CAFÉ DE LOS ANGELITOS.
La ciudad de Buenos Aires tiene muchos bares notables. Uno de los más destacados es el "Café de Los Angelitos", famoso por haber sido frecuentado por el gran Carlos Gardel. Ubicado en la esquina de Rivadavia y Rincón, es uno de los bares más tradicionales.
La historia del Café de Los Angelitos
Se inauguró en 1890 gracias al trabajo del inmigrante italiano Bautisto Fazio. Originalmente se llamaba "Bar Rivadavia" y con el paso del tiempo cambió de nombre. Irónicamente, los vecinos del barrio comenzaron a llamarlo el bar de “los angelitos” porque el lugar era frecuentado por rufianes y buscapleitos que solían pelearse puertas adentro. Por esa época, esta zona de la Ciudad de Buenos Aires estaba habitada por sectores populares y se convirtió en un punto de reunión de “compadritos”.
Más tarde, comenzaron a llegar al café muchos políticos que trabajaban en el Congreso, debido a la cercanía. También concurrían escritores, músicos y pensadores de la época. Por sus mesas pasaron músicos de la talla de Osvaldo Pugliese, Cátulo Castillo y Aníbal Troilo, entre otros.
En 1927 se construyó a pocos metros la Casa del Pueblo del Partido Socialista, razón por la cual el café comenzó a ser frecuentado por muchos dirigentes políticos pertenecientes a ese partido, como Alfredo Palacios. Otros personajes habituales fueron Juan B. Justo y Florencio Parravicini.
Se cuenta que al principio, el local tenía piso de tierra y mobiliario de madera. Luego habilitó billares, pero el conjunto daba cierta impresión de precariedad, como la mayoría de los boliches destinados a parroquianos poco exigentes. La cuestión es que el café sobrevivió y su clientela creció al ritmo de la ciudad. Entonces un dúo de cantores con su barra de amigos, se hizo habitué alrededor de 1912: Carlos Gardel y José Razzano; “El Morocho del Abasto” y “Razzano el Oriental”. Ambos allí se hicieron muy populares, ya que acostumbraban tocar sus guitarras entonando canciones camperas para deleite de los clientes. Carlos Gardel era habitué del bar y además lo eligió para firmar un contrato discográfico. Vivía a poco más de una cuadra de distancia, en Rincón 135, en un departamento de un bello edificio afrancesado construido en 1925. En la actualidad luce en la fachada una placa que recuerda al ilustre habitante.
Pero no fueron los únicos artistas que frecuentaban el Café: Higinio Cazón, Gabino Ezeiza y José Betinotti también engrandecieron la fama de esa esquina emblemática. Betinotti está considerado el último de los grandes payadores de aquella época dorada del género.
Cátulo Castillo y José Razzano le dedicaron un tango llamado “Café de los Angelitos”, que en su estribillo dice:
“¡Café de los Angelitos! ¡Bar de Gabino y Cazón! Yo te alegré con mis gritos en los tiempos de Carlitos por Rivadavia y Rincón. ¿Tras de qué sueños volaron? ¿En qué estrellas andarán? Las voces que ayer llegaron y pasaron, y callaron, ¿dónde están? ¿Por qué calle volverán?”.
Desaparecidos en el "Café de los Angelitos".
Luego del Golpe de Estado de marzo de 1976, un grupo de tareas de la ESMA avanzó sobre la denominada Columna Norte e inició una cacería sobre la dirigencia de una Unidad básica. Secuestró, atormentó y asesinó a parte del grupo y a sus familiares, (comentó en una nota Mario Niemal, hijo de uno de los militantes secuestrados esa tarde), hasta dar con los máximos referentes. El golpe final fue el 26 de abril de 1976, cuando el referente de la agrupación, Jorge “Nono" Lizaso, (hermano de Carlos, quien había sido fusilado en la masacre de José León Suarez en 1956), fue secuestrado junto a su compañera, María del Carmen Núñez, y a los militantes Oscar Lagrotta y Jorge Niemal, en el "Café de los Angelitos", donde se habían citado, en la esquina porteña de Rivadavia y Rincón. A 48 años de aquella cacería, sobre esa vereda hay una baldosa que recuerda los nombres de quienes allí fueron desaparecidos.
Cierre y Reapertura del "Café de los Angelitos".
El Bar comenzó a declinar en los años sesenta, hasta que en 1992 cerró sus puertas.
Con el paso del tiempo llegó a un estado de abandono deplorable y hubo que demolerlo porque corría peligro de derrumbe y, después de muchas idas y venidas, el "Café de Los Angelitos" desapareció.
Afortunadamente, catorce años después, unos inmigrantes españoles residentes en nuestra ciudad decidieron recuperar el lugar con fondos privados y, el café reabrió sus puertas el 19 de junio de 2007 con una decoración sobria y elegante. Madera oscura, cristales, vitraux, bronces y mosaicos calcáreos le otorgan su clara y tradicional personalidad. Una serie de 350 fotos ciudadanas, especialmente seleccionadas en archivos y museos, contribuye a recrear el clima y el ambiente de los tiempos iniciales.
El salón del Café propiamente dicho, desde donde puede verse y escucharse a algún músico que pone melodías a la tarde, se complementa con la sala de espectáculos y cena-show, la boutique de souvenirs y la sala de exposiciones y actos especiales. Todos los días hay un show de tango de primer nivel.
El músico Mariano Mores, cuando se enteró de que el café volvía al ruedo, dijo: “Me entristeció muchísimo su cierre, que vuelva es una gran noticia para la música de Buenos Aires”.
Sus nuevos dueños mandaron a hacer dos angelitos en piedra, que se colocaron en la entrada principal.
Desde el año 2021 pertenece al Grupo de Bares Notables de la Ciudad de Buenos Aires, los que cuentan con apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Para cualquier persona nostálgica, pasar por la esquina de Rivadavia y Rincón, y seguir viendo al entrañable "Café de Los Angelitos", en lugar de una torre de departamentos, no es poco.
El "Café de los Angelitos" volvió para quedarse.
Idea, Investigación y Edición: Isa Santoro.
Administradora de Atrapados por la Imagen.
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