domingo, 6 de agosto de 2023

DOMINGOS DE NOVELA PRESENTA: "Cardo Ruso" - CAPÍTULO IV - Marta Puey -


Editorial ATRAPADOS POR LA IMAGEN Presenta: 


DISEÑO DE TAPA - LAURA JAKULIS

Fotografía de Tapa: Ana Maria Zorzi



CARDO RUSO


CAPÍTULO 


IV


PH: Marta Puey


 Horacio

Salgo del hospital, subo al auto, decido ir a la casa de los Arregui. Me he propuesto mediar en el conflicto, no por Reinaldo, tampoco por Victoria. Carmen es mi preocupación.

Golpeo con el llamador, Carmen abre la puerta, viene hacia mí.

-¡Cada día más linda!

La tomo por el hombro y se deja envolver por el abrazo. Vamos juntos hacia adentro, señala el sillón y me dice:

-Sentate, mamá está acostada, ya la llamo.

-Dejala, vení, contame ¿cómo andan tus cosas?

-Me estoy yendo a la clase de educación física. No es lo que más me gusta -señala con gesto resignado.

-¿Y?, ¿ya sabés qué es lo que más te gusta?

Hace un mohín y responde:

-En exactas me va bien.

-Te falta un año, en ese tiempo vas a poder definir tu vocación.

-¿Qué hacés por aquí, Horacio? -es la voz de Victoria a mis espaldas.

Me levanto, giro hacia ella y respondo:

-Vengo del hospital, no sé por cuánto tiempo más seguiré cumpliendo mi función.

Carmen se despide.

-Voy a hacer café -dice Victoria dirigiéndose a la cocina.

-Qué maravilla de criatura -comento haciendo referencia a Carmen.

-Es lo único que me retiene en este lugar, Carmen termina el secundario y nuestra vida seguirá en otro lado.

Acabo de escuchar lo necesario para entrar en tema. Deposita la bandeja sobre la mesa, frente a la estufa apagada; acerca una silla baja y antes de sentarse ajusta el cinturón de su bata de seda, que pretende pegarse a su cuerpo.

-¿Qué me decías respecto del hospital?, ¿cómo que no sabés por cuánto tiempo? Reinaldo es tu amigo y ahora intendente del pueblo.

Toma la cafetera, sirve los pocillos; al inclinarse el escote de la bata se abre; desvío la mirada, aún me perturba. No puedo reprimir la idea de cómo sería volver a sentir su piel; lo sigo deseando pero trato de disimularlo. Ella deja pasar por desapercibido el episodio que no le es indiferente, toma la azucarera, sirve el azúcar y sigue con la conversación.

-¿Qué te hace dudar?

-No dudo, precisamente porque es mi amigo nunca lo comprometería para que influyera en la ratificación. Mi nombramiento fue por concurso y las cosas tomarán el sentido correcto -respondo.

Con los codos apoyados en las rodillas y la cara entre las manos, Victoria fija la mirada en el humo de su pocillo por un instante; la levanta de golpe, me mira a los ojos y sin rodeos dice:

-¿Qué te trae?, porque aquí nadie está enfermo.

Tomo un sorbo de café. Respondo:

-Pasaba, no siempre vengo a esta casa cuando hay enfermos; hace un tiempo empezaste a pintar y no he tenido oportunidad de ver tus trabajos. - Con un gesto señala el caballete que está a mis espaldas; me levanto para observar de cerca la pintura.

-No soy especialista en el tema, pero me gusta.

-Cuando expuse no te vi en la biblioteca, ¿y ahora mi obra ha despertado tu interés? -dispara con ironía.

Me vuelvo a sentar, ignoro el comentario y continúo:

-Decías que estás dispuesta a irte en poco tiempo, ¿es la vocación por la pintura lo que te hace tomar esa decisión o te impulsa otro motivo?

Deja el pocillo sobre la mesa, enciende un cigarrillo y responde:

-Este pueblo me ahoga; Carmen está concentrada en sus cosas, con Reinaldo no se comunica; él está mucho tiempo ausente y la visita cada vez menos.

