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domingo, 23 de julio de 2023

DOMINGOS DE NOVELA PRESENTA: "Cardo Ruso" - CAPÍTULO II - Marta Puey -

  

Editorial ATRAPADOS POR LA IMAGEN Presenta: 


DISEÑO DE TAPA - LAURA JAKULIS
Fotografía: Ana Maria Zorzi





CARDO RUSO


CAPÍTULO 

II





Horacio

En la sala de espera ya no queda nadie; terminé con las consultas del día. Falta un rato para la hora de la cena y voy a leer este trabajo de investigación, afín a sintomatologías que se están repitiendo en algunos pacientes del hospital. Alguien abre la puerta de calle; ahora, dos golpes en la de mi consultorio.

-Pase.

Es Reinaldo el que entra.

-¿Qué andás haciendo? A esta hora te hacía en el campo -pregunto sorprendido.

Parado frente a mí contesta:

-¿Qué no ando haciendo, dirás?

Dejo de lado el informe que tengo en mis manos, lo veo desencajado.

-Hablá claro, no entiendo.

-A Victoria la tengo que sacar de mi casa; es una situación que debo terminar de una vez, no puede estar un minuto más allí. -Fue una descarga, ahora con las manos en los bolsillos, recostado en la pared mira el suelo.

-Sentate, ¿qué apuro tenés?

Le cuesta hablar, le doy tiempo y pienso: Victoria es imprevisible; ella fue el pretexto que tuvo Reinaldo para dejar los estudios y volver a Médanos. Si la soportó unos años en la estancia y después en la casa del pueblo fue para cubrir apariencias. Ahora, lo que rebalsa el vaso es la aventura de ella con ese forastero, va a ser la excusa de Reinaldo para sacarla del medio. Lo que no me cierra, y sí me preocupa, es el destino de Carmencita, ella está en medio de todo esto. Abro el paquete de cigarrillos y le ofrezco uno, acepta, saco otro para mí, lo enciendo, le alcanzo el encendedor. Sigue parado sin hablar, lo invito nuevamente a sentarse señalándole la silla que está frente a mi escritorio.

-¿Por qué pensás en sacarla? Quizás se quiera ir sola.

Se sienta, succiona el cigarrillo con avidez y contesta:

-¿Sola?, ¡no!, con Carmen dirás, y qué sería de la vida de mi hija si se la lleva.

-No te apures si querés hacer bien las cosas, tranquilízate.

Consume el cigarrillo sin hablar, mira la hora, se levanta.

-¿Adónde vas?

-Me voy al campo, sólo vine a descargar la bronca…

-Ya lo veo, serenate, quédate a cenar, para los viejos será un placer.

Acepta con un gesto. Nos levantamos, cierro por dentro la puerta del consultorio, apago las luces, salimos juntos por la parte de atrás, cruzamos el jardín y entramos a la casa. Las ventanas del comedor abiertas dejan entrar el aire fresco de la noche. Cuando nos ve entrar, papá mira a Reinaldo y exclama:

-Bienvenido, has llegado a tiempo para compartir la mesa.

Durante la cena, mi padre, como de costumbre, asume el rol protagónico. Esta vez el tema tiene que ver con rememorar la historia de Esteban Arregui, asociada a la suya; no es la primera vez que se la escucho, hoy va dirigida a Reinaldo, que le presta oídos de manera especial.

 

