Miguel Ángel Buonarroti
El Moisés (Roma)
Moisés está hecha de un solo bloque de mármol de Carrara, lugar predilecto para mármoles de buena calidad.
El escultor Miguel Ángel consiguió darle un realismo extremo a Moisés aplicando la técnica de contrapposto, que, a pesar de ser usada en figuras en pie, logra aplicarla a esta pieza.
El tema, un episodio bíblico, refleja el momento en que el profeta Moisés, al regresar de su estancia en el monte Sinaí portando las tablas de la ley, contempla con cólera e indignación cómo los israelitas han abandonado el culto a Jehová entregándose a la idolatría.
La obra representa el instante preciso en que Moisés lleno de profunda ira, contenida y airada, piensa en el castigo que desatará sobre un pueblo infiel y desagradecido. La relevancia impuesta en los detalles del cuerpo y en los pliegues de los ropajes provocan cierta tensión psíquica que se puede apreciar detallando la escultura: la prominencia de los músculos, la hinchazón de las venas, las grandes piernas pesadas y a punto de incorporarse nos hace temer lo que será tener frente a sí la fuerza de un titán.
La composición es cerrada, sólo sale de sí misma a través de la mirada, buscando generar con ella la culminación emocional del personaje. Para ello Miguel Ángel se ayuda con ciertos artificios técnicos: iris remarcado, hundimiento de las pupilas y las cejas realzadas para crear claroscuro.
Qué bueno poder apreciar una obra, con la explicación técnica que ayuda a fijar la atención sobre particulares. A la emoción que genera la belleza, se le suma el conocimiento del cómo y el porqué el Maestro pudo expresarla y emocionarnos.
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