Se hace un silencio.

-Tenés que entender que el cargo que va a desempeñar Reinaldo tiene ciertas exigencias; ya es una persona con más obligaciones, menos tiempo, más observado y expuesto que antes. Para él la responsabilidad y las formas siempre tuvieron importancia.

Se yergue en el asiento y me contesta:

-Bueno, bueno, ¡qué discurso!, pero… Reinaldo, a falta del título que nunca logró, ahora será intendente. Los sueños de la familia se van cumpliendo, ¿o no?

Pretendo intervenir, no me da espacio y agrega con sarcasmo:

-¿Acaso querrá que yo cumpla el papel de primera dama?

Se lleva el cigarrillo a los labios, aspira profundamente, muerde el humo y lo expulsa hacia arriba. Me doy cuenta de que ahora puedo intervenir.

-Siempre admiré tu sentido del humor, Victoria. Ahora, decime, lo de ustedes hace rato que terminó, ¿o me equivoco?

     -Yo me pregunto si algún día empezó. Vos sabés cómo fue. Tenía menos de veinte años cuando conocí a Reinaldo; se dio rápidamente, ¿o te olvidaste? Él y su mundo me resolvían situaciones, expectativas. Además, ¿quién niega que el casamiento también fue de su conveniencia? -Lleva nuevamente el cigarrillo a sus labios, aspira, calma continúa. -Cuando nació Carmen casi me convencen de que había cometido un error, ¡cómo no había sido varón con lo linda y blanquita que era, además esos ojos claros! -Tras una pausa intencionada, agrega-: Esa fue la opinión de mi suegra.

     -Victoria, mira sus pies descalzos y sigue-: A los veinte años pensé que había encontrado un espacio al que podía pertenecer; sin embargo me di cuenta de que al lado tenía un hombre hermético, inabordable y gente que me juzgaba y espiaba. La imperturbable observación de esa india que, con el crío prendido de sus polleras, se aparecía cuando menos lo esperaba. Nunca nadie supo decirme de dónde salieron, pero eran intocables. Tampoco me hablaba, su actitud para conmigo era distante pero no indiferente; entendió rápido mis necesidades, las atendía como una obligación más. Mi vida no se parecía en nada a lo que había previsto a la hora de decidir mi matrimonio con Reinaldo. Cuando me vine a vivir al pueblo encontré un poco de tranquilidad, pero, ya te dije, en cuanto Carmen termine el colegio, me voy y la llevo conmigo.

Termina la arenga con la misma firmeza que aprieta el cigarrillo en el cenicero. La situación se torna ventajosa y vuelvo a mi objetivo.

-Es cierto que nada te fue fácil; también tenés que reconocer que fue tu elección.

-Sí, mi elección; yo sola tuve que decidir.

Eludo el sentido de sus palabras, y sigo con la idea que me trajo:

-Ubicate en este momento; tu historia con este hombre que llegó no hace mucho al pueblo, no te ayuda.

De inmediato siento que mis palabras me han traicionado y me detengo. Ella sin sacarme la mirada contesta:

-Vamos, Horacio siempre fue así, los derechos fueron de los otros y las obligaciones mías.

Me sirvo otro café, lo azucaro, me doy el tiempo para recobrar la serenidad. Respondo:

-No sé si me corresponde, pero ¿no te parece que la separación sería la solución para todos?

Enciende otro cigarrillo, cruza las piernas. Con una mano se toma el codo, con la otra sostiene el cigarrillo a la altura de su mejilla.

-¿De todos? Mía, dirás. Desde el primer día que llegué a este lugar dormimos en cuartos separados. Algo lo inhibía; al principio pensé que por mi estado no le resultaba atractiva.

Cuando nació Carmen todo siguió igual; yo tampoco quise averiguar mucho. Más tarde las circunstancias hicieron que nos trasladara a Carmen y a mí a esta casa. Además, quién ignora que estamos separados; él en el campo y yo aquí. Si se obligó a mantener la farsa por los padres, yo no me siento obligada a nada. Hasta Carmen entiende la situación.

