeeeno que soooooy, queeeee liiindo y queeee bueeeeno. Yooooooo.”
Y entonces?
Un cierre, tal vez con otra imagen. ”Sobre la loma, la silueta, como queriendo demorar la huida del crepúsculo, reinició un nuevo ritual de inminencias, presentidas por lo lentas, por lo bellas.”
Bastante empalagoso. Ahora decime cuál es tu problema.
El problema, Emilio, es que no sé cómo armar todo esto.
Dejá que lo arme el lector. Si no puede, es porque te salió una bosta.
Te parece, Emilio?
Autor: Oscar Zaitch
Esbozando la historia con el amigo, el personaje va perfilando al canalla y deja al lector completar su propio cuento. Buen recurso Oscar Zaitch!!!
ResponderBorrarOscar un relato bien narrado, donde aparece un personaje muy singular, que pretende ser escritor ayudado por un amigo.
ResponderBorrarEl final a cargo del lector. Sin dudas un original planteo. Amigo te deseamos éxitos y gracias por confiar en Atrapados. !
Una radiografía perfecta, de tantos cerdos que pululan impávidos por la vida!! muy buen relato Oscar!!! felicitaciones amigo, gracias por confiar en Atrapados!!!!
ResponderBorrarMuy bien logrados los tres! El escritor que se encuentra con el "cerdo" y no sabe qué hacer con él! Y el amigo tiene razón en decirle dejáselo al lector. Porque el lector, conoce muy bien al cerdo, con nombre y apellido y conoce cómo es su vida y hasta sabe cómo terminó o va a terminar. Bien planteado...me gustó!
ResponderBorrarMuy buena narración, y un final abierto que lo hace cómplice al lector.
ResponderBorrarLa metáfora del cerdo, no lo es tanto!
Gracias por el hermoso momento que me hiciste pasar.
Felicitaciones!!!