    -Vos ya habrás escuchado esta historia, yo la sigo repitiendo como algo ejemplar. -Toma la copa, bebe un sorbo de vino y continúa el relato de manera impostada-. Tu padre vino a la Argentina, como polizón, a principios de este siglo. Contaba que, cuando arribó al puerto de Buenos Aires, preguntó cómo se llegaba a la pampa. Le habían dicho que era tan inmensa como la mar a la que asomaba su pueblo, con esas palabras lo expresaba. Ahí nomás le explicaron que tenía que subirse a un tren y viajar muchas horas. Así llegó a Médanos, cuando esto no era más que una estación de ferrocarril, un destacamento policial, la escuelita, el almacén de ramos generales y algunas casas. Entró como dependiente en el almacén. Lo que nunca le escuché decir es cómo terminó siendo dueño; al poco tiempo empezó a comprar cueros, lana, también a acopiar cereales. Como consecuencia se relacionó con firmas exportadoras de Buenos Aires, eso lo obligaba a viajar permanentemente. Allí fue cuando la conoció a doña Enriqueta, tu madre. -Reinaldo escucha con atención el relato de mi padre que no da lugar a participación alguna-. También compró campos, ¡claro!, en esos tiempos la tierra no valía nada, y se convirtió en un productor ganadero. -Papá hace una breve pausa y continúa-: Así fue como nos conocimos, él todavía no se había casado, yo era un muchacho joven y andaba por los pueblos comprando hacienda. Me habían hablado mucho de él. Un día me animé y fui a conocerlo, me recibió en su escritorio y me consignó unas vacas que eran para conserva. Yo salí contento como perro con dos colas, la hacienda no era de lo mejor que él tenía, pero lo había ganado como cliente. De allí en más nuestro vínculo se fortaleció; al poco tiempo me preguntó si iba a andar toda la vida por los caminos. Su pregunta tuvo como resultado que me animara a instalar un escritorio en Médanos. -Otra pausa y continúa. - Yo ya había ganado suficientes clientes y la idea de fundar una casa de remates y feria rondaba por mi cabeza. También fundé mi familia, Elsa era la maestra de la escuela de Médanos y al poco tiempo fue mi mujer. -Hace una pausa, mira a mi madre que, callada, le sonríe. Él continúa con lo que ya se parece a un homenaje a Esteban Arregui-. En esa época, tu padre conoció a tu madre y no tardó en construir la casa de la estancia. Fue un adelantado, la dotó de todas las comodidades que uno se pudiera imaginar; un ejemplo para el lugar, ¡qué te voy a decir si vos estás viviendo en ella! Se casaron al poco tiempo que nosotros ¿no es así? -interroga a mi madre que asiente con la cabeza si emitir palabra-. Para doña Enriqueta el cambio fue grande, ella venía de una familia porteña de muy buenas costumbres, mujer de carácter, y gran compañera de tu padre; más tarde decidieron construir la casa en el pueblo, vos tenías que ir al colegio y no era un buen programa llevarte y traerte todos los días.

        Así fue como se conocieron ustedes… Y qué más te voy a contar que vos ya no sepas. -Se hizo silencio.

Sabía cómo mi padre le daba marco a las situaciones que elegía para alcanzar sus objetivos; de manera que después del relato, que no le era ajeno a Reinaldo, yo estaba seguro de que vendría alguna propuesta. Terminamos de cenar y nuevamente es mi padre quien rompe el silencio retomando la palabra.

-¿Qué les parece si pasamos al living a tomar el café? Lo vamos a acompañar con un coñac reserva que quiero que pruebes. -Mi padre sirve las copas y agrega-: Es español, qué oportunidad para compartirlo con tu padre. Seguramente me contestaría… “pero yo soy vasco”.

Reinaldo sonríe ante el comentario.

Sentado en el sillón del living, dotado del histrionismo que lo caracteriza, con el cuenco de una mano sostiene la copa de coñac, con la otra señala a Reinaldo y haciendo gala de su capacidad para captar la atención, dice:

      -Sabés, Reinaldito, hace unos días me presentaron al interventor municipal, personaje intrascendente por cierto… El cargo, como todos saben, es transitorio. Ahora, las instituciones del pueblo deberán sugerir una persona del lugar que conozca las necesidades de los vecinos, que sea capaz y que tenga cierto ascendiente.

Bebe un sorbo de coñac, deja la copa en la mesa, toma un puro de la caja, se recuesta en el sillón y comienza a encenderlo; succiona con fuerza hasta que el cigarro se ilumina. Es un maestro de la actuación. Reinaldo lo observa atento, con admiración. Exhala, y a quemarropa le pregunta-: ¿Cómo te sentirías vos ocupando el lugar de intendente?

Mi padre está jugando una carta importante. Identificado con los cambios de gobierno que se dieron en el país y vinculado a las instituciones del pueblo, lograr que el hijo de Esteban Arregui acepte su ofrecimiento para ocupar el cargo de intendente, suma a sus intereses personales. Reinaldo, sorprendido ante la propuesta, cambia el cruce de piernas, toma un sorbo de coñac, baja la vista por unos segundos y luego, mirándolo, responde:

-Si me da el tiempo lo voy a considerar. No va a ser mucho.