Victoria se afloja, aprovecho para insistir en la propuesta.

-Por supuesto, coincidimos en que a vos nada te beneficia seguir así -digo, excluyendo a Carmen del proyecto de su partida.

-Acabo de decirte qué es lo que pienso hacer: irme. Pero no voy a interrumpir los estudios de Carmen -reitera con decisión.

Una vez más la conversación vuelve a tomar el giro deseado. Para dar por terminada la cuestión, agrego:

-Te doy la razón; Carmen es la prioridad. Todo tiene que ser de la mejor manera y ella la menos afectada. Le vas a encontrar la forma, pero… No quiero herirte, Victoria, pensá que la posición de Reinaldo le da cierta ventaja. Tanto vos como Carmen tienen que salir bien de esta situación.

Miro la hora en mi reloj.

-Habló el consejero, el papel que mejor te cae -contesta con sarcasmo.

-Voy a volver en otro momento y seguiremos la conversación; el café siempre fue tu especialidad. Ahora tengo que hacer dos visitas a domicilio.

-Cuando gustes.

Salgo, el encuentro me deja un sabor amargo. Fui a mediar en el conflicto, pero el diálogo con Victoria confirmó una vez más mi debilidad; ahora me conformo con la esperanza de que Carmen no se vaya con ella. Nunca hice nada para tener un espacio en las decisiones que la afectaran, aunque tampoco lo podrá hacer Victoria. A Reinaldo no lo he vuelto a ver desde la noche que cenó en casa, pero estoy seguro de que será quien incline la balanza, y lo hará en su beneficio.


DISEÑO DE TAPA - LAURA JAKULIS


Continúara el próximo domingo.....  a las 15hs en:


Atrapados por la Imagen


EDITORIAL -  ATRAPADOS POR LA IMAGEN - 


Segunda edición 2023


Clasificación Comercial Nacional: LITERATURA / LITERATURA ARGENTINA / NARRATIVA / NARRATIVA CONTEMPORÁNEA ARGENTINA

RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ

REGISTRO EDITORIAL

ATRAPADOS POR LA IMAGEN


Administración:

Tesi Salado

Isa Santoro

 Luisiana Ayriwa

Laura Jakulis

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.

9 comentarios:

  1. Una historia que nos sumerge en un mundo lleno de secretos, aspiraciones y desafíos familiares. En este capítulo intrigante, a través de Horacio, se desentraña el pasado de la familia Arregui, revelando momentos de felicidad y conflictos que han dado forma a su situación actual, con una trama cargada de tensiones y emociones latentes, que exploran los deseos personales, las expectativas sociales y las implicaciones políticas. Felicitaciones querida Marta!! Ëxitos y gracias por tu entrega!!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. A ustedes y a vos Laura por la impecabel edición

      Borrar
  2. ¡La decisión de Victoria parece estar tomada, veremos como sigue esta historia entre Reinaldo, Horacio y Victoria, sin olvidarnos que está en juego el futuro de Carmen!!! No veo la hora de leer el próximo capítulo!!!! Gracias querida Marta por tu tinta hecha novela!!! Sos maravillosa!!! Vamos por más!!!

    ResponderBorrar
  3. Ly! qué bonito sentir que estás casi en Médanos con tu minucioso seguimiento. Hasta el domingo próximo!!

    ResponderBorrar
  4. En este nuevo capítulo de Cardo Ruso, se van desentrañando misterios y empezamos a conocer más a los personajes, esperaremos con ansias los nuevos relatos para conocer la historia. Gracias Marta por tus entregas y muchos éxitos.

    ResponderBorrar
  5. Gracias Tesi por tu imterés.El domingo nos volvemos a encontrar

    ResponderBorrar
  6. Marta, quedo expectante hasta mañana.........

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias, pasó rápido, mirá... Ya es hoy

      Borrar
  7. Marta, había leído este capítulo y no te lo comenté. Me parece que entre Horacio y Victoria hay algo que no está muy claro...Tendré que esperar...

    ResponderBorrar

deja tu comentario gracias!