1. Control
manual sobre los parámetros de la cámara:
No importa en absoluto el tamaño de la
cámara que utilicemos, pero es necesario que disponga de
controles manuales que nos permitan ajustar la velocidad de obturación y la
apertura del diafragma. Estos son los dos mecanismos básicos
con los que controlamos la cantidad de luz que pasa a través del objetivo.
2. El sitio: No hace falta buscar
grandes cascadas o caídas de agua desde gran altura. Pero es fundamental que el agua corra con
fuerza. Con la suficiente fuerza como para que haga algo de
espuma, porque esta espuma es lo que al final veremos como un halo blanco.
3. Trípode: Se necesitan tiempos de
exposición largos para lograr el efecto deseado, por ello se requiere el uso de
un trípode. Por motivos de seguridad para no dañar la cámara con el agua se
recomienda un trípode alto para evitar salpicaduras.
4. Velocidad
de Obturación Baja: Esta es la clave. Si se consigue una velocidad de
obturación lo suficientemente baja, se habrá logrado el objetivo
perseguido. Pero se tendrán que ajustar el resto de valores para que la
fotografía tenga la calidad deseada.
5. Apertura del Diafragma Mínima: Seleccionando
la menor apertura del diafragma(número f más alto) que permita nuestro objetivo se
estarán consiguiendo dos cosas: a) la mayor profundidad de campo posible, que
es recomendable para paisajes y b) la más importante, permitirá contrarrestar
la luz que entra a través de la lente con velocidades de obturación lentas.
6. Sensibilidad
ISO Baja: Cuanto
más bajo sea el valor ISO seleccionado,
más tiempo de exposición necesitará la cámara para hacer la foto en condiciones
aceptables.
7. Tomar
la foto con poca luz: Cuanta menos luz
haya en el sitio, mucho mejor. Mejor porque la cámara
necesitará exponer durante más tiempo, y esto favorecerá nuestro propósito. Por
lo tanto, se puede esperar a que el lugar quede a la sombra, o hacer las fotos
al amanecer o al atardecer.
8. Controlar la Exposición
de la Cámara: Uno de los errores comunes que se produce en este tipo de fotos
es que, dependiendo del que haga la cámara, podemos
"quemar" la zona blanca del agua. Esto se produce normalmente cuando
utilizamos una medición promediada con la cámara. Una buena práctica, si la
cámara lo permite, es ajustar la configuración para subexponer un par de
puntos. De este modo conseguiremos mantener el detalle de la zona de la espuma
del agua sin que esta se convierta en una mera mancha blanca.
Buenísima la nota, Merdedes. Beso grande.
ResponderBorrarExcelente informe!!!! me encanta, por el tema, y lo sencillo de su explicación, las fotos son preciosas!!!!! gracias Mercedes!!!!! besotesssssss
ResponderBorrarMercedes , voy a atesorar este artículo tan claro y didáctico, porque me gusta el efecto , preciosas fotos. Gracias por tu informe !!!!
ResponderBorrarMagnífico
ResponderBorrarMuchas gracias!! Besoss!!
ResponderBorrarMuy claro y sencillo . En mi caso, prefiero la enseñanza escrita que la hablada ( porque se me escapan palabras y abandono ) , así que Mercedes Pasini me ha satisfecho totalmente!!!!
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