"Siempre he desconfiado de mi pintura, incluso he llegado a sentir asco"
El pintor sevillano Luis Gordillo, referente
del siglo XX, confesaba esto en Van Dyck, donde exponía sus trabajos, refiriéndose a sus crisis de artista y su talante hipercrítico.
Escéptico, destructivo y crítico feroz de su obra, el artista Luis Gordillo (Sevilla, 1934) empieza ahora a estar cómodo con su trabajo. “Es como un hijo adulto en el que te empiezas a reconocer”. Su obra ha ido creándose a un ritmo lento pero constante sin dejar de experimentar desde el pop al informalismo, la fotografía y todas las novedades digitales que trajo consigo la llegada de Internet.
Su propuesta estética se interroga sobre la reflexión del sujeto, la relevancia del proceso frente al producto y la teoría de la percepción. Su obra y proceso creativo definen un recorrido artístico abierto, marcado por un continuo desafío con el que persigue la claridad en la expresión de sus tensiones interiores.
En 1958 viajó a París, donde se interesó por la obra de Jean Fautrier (1898-1964) y Jean Dubuffet (1901-1985). Durante esa época siguió los planteamientos estéticos de las vanguardias de Art Autre o Dau al Set, como se aprecia en su primera exposición en Sevilla, en 1959, en la Sala de Información y Turismo.
Tras otra estadía en París, su pintura se encaminó hacia la figuración, interesándose por Francis Bacon y el Pop Art estadounidense. En los primeros años de la década de 1960, sus series de Cabezas y de Automovilistas configurarán la primera incursión no mimética de un artista español en el pop internacional.
Su experiencia con el psicoanálisis abre nuevas vías y sentidos a su obra. Abandona temporalmente la pintura, dedicándose a la realización de dibujos automáticos, que se exponen en Madrid en 1971. Esa muestra fue fundamental para toda una generación de artistas más jóvenes, comienza con ellos, la nueva figuración madrileña.
Durante la década del 70, los dibujos automáticos trazados a línea, son pasados a lienzo y rellenados de color. En las décadas del 80 y 90, Gordillo ya ha desarrollado una pintura fría tanto por su gama cromática como por su desapego personal de los temas, que lo sitúan a medio camino entre la figuración anterior y las nuevas fórmulas de la abstracción postmoderna.
En 1981 le fue concedido el Premio Nacional de Artes Plásticas.

Sus ultimas creaciones, próximas a la Abstracción Postmoderna y deudoras de la figuración anterior, constituyeron un nuevo paso en su fértil trayectoria.
La experimentación de Gordillo nace de una reflexión constante. Por su aportación decisiva a la configuración de la vanguardia española y por su larga y coherente trayectoria, Gordillo ha merecido el Premio Velázquez 2007,
Imagenes: Copyright Luis Gordillo
muy buena investigación y armado del informe!!!
ResponderBorrarMuy buen informe!
ResponderBorrar