-Lo tenés -responde mi padre.

Reinaldo apura de un trago lo que queda en la copa, se levanta y dice:

-Me ha sorprendido, le agradezco la distinción. Ya es tarde y me quedan unas leguas para llegar a la estancia.

Deja la copa vacía sobre la mesa. Ahora, los tres estamos parados. Estanislao Carraza, mi padre, con actitud paternal le apoya una mano en el hombro y responde:

-Nada tenés que agradecer. Sé que no me equivoco.

Se abrazan y se despiden. Acompaño a Reinaldo hasta la puerta de calle en silencio.

      -De esto no sabía nada -digo tratando de disimular el fastidio, por sentirme, una vez más, excluido de los proyectos de mi padre. Yo también había sido un proyecto que se le cumplió; soy el doctor; era lo que él anhelaba para darle mejor marco a su posición social. Hoy vuelve a demostrarme que mi función está cumplida, que soy sólo un accesorio más para sus objetivos en Médanos.

-Nos vemos -dice Reinaldo.

Miro hacia el oeste y digo:

-La tormenta no va esperar que se haga de día.

-El agua en Médanos siempre hace falta -responde. Sube a la camioneta y parte.


DISEÑO DE TAPA - LAURA JAKULIS



Continúara el próximo domingo.....  a las 15hs en:

 Atrapados por la Imagen


EDITORIAL -  ATRAPADOS POR LA IMAGEN - 

Segunda edición 2023


Clasificación Comercial Nacional: LITERATURA / LITERATURA ARGENTINA / NARRATIVA / NARRATIVA CONTEMPORÁNEA ARGENTINA

RL-2022-18030193-APN-DNDA#MJ
REGISTRO EDITORIAL
ATRAPADOS POR LA IMAGEN

Administración:

Tesi Salado

Isa Santoro

 Luisiana Ayriwa

Laura Jakulis



Licencia Creative Commons
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14 comentarios:

  1. ¿¡Qué pasará!?... Marta, un capitulo cargado de intriga y revelaciones que capturan el interés del lector y deja con ganas de seguir leyendo para descubrir cómo se resolverán los conflictos y cómo evolucionarán las relaciones entre los personajes. Tu capacidad para crear personajes complejos y plasmar emociones realistas en situaciones cotidianas, es admirable. Felicitaciones querida amiga, el mejor de los éxitos!! Gracias por es esta nueva entrega!!

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  2. Qué pasará?! , tu frase que encierra un elogio, querida Ly,
    Gracias por esa pregunta tan significativa.

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  3. Respuestas
    1. Gracias Pablo!!!
      Así lo quisieron los personajes,

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  4. No suelo ser lector de novelas. Pero parece que este capítulo 2 me engancho a buscar el 1 y estar pendiente al resto. Gracias por compartir. Excelente narración.

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    1. Me halaga y agradezco tu comentario.
      De ser así nos encontramos en el Cap. II.

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  5. ¡Comenzamos a conocer nuevos personajes, el de Horacio y Reinaldo, ambos conectados con Victoria!! Historias de vida, hístorias mínimas que llegan a nuestro corazón!!! ¡Esperamos con ansiedad el Capítulo III!!! Felicitaciones querida Marta!!!!! Beso gigante!!!!

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    1. La espera un halago.
      Algunos personajes más aparecen para completar la historia.... Hasta el próximo domingo!!!!

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  6. Atrapante Marta, atrapante........cuesta esperar!!!!!!!!

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    1. Susiii!, Qué bonito, que elogio lo que decís.
      Hasta el próximo domingo!!

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  7. Marta, comenzamos a conocer nuevos personajes y ambientes, notablemente descriptos por vos y esperamos con ansias seguir el desarrollo de la historia.Gracias amiga por tu aporte. Besos.

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    1. Gracias a ustedes por seguir dando la oportunidad de estar.
      Hasta el próximo domingo!!

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  8. Ay Marta, no pude leer este capítulo la semana pasada, menos mal que tengo el siguiente para leer ahora y ver la respuesta de reinaldo, y..sabré el por qué real de la propuesta...? Allá voy...

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